Jesucristo es la fortaleza de la juventud
Pongan su confianza en el Señor. Él los guiará por el camino correcto; Él es su fortaleza.
Al prepararme para este mensaje de hoy, he sentido fuertes impresiones de que me dirija a las mujeres jóvenes y a los hombres jóvenes.
También me dirijo a los que antes fueron jóvenes, incluso a los que ya ni lo recuerdan.
Y les hablo a todos aquellos que aman a nuestros jóvenes y quieren que tengan éxito en la vida.
Para la nueva generación, tengo un mensaje de nuestro Salvador, Jesucristo, especialmente para ustedes.
El mensaje del Salvador para ustedes
Mis queridos jóvenes amigos, si el Salvador estuviera aquí en este momento, ¿qué les diría?
Creo que Él comenzaría por expresar Su profundo amor por ustedes; podría expresarlo mediante palabras, pero también fluiría tan fuertemente desde Su presencia misma, que sería inconfundible y les llegaría a lo más hondo del corazón, llenándoles el alma entera.
Sin embargo, puesto que todos somos débiles e imperfectos, podrían acudirles algunas inquietudes a la mente; quizás recordarían errores que han cometido, ocasiones en que han cedido a la tentación, cosas que desearían no haber hecho o que desean haber hecho mejor.
El Salvador lo percibiría, y creo que los reconfortaría con las palabras que ha pronunciado en las Escrituras:
“No temas”1.
“No dud[es]”2.
“¡Te[n] ánimo!”3.
“No se turbe [tu] corazón”4.
Dudo que Él tratara de excusar los errores que ustedes hayan cometido. No los minimizaría; más bien, les pediría que se arrepintieran, que dejaran atrás sus pecados, que cambiaran, para que Él pudiera perdonarlos. Les recordaría que hace 2000 años tomó sobre Sí esos pecados, a fin de que ustedes pudieran arrepentirse. Aquello es parte de la dádiva del plan de felicidad que nuestro amoroso Padre Celestial nos ha dado.
Jesús quizás señalaría que sus convenios con Él —los que hicieron cuando se bautizaron y que renuevan cada vez que toman la Santa Cena— les brindan una conexión especial con Él; la clase de conexión que las Escrituras describen como estar unidos en yugo para que, con Su ayuda, puedan llevar cualquier carga5.
Creo que el Salvador Jesucristo querría que vieran, sintieran y supieran que Él es su fortaleza; que con la ayuda de Él, no hay límites en lo que pueden lograr; que el potencial de ustedes es ilimitado. Querría que se vieran a sí mismos como Él los ve, lo cual es muy diferente del modo en que el mundo los ve.
El Salvador declararía, sin dejar lugar a dudas, que ustedes son hijas e hijos del Dios Todopoderoso. Su Padre Celestial es el Ser más glorioso del universo; rebosa de amor, gozo, pureza, santidad, luz, gracia y verdad; y quiere que un día ustedes hereden todo lo que Él tiene6.
Esa es la razón por la que están aquí, en la tierra, para aprender, crecer y progresar, y llegar a ser todo aquello para lo cual su Padre Celestial los ha creado.
A fin de hacerlo posible, Él envió a Jesucristo para que fuera su Salvador. Ese es el propósito detrás de Su gran plan de felicidad, de Su Iglesia, de Su sacerdocio, de las Escrituras, de todo ello.
Ese es el destino de ustedes; ese es su futuro; ¡esa es su decisión!
La verdad y las decisiones
La esencia del plan de Dios para la felicidad de ustedes es la capacidad que tienen de escoger7. Por supuesto, su Padre Celestial quiere que escojan el gozo eterno con Él, y les ayudará a alcanzarlo, pero jamás lo impondrá a ustedes por la fuerza.
De modo que Él les permite escoger: ¿Luz o tinieblas? ¿Bueno o malo? ¿Gozo o desdicha? ¿La vida eterna o la muerte espiritual?8.
Parece una decisión fácil, ¿no es así? Pero, en cierto modo, aquí en la tierra parece más complicada de lo que debería ser.
El problema es que no siempre vemos las cosas con la claridad que nos gustaría verlas. El apóstol Pablo lo comparó con ver “por [un] espejo, oscuramente”9. Hay mucha confusión en el mundo en cuanto a lo que está bien y lo que está mal. Se tergiversa la verdad para que lo malo parezca bueno, y lo bueno parezca malo10.
Sin embargo, cuando ustedes buscan la verdad sinceramente —la verdad eterna, que no cambia— las decisiones se vuelven mucho más claras. Sí, seguirán teniendo tentaciones y pruebas. Las cosas malas seguirán sucediendo; cosas desconcertantes; cosas trágicas. Pero podrán afrontarlas al saber quiénes son y por qué están aquí, y al confiar en Dios.
Así que, ¿dónde pueden hallar la verdad?
La verdad se halla en el evangelio de Jesucristo; y la plenitud de dicho Evangelio se enseña en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Jesucristo dijo: “Yo soy el camino, y la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí”11.
Cuando tengan decisiones importantes que tomar, Jesucristo y Su evangelio restaurado son la mejor opción. Cuando tengan preguntas, Jesucristo y Su evangelio restaurado son la mejor respuesta. Cuando se sientan débiles, Jesucristo es su fortaleza.
Él da fuerzas al cansado y multiplica la fortaleza de quien se siente sin fuerzas.
Los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas por medio de Su fortaleza12.
Para la Fortaleza de la Juventud
Para ayudarlos a hallar el Camino y a que hagan que la doctrina de Cristo sea la influencia que guíe sus vidas, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días ha preparado un nuevo material: la versión revisada de Para la Fortaleza de la Juventud.
