La aventura de la vida terrenal
Una velada con el élder Dieter F. Uchtdorf
Devocional mundial para jóvenes adultos • 14 de enero de 2018 • Centro de Conferencias
Mis queridos jóvenes amigos, mis queridos hermanos y hermanas, les traigo el amor y las bendiciones del Cuórum de los Doce Apóstoles.
Extraño al presidente Thomas S. Monson. Él fue mi querido y apreciado amigo, mi tutor y mentor. Les puedo asegurar, que el Señor mismo está a la cabeza de esta Iglesia, sí, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. El Señor ha proporcionado un plan divino para que Su Iglesia siempre esté guiada por profetas, videntes y reveladores.
Los tenemos en nuestros pensamientos constantemente. Oramos por ustedes, y los amamos y admiramos.
La reunión mundial y el evento compartido que precedieron y continuarán después de esta reunión es un ejemplo de su bondad. Decenas de miles de ustedes han participado de maneras extraordinarias, desde ayudar a aquellos que sufren, hasta levantar el espíritu de otros mediante canciones. Ustedes están destinados a compartir la buena nueva del evangelio de Jesucristo mediante mensajes en las redes sociales y otros medios, y a través de su ejemplo personal. Gracias por demostrar su disposición de servir a Dios y sus semejantes.
Es tan bueno estar con ustedes hoy y sentir su espíritu, su fortaleza, su energía. Estoy muy feliz de que hemos tenido la oportunidad de escuchar a mi esposa. Harriet de verdad es la fuente de alegría en mi vida. Todo el que la conoce, la ama. Es la clase de persona que hace que los que la rodean sean mejores y más felices, y por cierto ha surtido esa influencia en mí.
Acabamos de celebrar nuestro 55 aniversario de bodas. Al ver a nuestros dos hijos y sus cónyuges, a nuestros seis nietos con sus familias y a nuestros tres bisnietos, nos sorprende la grandiosa aventura que ha sido nuestra vida.
La era de respuestas instantáneas
Se me ocurrió algo interesante mientras me preparaba para este evento. Sí, es verdad, no recuerdo bien los años cuando tenía entre 18 y 30, pero a pesar de mi edad actual, todavía me siento joven por dentro. De hecho, la mayoría de nosotros, las personas mayores, nos consideramos jóvenes que simplemente han estado viviendo mucho tiempo.
Las generaciones mayores tienen mucho más en común con la suya de lo que se imaginan. Creo que las diferencias entre los hijos del Padre Celestial, cualquiera sea su edad, son pequeñas comparadas con las similitudes. Por ejemplo, muchos de ustedes tienen preguntas sobre Dios y sobre ustedes mismos —preguntas profundas y fundamentales que son similares a aquellas que preguntaron personas mucho más mayores que ustedes:
“¿En verdad Dios existe? ¿Se preocupa por nosotros?”.
“¿Estoy en el sendero correcto?”.
“¿Por qué a veces me siento vacío, abrumado, ignorado o solo?”.
“¿Por qué Dios no ha intervenido en mi vida?
“¿Por qué Él no contestó una oración?”.
“¿Por qué Él permitió que yo experimentara esa tristeza, enfermedad o tragedia?”.
Esas pueden ser preguntas muy difíciles de responder.
En esta era de respuestas instantáneas, donde el conocimiento aparentemente absoluto e irrefutable se halla tan solo en una búsqueda de Google, a veces nos sentimos frustrados cuando las respuestas a nuestras preguntas más personales, importantes y urgentes se demoran. Elevamos el corazón al cielo y todo lo que parecemos obtener es un “cursor de espera” frustrante y giratorio.
No nos gusta esperar.
Cuando tenemos que esperar más de unos segundos para que un buscador responda, suponemos que la conexión se cortó o falló. En nuestra frustración, incluso hasta abandonamos la búsqueda; pero cuando se trata de preguntas eternas, asuntos del alma, debemos ser más pacientes.
No todas las respuestas tienen el mismo valor. Las respuestas que vienen de la sabiduría del mundo o de la opinión popular son fáciles de conseguir, pero pierden su valor rápidamente cuando emergen las nuevas teorías o tendencias. Las respuestas celestiales —respuestas eternas— son invaluables. El recibir esas respuestas, a menudo requiere sacrificio, trabajo y paciencia.
