2023
Tostadas francesas para todos
Diciembre de 2023


“Tostadas francesas para todos”, El Amigo, diciembre de 2023, págs. 20–21.

Tostadas francesas para todos

Un pequeño servicio en Navidad les ayudó a hacer una nueva amiga.

Esta historia tuvo lugar en Brasil.

Imagen
alt text

Rebeca tomó la mano de su hermana. Saltaron del sofá y cayeron de golpe sobre la alfombra. Las dos niñas se rieron.

“¡Más alto!”, dijo Melissa.

“Niñas, no salten en la casa. No queremos molestar a la señorita Daisy tan temprano por la mañana”, les dijo su mamá desde la cocina.

Rebeca y Melissa fruncieron el ceño y se sentaron. Acababan de mudarse a un nuevo apartamento. La señorita Daisy era la vecina que vivía en el piso de abajo.

“¿Alguna vez has visto a la señorita Daisy?”, le preguntó Melissa a Rebeca.

“No, pero me da miedo. Oí que odia a los niños”, dijo Rebeca.

Melissa abrió mucho los ojos. “Pero, ¿qué pasará con nuestra tradición de tostadas francesas?”.

Faltaban unos pocos días para la Nochebuena. La tradición familiar favorita de Rebeca y Melissa era hacer tostadas francesas para obsequiar a todos sus vecinos. Este año sería especial porque sería la primera vez que lo harían en su nuevo hogar.

“Tal vez deberíamos saltarnos la puerta de la señorita Daisy”, dijo Rebeca.

En la víspera de Navidad, las niñas despertaron entusiasmadas por hacer tostadas francesas.

Rebeca ayudó al papá a batir los huevos, la leche, el azúcar y la canela. Melissa pasó el pan por la mezcla de huevos y luego lo cocinaron. Al poco tiempo, todo el apartamento olía a canela.

Finalmente, pusieron las tostadas francesas en bolsas y escribieron los nombres de sus vecinos en cada una de ellas.

Rebeca cerró la última bolsa. “¡Listo!”, dijo ella.

El papá contó las bolsas y revisó todos los nombres. “No veo una para la señorita Daisy”, dijo él.

Rebeca y Melissa se miraron entre ellas.

“No queríamos darle una a ella”, dijo Rebeca. “Ella odia a los niños”.

El papá frunció el ceño. “Nuestra tradición es compartir con todos los vecinos. ¿No creen que deberíamos hacer una para la señorita Daisy?”.

Rebeca y Melissa sabían que su papá tenía razón. Llenaron una bolsa más y escribieron “Señorita Daisy” en ella.

Llevaron las bolsas a cada vecino. Al fin, llegaron a la puerta de la señorita Daisy.

¿Y si no le gustaba el obsequio? ¿Y si les gritaba?

Las niñas respiraron hondo y luego tocaron la puerta.

“¿Quién es?”, preguntó la señorita Daisy. Abrió la puerta y miró hacia abajo para verlas. Tenía el cabello corto y canoso. No daba mucho miedo.

Por un momento, Rebeca y Melissa no supieron qué decir.

“Somos sus vecinas de arriba”, dijo Rebeca.

Melissa le ofreció la bolsa. “Le trajimos tostadas francesas. ¡Feliz Navidad!”.

Imagen
alt text

“¡Oh, gracias! Me encantan las tostadas francesas”. La señorita Daisy tomó la bolsa. “¿Así que ustedes son mis nuevas vecinas? Quería conocerlas, pero pensé que tal vez no les gustaban las personas mayores como yo”.

Rebeca y Melissa se miraron con los ojos muy abiertos. “¡Pensamos que no le gustaban los niños!”, dijo Rebeca.

La señorita Daisy se rio. “¡Me encantan los niños! Pasen. Les mostraré fotos de mis nietos”.

Todos entraron en el apartamento de la señorita Daisy. Había flores por todas partes y muchas fotos de la familia.

“Tomen asiento. Acabo de hacer jugo de maracuyá”, dijo la señorita Daisy. Sirvió el jugo en unos vasos. “Creo que quedará perfecto con estas deliciosas tostadas francesas”.

Las niñas y sus padres tomaron los vasos de jugo. ¡Estaba delicioso!

Aprendieron los nombres de los nietos de la señorita Daisy. Incluso escucharon música navideña con ella.

Rebeca y Melissa se habían equivocado con respecto a la señorita Daisy. Ella era amable, ¡y también graciosa! Las tostadas navideñas eran una gran tradición. Ese año, les habían ayudado a hacer una nueva amiga.

Imagen
PDF del relato

Ilustraciones por Shawna J. C. Tenney

Imprimir