Durante más de cincuenta años, Para la Fortaleza de la Juventud ha sido una guía para generaciones de jóvenes Santos de los Últimos Días. Siempre llevo un ejemplar en el bolsillo y lo comparto con las personas que sienten curiosidad por nuestras normas. Se ha actualizado y renovado para afrontar mejor los desafíos y las tentaciones de nuestros días. La nueva versión de Para la Fortaleza de la Juventud está disponible en línea en 50 diferentes idiomas y también estará disponible en formato impreso. Será una ayuda significativa para tomar decisiones en su vida. Por favor, adóptenla como algo propio y compártanla con sus amigos.
Esta nueva versión de Para la Fortaleza de la Juventud lleva el subtítulo: Una guía para tomar decisiones.
Para dejarlo bien en claro, la mejor guía que pueden llegar a tener para tomar decisiones es Jesucristo. Jesucristo es la fortaleza de la juventud.
Así que el propósito de Para la Fortaleza de la Juventud es conducirlos hacia Él. Les enseña verdades eternas de Su evangelio restaurado; verdades sobre quiénes son ustedes, quién es Él y lo que pueden lograr con Su fortaleza. Les enseña cómo tomar decisiones rectas basándose en dichas verdades eternas13.
También es importante que sepan lo que Para la Fortaleza de la Juventud no hace: No toma las decisiones por ustedes; no les dará un “sí” o un “no” en cuanto a cada decisión que puedan llegar a afrontar. Para la Fortaleza de la Juventud se centra en el fundamento de sus decisiones; se centra en los valores, los principios y la doctrina, en vez de centrarse en cada conducta específica.
El Señor, mediante Sus profetas, siempre nos ha guiado en esa dirección. Él nos suplica “que aumente[mos] [nuestra] capacidad espiritual para recibir revelación”14; nos invita a “escucharlo”15; nos llama a seguirlo de maneras más elevadas y santas16. Y nosotros aprendemos de manera similar cada semana en Ven, sígueme.
Supongo que la guía podría proporcionarles largas listas de ropa que no deberían usar, palabras que no deberían decir y películas que no deberían ver, pero, ¿resultaría realmente útil en una Iglesia mundial? ¿Los prepararía verdaderamente ese método para vivir toda la vida de manera semejante a la de Cristo?
José Smith dijo: “Les enseño principios correctos y ellos se gobiernan a sí mismos”17.
Y el rey Benjamín dijo a su pueblo, en el Libro de Mormón: “… no puedo deciros todas las cosas mediante las cuales podéis cometer pecado; porque hay varios modos y medios, tantos que no puedo enumerarlos”18.
El rey Benjamín agregó: “Pero esto puedo deciros […], cuida[os] a vosotros mismos, y vuestros pensamientos, y vuestras palabras y vuestras obras, y […] observa[d] los mandamientos de Dios [y] persevera[d] en la fe de […] nuestro Señor, aun hasta el fin de vuestras vidas…”19.
¿Está mal tener reglas? Desde luego que no. Todos las necesitamos a diario, pero es incorrecto centrarse solo en las reglas, en lugar de centrarse en el Salvador. Tienen que conocer los porqués y los cómos, y luego considerar las consecuencias de sus decisiones. Tienen que poner su confianza en Jesucristo; Él los guiará por el camino correcto; Él es su fortaleza20.
El poder de la doctrina verdadera
Para la Fortaleza de la Juventud declara con claridad la doctrina de Jesucristo; los invita con claridad a tomar decisiones basándose en la doctrina de Cristo; y describe con claridad las bendiciones que Jesucristo promete a quienes siguen Su Camino21.
El presidente Russell M. Nelson enseñó: “Si tu deseo más grande es dejar que Dios prevalezca [en tu vida], tantas otras decisiones se vuelven más fáciles; ¡tantos problemas dejan de ser problemas! Sabes cuál es la mejor forma de arreglarte; sabes qué mirar y leer, dónde pasar tu tiempo y con quién asociarte; sabes lo que quieres lograr; sabes el tipo de persona que realmente deseas llegar a ser”22.
Una norma más elevada
Jesucristo tiene normas muy elevadas para Sus seguidores, y la invitación a procurar fervientemente Su voluntad y vivir de acuerdo con Sus verdades es la norma más elevada posible.
Las decisiones temporales y espirituales importantes no solo deben basarse en las preferencias personales o en lo que sea conveniente o popular23. El Señor no está diciendo: “Hagan lo que quieran”.
Él dice: “Que Dios prevalezca”.
Él dice: “ven, sígueme”24.
Él dice: “Vive de una manera más santa, más elevada, más madura”.
Él dice: “Guarda mis mandamientos”.
Jesucristo es nuestro ejemplo perfecto, y nos esforzamos con toda la energía del alma por seguirlo.
Mis queridos amigos, permítanme repetirlo: si el Salvador estuviera aquí hoy, expresaría Su amor infinito por ustedes, Su completa confianza en ustedes. Les diría que pueden lograrlo. Pueden edificar una vida gozosa y feliz porque Jesucristo es su fortaleza. Pueden hallar confianza, paz, seguridad, felicidad y un sentido de pertenencia ahora y eternamente, puesto que hallarán todo ello en Jesucristo, en Su evangelio y en Su Iglesia.
De ello doy mi solemne testimonio como apóstol del Señor Jesucristo y les dejo mi sentida bendición con profunda gratitud y amor hacia ustedes, en el nombre de Jesucristo. Amén.