Vale la pena esperar esas respuestas.
Mi propósito hoy es brindar mi testimonio innegable de que el Padre Celestial los conoce, los escucha y nunca los abandonará. Al inclinar sus corazones hacia Él y esforzarse por seguir Su camino, Él intervendrá en sus vidas y dirigirá su camino en la travesía de esta grandiosa y emocionante aventura de la vida terrenal.
Unir los puntos
Uno de los grandes innovadores de nuestros tiempos, Steve Jobs, de Apple, percibió lo siguiente: “No se pueden unir los puntos mirando hacia adelante”, dijo. “Solo se pueden unir mirando hacia atrás. Así que deben confiar en que los puntos se unan de algún modo en su futuro”1.
¿Qué quiso decir con eso? Quizás una ilustración ayude. A finales del siglo XIX, artistas como Georges Seurat y Paul Signac comenzaron a pintar con un nuevo estilo que se conocería como neoimpresionismo. Su técnica consistía en llenar lienzos con pequeñas manchas de color. De cerca, estos puntos parecían desconectados y al azar, pero cuando se toma toda la pintura, se puede apreciar cómo los puntos se combinan en colores y cómo los colores al final toman formas que revelan una bella imagen. Lo que alguna vez parecía arbitrario e incluso confuso comienza a tener sentido. A veces, nuestras vidas son como el arte neoimpresionista. En ocasiones, los puntos de colores que componen los momentos y acontecimientos de nuestros días pueden parecer desconectados y caóticos; no podemos ver que exista en ellos ningún orden. No podemos imaginar que tengan un propósito para algo.
Sin embargo, cuando miramos el todo y con una perspectiva eterna, cuando miramos nuestra vida en el marco del evangelio de Jesucristo, podemos comenzar a ver cómo los distintos puntos de nuestra vida están interconectados. Puede que no podamos ver todo ahora, pero veremos lo suficiente para confiar en que hay un diseño hermoso y grandioso. Y cuando nos esforzamos por confiar en Dios y seguir a Su Hijo Jesucristo, un día veremos el producto terminado y sabremos que la misma mano de Dios estaba guiando y dirigiendo nuestros pasos.
Sabremos que el Artista Maestro tenía todo el tiempo un plan para aquellos puntos al azar. Veremos que Él ha ampliado nuestros talentos, preparado oportunidades y presentado posibilidades mucho más gloriosas de lo que podríamos haber imaginado o logrado nosotros mismos.
Ciertamente lo he comprobado en mi propia vida.
Mi aventura de la vida terrenal
Muchos de ustedes saben que cuando era muy pequeño, mi familia se vio obligada a huir dos veces de nuestro hogar y dejar todo atrás. En ambas ocasiones, era bastante obvio que las personas en los lugares nuevos nos percibían como “inferiores” a ellos. Entre los niños de mi edad, mi acento me marcaba como extranjero, y este era un gran motivo para ridiculizar y que ellos se rieran.
Mis padres se esforzaban por proveer para nuestra familia. Mi madre inició el negocio de una lavandería y yo, con mi bicicleta y carrito, era el “especialista en entregas a domicilio” para ese negocio después de la escuela.
El trauma y estrés de cambiarnos provocaron que me atrasara en mis estudios y perdiera un año escolar completo.
En Alemania Oriental, había estudiado ruso como segundo idioma, era difícil, pero salí adelante. Ahora, en Alemania Occidental, se requería que aprendiera inglés.
¡Me parecía imposible! Pensaba que mi boca simplemente no estaba hecha para el idioma inglés.
En mi adolescencia, estaba enamorado de una joven increíble que tenía ojos grandes y hermosos color marrón. Lamentablemente, Harriet no parecía tener el menor interés en mí. No importaba lo que intentara, nada parecía dar resultado. Y bien, ya oyeron la versión de ella.
De modo que allí estaba yo, un joven insignificante y en aprietos económicos que vivía en la Alemania de la posguerra y que no parecía tener muchas posibilidades de éxito en la vida.
No obstante, tenía un par de cosas buenas a mi favor.
Sabía que mi familia me amaba. En la escuela y en la Iglesia había maestros que me alentaban a establecer siempre metas elevadas. Aún recuerdo cuando un joven misionero estadounidense enseñó este principio de las Escrituras: “Si Dios es por [ti], ¿quién contra [ti]?”2.
