When Caring for Others, Remember to Care for Yourself
Vivir el Evangelio

Sé amable contigo mismo.

07/25/24 | 1 min de lectura
Especialmente si también cuidas a otras personas.

¿Tienes seres queridos que tengan desafíos emocionales, físicos o mentales? Tal vez ayudes a cuidar a un miembro de la familia en casa.

Cuidar de tus seres queridos puede ser difícil, particularmente cuando todavía estás en una edad en la que es necesario que alguien cuide de ti. Recuerda que, aunque te sientas solo, nunca estás realmente solo. Puedes recibir ayuda y apoyo. Por ejemplo:

  • Los grupos de apoyo de la comunidad pueden ayudar a tu familia a aprender estrategias para lidiar con los desafíos.
  • Acude a profesionales de la salud y de asesoramiento para obtener consejos.
  • Comparte tus problemas con familiares y amigos de confianza.
  • Dile a tu obispo o a otros miembros de tu familia de la Iglesia cómo pueden ayudarte mejor.
  • Y recuerda que el Salvador entiende perfectamente por lo que estás pasando. Él puede fortalecerte si acudes a Él.

Además de cuidar de los demás, no olvides cuidarte a ti mismo. El élder Jeffrey R. Holland dijo: “En su esfuerzo devoto por cuidar de la salud de otra persona, no destruyan la suya. En todas esas cosas, sean prudentes; no corran más aprisa de lo que sus fuerzas les permitan” [Mosíah 4:27]1.

Más amor

Piensa en alguien que conozcas que cuide de otra persona. ¡Cuidar de alguien puede ser un trabajo arduo! ¿Qué puedes hacer para demostrarle a esa persona más amor?

Notas

Esto es parte de una serie continua sobre la resiliencia emocional, adaptada de este manual.

1. De “Como una vasija quebrada”, Conferencia General de octubre de 2013.

Comentarios
0