2023
Bondad en Navidad
Diciembre de 2023


“Bondad en Navidad”, El Amigo, diciembre de 2023, págs. 4–5.

Bondad en Navidad

“Pueden tomar mi almuerzo”, dijo ella.

Esta historia tuvo lugar en Japón.

Akari ayudó a su hermanita, Miori, a sacar el pesebre. Le encantaba prepararse para la Navidad.

La figura del Niño Jesús extendía los brazos desde el pesebre con una sonrisa en Su rostro. Akari sonrió también. Le hizo pensar en lo mucho que Jesús la amaba. Muchas personas en Japón no celebraban el nacimiento de Jesucristo como lo hacía la familia de Akari, pero aún así hacían regalos y pasaban tiempo con la familia durante la Navidad.

El teléfono del papá sonó. Lo respondió y habló por un minuto. “Gracias por el recordatorio”, dijo él. “Te veré en la mañana de Navidad” y colgó el teléfono.

“¿Vas al proyecto de servicio?”, preguntó Akari.

“Así es”, dijo el papá. “Voy a Tokio para ayudar a dar comida a las personas sin hogar. Algunas personas de nuestro barrio ayudan cada año”.

“¿Puedo ir esta vez?”, preguntó Akari.

“¡Claro!”, dijo su papá. “Miori también puede venir”.

En la mañana de Navidad, la familia de Akari se despertó temprano para abrir regalos. ¡A Akari le encantó su regalo! Estaba entusiasmada por jugar con él más tarde.

La mamá empacó los almuerzos para todos y los abrazó al despedirse. Entonces Akari, el papá y Miori subieron al tren.

Cuando el tren llegó a Tokio, el papá guio a Akari y Miori a un parque con muchas tiendas y gente.

“Estas son las personas a las que venimos a servir”, dijo el papá. “No tienen mucho, y tener comida para la Navidad será una bendición para ellas”.

Un grupo de personas puso panes, tazones de fideos y postres en las mesas. Akari vio que algunos niños de su edad también ayudaban.

“¿Son todas estas personas de nuestra Iglesia?”, le preguntó Akari a su papá.

“No todos”, dijo el papá. “¿No es genial cuántas personas quieren ayudar?”.

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Akari, Miori y el papá pusieron comida en cajas; luego ayudaron a entregar las cajas a las personas de la fila. “Feliz Navidad”, le dijo Akari a cada persona.

Al poco tiempo, todas las cajas se habían acabado. ¡Pero todavía había personas en la fila esperando comida!

El papá frunció el ceño. “Supongo que no hay suficiente”. Se volvió a las personas que estaban esperando. “Lo siento mucho. No tenemos más comida”.

Akari no quería que esas personas se fueran sin comida. ¿Había algo que ella pudiera hacer?

“Pueden tomar mi almuerzo”, dijo ella.

“¡Buena idea!”, dijo el papá. “Compartamos todos nuestros almuerzos”. Los otros ayudantes asintieron. Sacaron los almuerzos que habían traído para ellos mismos. ¡Todas las personas de la fila recibieron algo de comida!

Akari tenía un poco de hambre, pero estaba bien. La gente del parque necesitaba la comida más que ella.

“Estoy orgulloso de ti”, dijo el papá en el viaje en tren a casa. “Fue bueno que compartieses tu comida”.

“Es lo que Jesús haría”, dijo Akari.

Akari se sintió bien y feliz el resto del día. ¡Y no solo porque era Navidad! Se alegró de haber podido compartir el amor del Salvador.

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PDF del relato

Ilustración por Amanda Yoshida

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