Había algo en ello que me impactó de manera potente. Y si ese era el caso, pensé, entonces ¿por qué debía de temer?
Así que creí y confié en Dios.
Por un tiempo, estuve en un programa de aprendizaje. Uno de los maestros me alentó a que apuntara alto y asistiera a la escuela nocturna para estudiar ingeniería mecánica. Requirió mucho trabajo extra, ¡pero me llevó a descubrir mi gran pasión por la aviación! Fue una gran sorpresa cuando me enteré que para ser piloto tenía que saber inglés. Pero quería ser piloto y de alguna manera milagrosa mi boca pareció cambiar y el inglés ya no era un idioma imposible.
Con motivación nueva, un compromiso nuevo de trabajar fuerte y con confianza en el Padre Celestial, di pequeños pasos que me ayudaron a tener confianza de que podía hacerlo.
Por supuesto, eso no significa que las cosas siempre fueron fáciles.
Cuando tenía 19 años, viajé a San Antonio, Texas, para comenzar mi entrenamiento de piloto de la Fuerza Aérea. En el avión, me senté junto a un hombre que hablaba con un fuerte acento texano. ¡Me di cuenta para mi horror que el inglés en el que había trabajado tan desesperadamente para aprender no era el mismo inglés que hablaban en Texas!
En la escuela de entrenamiento para pilotos, las cosas también fueron difíciles. Era un programa extremadamente competitivo, con todos compitiendo por el lugar principal en la graduación. Supe de inmediato que estaba en desventaja porque la mayoría de mis compañeros de clase hablaban inglés como primer idioma.
Mis instructores de vuelo me advirtieron sobre otra potencial desventaja: yo pasaba mucho tiempo en la Iglesia. Los miembros locales me dieron la bienvenida a su rama y a sus hogares, e incluso construimos una capilla juntos en Big Spring. Mis instructores se preocupaban que tales actividades estaban dañando mi oportunidad de obtener notas altas. Yo no pensaba eso. Así que confié en Dios e hice lo mejor que pude.
Finalmente, aprendí inglés (aunque todavía trabajo en él). Completé mi entrenamiento de piloto (y terminé primero en mi clase). Llegué a ser piloto de combate y después capitán de aerolínea. ¿Y esa hermosa chica de mis sueños de grandes ojos marrones? Bien, está aquí conmigo.
Hagan las cosas pequeñas de manera perfecta
¿Hay una lección en eso? ¡Creo que hay muchas!
Una podría ser esta: No se abrumen por las muchas tareas grandes y difíciles de la vida. Si se comprometen a hacer las cosas “fáciles” —las cosas “pequeñas” que Dios les pide hacer— y las hacen tan perfectamente como puedan, le seguirán grandes cosas.
Algunas de esas cosas “sencillas y fáciles” que podrían hacer perfectamente son la oración diaria, el estudio de las Escrituras, vivir la Palabra de Sabiduría, asistir a la Iglesia, orar con verdadera intención, y pagar diezmos y ofrendas.
Hagan esas cosas incluso cuando no deseen hacerlas. Estos “sacrificios” pueden parecer pequeños, pero son importantes, porque “el sacrificio trae las bendiciones del cielo”3.
De cierta manera, sus sacrificios “pequeños y simples” son los puntos del diario vivir que forman la obra maestra de su vida. Ahora quizás no vean cómo se conectan los puntos y no necesitan hacerlo. Simplemente tengan la fe suficiente para el momento que estén viviendo ahora; confíen en Dios y “de las cosas pequeñas [procederán] las grandes”4.
Confiar en Dios
Quizás estén pensando: “Sí, élder Uchtdorf, todo eso está muy lindo para usted; pero usted es un Apóstol y yo no soy como usted. No soy importante para Dios; no recibo respuesta a mis oraciones; no recibo orientación en mi vida. Si es que hay un plan para mí, es una versión barata; un plan de segunda mano; un plan cualquiera que debo aceptar y con el que debo conformarme”.
Mis queridos amigos, recuerden lo que dijo Steve Jobs: “No se pueden unir los puntos mirando hacia adelante; solo se pueden unir mirando hacia atrás”.
