¿Alguna vez has tenido esa angustiosa sensación de llegar a clase y encontrarte con un examen sorpresa para el que no estabas preparado?
Es horrible,
sientes pánico, preocupación; todo está fuera de control.
La falta de preparación puede ser aterradora.
Sin embargo, contar con los conocimientos necesarios para una prueba puede proporcionarte una enorme confianza y paz.
Por eso la preparación es tan importante. Se convierte en nuestra armadura.
Esa misma idea se aplica muy bien al Evangelio de Jesucristo.
Cultivar una relación duradera con Jesucristo nos prepara y nos arma con el poder necesario para superar los momentos difíciles.
El élder David A. Bednar, del Cuórum de los Doce Apóstoles, dijo que nuestra conexión por convenio con Jesucristo nos brinda mayor “perspectiva, esperanza, poder, paz y gozo duradero” (Conferencia General de abril de 2023).
También dijo que podemos fortalecer esa conexión “cuando somos firmes e inmutables en nuestra devoción al Redentor y Sus santos propósitos, en los buenos momentos y en los malos”.
¿Cómo expresas tú esa devoción en tu vida?
Algunos ejemplos:
La oración
Deleitarse en las palabras de Cristo
Participar de la Santa Cena
Servir a Dios y a los demás
Guardar Sus mandamientos
Es la constancia en esos hábitos lo que nos acerca más al Señor y nos arma con la rectitud y el poder de Dios.
Mientras estudias la lección esta semana, considera la promesa de 1 Nefi 14:14. ¿Cómo ha cumplido el Salvador esta promesa en tu vida?
—Courtney
Miembro del Consejo Asesor General de las Mujeres Jóvenes