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Preparar el camino para mi sueño: Cómo la formación académica ayudó a mantener a mi familia

Yuki Omine
04/30/21 | 3 min de lectura
El Señor nunca olvidó mi sueño de obtener una educación superior, aun cuando la vida parecía interponerse en el camino.

Nací y me crie en Okinawa, Japón, y fui un excelente estudiante en la escuela: después de cada examen parcial y final, me encontraba entre los mejores alumnos. Incluso tuve la suerte de estudiar en el extranjero, en Utah, durante un año en mi penúltimo año de secundaria. Sin embargo, para cuando me gradué, no estaba preparado a nivel personal ni económicamente listo para inscribirme en la universidad. Debido a que tenía la edad suficiente para servir en una misión, mandé mis papeles y serví en la Misión Japón Sendai.

Después de regresar a casa, trabajé para la compañía de mi tío y lentamente me preparé para cursar una educación superior. En ese tiempo, conocí a una mujer maravillosa. A medida que nuestra relación se tornó más seria, le pregunté si estaría dispuesta a acompañarme a asistir algún día a una universidad de la Iglesia en los Estados Unidos, como siempre lo había planeado. Ella aceptó sin problemas. ¡Sentí que todo estaba funcionando!

Sin embargo, unos dos meses después de nuestro matrimonio, descubrimos que mi esposa estaba embarazada de mellizas. Después de orar mucho al respecto, decidimos renunciar a la universidad y, en vez de ello, dar prioridad a su seguridad. Decidí trabajar arduamente y proveer para mi familia.

Cuando mi esposa estaba embarazada de cinco meses, el médico del hospital nos dijo que una de las mellizas no podía asimilar los nutrientes tan bien como la otra, y que había dejado de crecer. Eso significaba que probablemente moriría en el útero y que la melliza sobreviviente podría tener una discapacidad significativa.

Mi esposa estaba tan impactada por esta noticia que se echó a llorar. Extrañamente, pude permanecer calmado, debe haber sido la paz que proviene del Espíritu. Ayuné y le di una bendición a ella y a las niñas. Tras ello, las mellizas crecieron con normalidad y, en la fecha esperada, mi esposa dio a luz a dos bebés sanas.

Después de eso hemos pasado por momentos difíciles, pero el Señor bendijo a mi familia abundantemente. Pude conseguir un buen trabajo y proveer para mi familia a pesar de que no tenía mucha formación académica. Sin embargo, había escuchado al élder Dieter F. Uchtdorf enseñar que: “Para los miembros de la Iglesia, la educación no es simplemente una buena idea, sino un mandamiento”1 y en el fondo, seguía teniendo el deseo de estudiar en la universidad.

No obstante, tenía algunas preocupaciones. En ese entonces, a menudo debía trabajar hasta tarde y servía como el obispo de nuestro barrio. Oré y analicé el asunto con mi esposa y decidí dar lo mejor de mí para preparar el camino para mi sueño de obtener un título al inscribirme en los cursos de BYU–Pathway Worldwide. También quería dar un buen ejemplo a mis hijas e hijo para que entendieran la importancia de obtener una formación académica.

Desde entonces he completado PathwayConnect de BYU–Pathway Worldwide y ahora estoy cursando en línea una licenciatura en Administración de Empresas Aplicada. ¡Es asombroso! He recibido bendiciones gracias a las habilidades prácticas que he aprendido en mis estudios.

La pandemia del COVID-19 tuvo un impacto negativo muy grande en la empresa donde trabajaba y me despidieron junto con otros compañeros de trabajo. Comencé a buscar un nuevo empleo. Para mi sorpresa, unas de las lecciones del curso en ese tiempo se llamaba “Buscar un mejor empleo”, el cual brindaba información específica sobre cómo redactar un currículum en inglés, cómo promocionarme, cómo usar LinkedIn, etc. De inmediato puse en práctica las habilidades que había aprendido y pude encontrar una gran empresa nueva en la cual trabajar.

Continué mi formación académica con la esperanza de dar un buen ejemplo y tener un impacto positivo en las personas que me rodeaban, pero en realidad he descubierto que soy yo quien ha recibido la mayoría de las bendiciones. El Señor está preparando el camino para que todos Sus hijos —sin importar la edad— reciban una educación superior, y no podría estar más agradecido por mí y mi familia.

Para más información sobre BYU-Pathway Worldwide, visitabyupathway.org.

Notas

Dieter F. Uchtdorf, “Dos principios para cualquier economía”, Conferencia General de noviembre de 2009.


Yuki Omine
Yuki Omine es un padre devoto y alumno de BYU–Pathway Worldwide. Trabaja para una de las compañías de seguros más grandes del mundo. Cuando no está trabajando, le gusta ver películas, ir de compras o viajar con su esposa y sus tres hijos.
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