Cuando tenía la edad de ustedes, no tenía idea a dónde me llevaría la vida. Definitivamente, no veía ningún punto conectándose frente a mí.
Sin embargo, confié en Dios; escuché el consejo de familiares amorosos y amigos sabios, y tomé pequeños pasos con fe, creyendo que si en ese momento ponía mi mejor esfuerzo, Dios se encargaría del resto.
Sí, lo hizo.
Él conocía el fin desde el principio, cuando yo no.
Yo no podía ver el futuro, pero Él sí.
Incluso durante esos momentos difíciles cuando pensé que estaba abandonado, Él estuvo conmigo; ahora lo comprendo.
En Proverbios encontramos esta gran promesa: “Confía en Jehová con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas”5.
Creo que al final de ese versículo no hay un signo de interrogación;
No, ¡creo que debería haber un signo de exclamación!
Así que deben hacerse esta pregunta: “¿Puedo exhibir suficiente fe para creer en Dios? ¿Estoy dispuesto a confiar en que Él me ama y desea dirigir mi sendero?”.
De hecho, pueden hacerlo muy bien por ustedes mismos en muchas cosas. Pero les insto a creer que su vida será infinitamente mejor si confían en Dios para guiar sus pasos. Él conoce cosas que ustedes no pueden saber y Él tiene preparado un futuro para ustedes que no es posible que imaginen. El gran apóstol Pablo testificó: “Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido al corazón del hombre, son las que Dios ha preparado para aquellos que le aman”6.
¿Quieren que su Padre Celestial los guíe, los bendiga y los defienda?
Entonces crean.
Ámenlo.
Búsquenlo con todo el corazón.
Caminen por Sus senderos, o sea, guarden los mandamientos, honren sus convenios, sigan las enseñanzas de los profetas y den oído a las impresiones del Espíritu.
Hagan esas cosas y Dios “¡… os [hará] mil veces más de lo que sois y os [bendecirá], como os ha prometido!”7.
Respondemos a Dios
Entiendo que para algunos eso puede parecer algo fácil de decir y difícil de hacer. Estoy de acuerdo en que no tienen que ir muy lejos en la cultura actual para escuchar voces contradictorias que desaniman o incluso ridiculizan la creencia en Dios en general y en nuestra religión específicamente.
Tales voces se amplían en nuestros días por los avances inigualables de la comunicación.
Ese es su desafío, pero es también su privilegio.
¡Confío en que encontrarán los medios para enfrentarlos a la manera del Señor!
Es parte de su aventura terrenal. Cómo lo hagan influirá grandemente en su futuro y la función que jueguen en la obra de Dios aquí en la tierra.
Sin embargo, lo que experimentan en la vida no es tan poco común. La suya no es la única generación cuya fe en Dios ha sido desafiada y ridiculizada. De hecho, eso parece ser parte de la prueba terrenal para todos los hijos de Dios.
“Si fuerais del mundo”, dijo Jesús a Sus apóstoles, “el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, sino que yo os elegí del mundo, por eso os aborrece el mundo”8.
Más bien acepten la posibilidad de que una vez que hagan el compromiso de seguir al Salvador, los residentes del edificio grande y espacioso lo desaprobarán —lo dirán abiertamente a veces9. Incluso tal vez intenten intimidarlos y avergonzarlos.
Pero recuerden que ustedes no responden a ellos. Responden a Dios. Un día estarán frente a Él para responder por su vida.
Él les preguntará qué hicieron para vencer las tentaciones del mundo y seguir el camino de la rectitud; les preguntará si siguieron al Salvador, si amaron a su prójimo, si sinceramente intentaron permanecer en el camino del discipulado.
Mis queridos amigos, mis queridos hermanos y hermanas, no pueden hacer las dos cosas; no pueden recibir las bendiciones incomprensibles del discipulado y al mismo tiempo mantener sus cédulas de miembro en el Barrio Babilonia Uno. Mis queridos hermanos y hermanas, ahora es el momento de comprometerse a Cristo y seguir Su camino.
Un día, todos los hijos de Dios sabrán lo que es correcto, incluso aquellos que ahora se burlan de la verdad. Doblarán la rodilla y confesarán que Jesús es el Cristo, el Redentor, el Salvador del mundo10. Sabrán que Él murió por ellos.
Ese día será claro que la Suya es la única voz que realmente tuvo importancia.
