Historia de la Iglesia
Sacrificio y bendiciones


“Sacrificio y bendiciones”, Historias mundiales: Australia, 2019

“Sacrificio y bendiciones”, Historias mundiales: Australia

Sacrificio y bendiciones

En 1957, poco después de haber sido llamado a prestar servicio como presidente del extenso Distrito Australiano Occidental, Donald W. Cummings y su esposa, Margaret, se fijaron la meta de asistir a la dedicación del Templo de Hamilton, Nueva Zelanda, al año siguiente. Ellos sabían que sería un desafío. El viaje para su familia de cinco miembros, desde su hogar cerca de Perth, les tomaría seis semanas y tendría un costo de 600 libras: el salario de un año para un australiano medio de la época. Pero pensando en el consejo del Señor de “busca[r] primeramente el reino de Dios” (véase Mateo 6:33), comenzaron a hacer planes, trabajar, ahorrar y orar. Vendieron su auto y pidieron un préstamo poniendo su mobiliario como garantía, dado que la casa ya tenía una hipoteca.

No obstante, solo una semana antes de la fecha prevista para su partida, a la familia Cummings todavía le faltaban 200 libras, y solo les quedaba orar para que el Señor proveyera una manera. Entonces, mientras caminaba por Perth, Donald se encontró inesperadamente con su padre, a quien solamente había visto en contadas ocasiones desde el divorcio de sus padres hacía varios años. El padre de Donald fue a verlo y le ofreció un cheque por valor de 100 libras, disculpándose por no haberlo ayudado más durante esos años. Un día antes de la inminente salida, los padres de Margaret los visitaron también. Aunque no eran miembros de la Iglesia, habían ahorrado un poco cada semana para poder ayudar, y les dieron a Donald y Margaret las últimas 100 libras.

Como a Donald no le concedieron las seis semanas de licencia que había solicitado para el viaje, decidió dejar su trabajo y hacer el viaje. En la dedicación, el presidente David O. McKay le prometió a Donald que “nunca tendría carencias a causa del sacrificio que había hecho para ir al templo”. La familia Cummings se convirtió en una de las primeras familias selladas en el nuevo templo. Poco después de regresar a Perth, y con solo cinco libras en el bolsillo, a Donald le ofrecieron un nuevo puesto con un salario más alto en la empresa de su antiguo empleador.

Tres décadas después, en 1984, se dedicó en Sídney el primer templo de Australia. En el año 2000 se dedicaron otros templos en Melbourne y Adelaida. En junio de 1999, los líderes de la Iglesia anunciaron planes para la construcción de un templo en Perth, ahorrándoles a los santos de Australia Occidental el largo viaje para efectuar las ordenanzas. Después de su dedicación en mayo de 2001, el presidente y la hermana Cummings pudieron ayudar a otras personas a recibir las bendiciones del templo en sus nuevos llamamientos como el primer presidente y la primera directora de las obreras del Templo de Perth, Australia.