¿Cuál es la verdad?
Dios es la fuente de toda verdad. La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días acepta toda la verdad que Dios comunica a Sus hijos.
Mis queridos hermanos y hermanas, ¡gracias a todos por esta inspiradora sesión! Desde nuestra conferencia del pasado abril, hemos sido testigos de muchos acontecimientos en el mundo, desde lo desgarrador hasta lo sublime.
Estamos encantados por los informes de grandes conferencias para los jóvenes que se efectúan en todo el mundo1. En esas conferencias, nuestros nobles jóvenes aprenden que, sin importar lo que suceda en su vida, su mayor fortaleza proviene del Señor2.
Nos regocijamos de que se construyan más templos en todo el mundo. Con la dedicación de cada nuevo templo, el mundo recibe poder divino adicional para fortalecernos y contrarrestar los esfuerzos del adversario, que se intensifican cada vez más.
El abuso o maltrato representa la influencia del adversario; es un pecado muy grave3. Como Presidente de la Iglesia, afirmo las enseñanzas del Señor Jesucristo sobre ese asunto. Permítanme ser perfectamente claro: cualquier clase de abuso o maltrato hacia mujeres, niños o cualquier persona es una abominación para el Señor. Él se aflige y yo me aflijo cada vez que se hace daño a alguien. Él se lamenta y todos nos lamentamos por cada persona que ha sido víctima de abuso o maltrato de cualquier clase. Quienes perpetran esos actos aborrecibles no solo son responsables ante las leyes del hombre, sino que también afrontarán la ira de Dios Todopoderoso.
Ya desde hace décadas, la Iglesia ha tomado amplias medidas para proteger del abuso o maltrato a los niños, en particular. Hay muchas ayudas en el sitio web de la Iglesia; los invito a estudiarlas4. Esas pautas se han establecido para proteger a los inocentes. Insto a cada uno de nosotros a estar alerta a cualquier persona que pueda estar en peligro de ser abusada o maltratada, y a actuar de inmediato para protegerla. El Salvador no tolerará el abuso ni el maltrato, y como Sus discípulos, nosotros tampoco podemos hacerlo.
El adversario tiene otras tácticas perturbadoras; entre ellas, se encuentran sus esfuerzos por desdibujar la línea entre lo que es verdad y lo que no lo es. Irónicamente, el torrente de información que tenemos al alcance de la mano hace que sea cada vez más difícil determinar lo que es verdad.
Esa dificultad me recuerda una experiencia que la hermana Nelson y yo tuvimos cuando visitamos a un dignatario en un país donde relativamente pocas personas han oído de Jesucristo. Poco antes, aquel querido y anciano amigo había estado muy enfermo. Nos dijo que, durante sus muchos días en cama, a menudo miraba fijamente el techo y preguntaba: “¿Cuál es la verdad?”.
Hay muchos en la tierra hoy en día que “… no llegan a la verdad solo porque no saben dónde hallarla”5. Algunos nos quieren hacer creer que la verdad es relativa, que cada persona debe determinar por sí misma lo que es verdadero. Tal creencia no es más que una expresión de deseo de quienes, además, piensan equivocadamente que no serán responsables ante Dios.
Queridos hermanos y hermanas, Dios es la fuente de toda verdad. La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días acepta toda la verdad que Dios comunica a Sus hijos, ya sea que se aprenda en un laboratorio científico o que se reciba por revelación directa de Él.
Hoy y mañana, ustedes seguirán escuchando la verdad desde este púlpito. Tomen nota de las ideas que capten su atención, y de las que les acudan a la mente y permanezcan en su corazón. Con espíritu de oración, pidan al Señor que les confirme que lo que han escuchado es verdadero.
Los amo, mis queridos hermanos y hermanas. Ruego que esta conferencia brinde el banquete espiritual que están buscando. En el sagrado nombre de Jesucristo. Amén.