Sabrán con certeza cuán bendecidos son porque guardaron la fe, observaron los mandamientos de Dios, sirvieron a sus semejantes y edificaron el reino de Dios aquí en la tierra. Mis amados amigos, crean, y Dios estará con ustedes. Inclinen su corazón hacia Él y Él los guiará en su trayecto por esta grandiosa y emocionante aventura de la vida terrenal.
No importa
Cuando hablamos de dejar que Dios guíe nuestra vida, me gustaría aclarar algo. Puede que no les guste lo que les voy a decir. Cuando le preguntan a Dios qué hacer sobre decisiones en su vida —incluyendo algunas decisiones importantes— Él quizás no les dé una respuesta clara. La verdad es que a veces simplemente no importa al Señor lo que decidan, siempre y cuando se mantengan dentro de los convenios y los principios fundamentales del Evangelio.
En muchos casos, las decisiones que tomen quizás no sean tan importantes como lo que hagan después de que tomen la decisión.
Por ejemplo, una pareja puede decidir casarse incluso cuando algunos de sus propios familiares no los consideran la pareja perfecta. Sin embargo, tengo mucha esperanza por tal pareja si, después de tomar la decisión, se mantiene totalmente comprometida el uno con el otro y con el Señor con todo su corazón y mente. Al tratarse mutuamente con amor y bondad y centrándose en las necesidades emocionales, espirituales y temporales el uno del otro —al hacer las cosas “pequeñas” constantemente— ellos llegan a ser la pareja perfecta.
En contraste está la pareja que piensa que eligieron a la persona “perfecta” y luego asumen que todo el trabajo pesado terminó. Si dejan de cortejarse, de comunicarse mutuamente y vuelven al egocentrismo y la vida egoísta —esa pareja está en el camino que lleva al dolor y el remordimiento.
El mismo principio se aplica a las carreras. Tengo gran esperanza por aquellos que eligen una ocupación menos prestigiosa, pero que hacen lo mejor que pueden y encuentran una manera de hacer su trabajo interesante y desafiante.
Tengo menos esperanza por aquellos que eligen ocupaciones que suenan impresionantes, pero que en el camino pierden ese fuego interno necesario para hacerlos exitosos en su trabajo. De hecho, el adaptarse con éxito a los cambios en el trabajo será uno de los principales atributos que su generación tendrá que desarrollar para enfrentar el futuro.
Entonces, ¿cómo quiere el Señor que aborden decisiones clave?
Sus instrucciones a Oliver Cowdery y José han sido muy útiles para mí. El Señor les dijo: “Debes estudiarlo en tu mente; entonces has de preguntarme si está bien”11.
El Padre Celestial les ha dado un cerebro y un corazón. Si confían en Él, les ayudará a utilizar ambos correctamente al tomar sus decisiones.
Para muchas decisiones, tienen más que una buena opción de la cual elegir. Cuando esto ocurrió a José y sus compañeros, el Señor usó una frase interesante mientras buscaron Su guía. Esa frase es: “… no importa”12.
Pero el Señor inmediatamente agregó: “… solamente sed fieles”13.
Su tarea es tomar las mejores decisiones que puedan basados en la información disponible para ustedes, fundamentada en los valores y principios del Evangelio. Luego esfuércense con todo su poder para tener éxito en las cosas que emprendan y sean fieles.
Hagan eso y los puntos se unirán.
Quizás es decepcionante escuchar que Dios no necesariamente les da un itinerario detallado para la jornada de su vida. Pero, ¿de verdad quieren orientación en cada detalle de sus vidas?
¿De verdad quieren que alguien les dé los códigos de trucos para la vida antes de que tengan la oportunidad de descubrir las cosas por ustedes mismos? ¿Qué clase de aventura sería esa?
Mis queridos jóvenes amigos, ustedes pasan por la aventura de la vida terrenal solo una vez. ¿Acaso un recorrido personalizado que incluyese información sobre lo que pasará en el futuro y respuestas a grandes interrogantes de la vida no les privaría de su gran sentimiento de logro y su aumento de confianza14 en el Señor y en ustedes mismos?
Debido a que Dios les ha dado su albedrío, hay muchas direcciones que pueden elegir y aún llevar una vida plena. La vida terrenal es una historia abierta, donde ustedes eligen su propia aventura. Tienen mandamientos, tienen convenios, tienen consejos proféticos inspirados y tienen el don del Espíritu Santo. Eso es más que suficiente para guiarlos a la felicidad terrenal y gozo eterno. Más allá de eso, no se desesperen si toman decisiones que son menos que perfectas. Así es como aprenden. ¡Eso es parte de la aventura!
No, las aventuras nunca son fáciles desde el principio hasta el fin, pero si son fieles, pueden estar seguros de un final feliz. Consideren el ejemplo de José, de Egipto. De muchas maneras, su vida fue desastrosa. Fue vendido a Egipto como esclavo por sus hermanos. Lo encerraron en prisión por un crimen que no cometió. A pesar de todas las terribles circunstancias impuestas sobre él, mantuvo su fe. Confió en Dios. Hizo lo mejor que pudo. Año tras año, incluso cuando parecía que había sido ignorado y abandonado, él creyó. José siempre inclinó su corazón hacia Dios. Y Dios mostró que Él puede volver lo negativo en positivo15.
Hoy, unos 4000 años después, aún encontramos inspiración en la historia de José.
Puede ser que la aventura de ustedes no sea tan dramática, pero tendrá sus altibajos. Así que, recuerden el ejemplo de José: permanezcan fieles, crean, sean honrados, no se vuelvan amargados, no intimiden. Amen a Dios; amen a sus semejantes. Confíen en el Señor, incluso cuando las cosas parezcan desoladoras.
Tal vez no lo vean hasta mucho más tarde, pero verán hacia atrás y sabrán que el Señor en verdad dirigió y guio su sendero.
Los puntos sí se unieron.
Cinco cosas para recordar
Entonces, ¿qué espero que recuerden de nuestro tiempo juntos hoy?
Primero, sepan que las respuestas de Dios para sus preguntas más profundas pueden tomar un poco de tiempo y llegar de maneras que no habían esperado; las respuestas de Dios son de valor eterno y vale la pena esperarlas.
Segundo, tengan un poco de fe. Inclinen su corazón a Dios; crean que son importantes para Dios y confíen que Él hará más de ustedes de lo que posiblemente pueden hacer ustedes mismos; aprendan de Él, ámenlo, crean en Él, hablen con Él de forma regular e intensa; escuchen Su voz.
Tercero, hagan lo mejor que puedan por andar en el camino del discipulado. No se abrumen. Solo hagan las cosas pequeñas tan perfectamente como puedan y las cosas grandes encajarán en su lugar.
Cuarto, no dejen que las voces desalentadoras los disuadan de su viaje de fe. Recuerden, ustedes no responden a los críticos; responden a su Padre Celestial. Sus valores cuentan.
Quinto, tomen las mejores decisiones que puedan siguiendo las impresiones que vengan a su corazón y mente. Den su mejor esfuerzo para llegar al final. Tengan fe y Dios consagrará sus esfuerzos honestos para su bien eterno16.
Háganlo, y al final, todo saldrá bien.
Les dejo mi bendición este día, al comienzo de este nuevo año, que a medida que se esfuercen por conocer a su Dios, su fe aumentará. A medida que busquen seguir a su Salvador, su confianza crecerá17, y a medida que anden en fidelidad y abran sus corazones a la Luz de Cristo, su amor por Dios madurará y su capacidad de amar a su prójimo se refinará.
Y todo esto les traerá felicidad y gozo.
Les traerá paz.
Un día, les traerá gloria eterna.
En ese día futuro, mirarán esta aventura querida y emocionante de la vida y comprenderán. Verán que los puntos realmente sí se conectan en un hermoso modelo, más sublime de lo que podrían haber imaginado. Con indecible gratitud verán que Dios mismo, en Su abundante amor, gracia y compasión, siempre estuvo ahí cuidándolos, bendiciéndolos y guiando sus pasos mientras caminaban hacia Él.
De esto testifico y les dejo mi bendición como apóstol del Señor, en el sagrado nombre de nuestro Maestro, en el nombre de nuestro Redentor y Salvador, Jesucristo. Amén.
© 2018 por Intellectual Reserve, Inc. Todos los derechos reservados. Aprobación del inglés: 9/17. Aprobación de la traducción: 9/17. Traducción de “The Adventure of Mortality”. Spanish. PD60005038 002