“Hice un compromiso con Dios”
En 1996, Wilson Simarrón, después de estudiar en Quinindé, regresó a su hogar entre el pueblo chachi, en la selva Guayacana al noroeste de Ecuador. Llevó consigo ejemplares del Libro de Mormón y la noticia de que se había unido al evangelio restaurado de Jesucristo. Siglos atrás, el pueblo chachi había huido a la región para preservar su autonomía. Desde entonces, habían sido guiados por familias como los Simarrón, quienes se habían ganado la confianza de la gente a lo largo de generaciones. El padre de Wilson, Virgilio Simarrón, era un gobernante chachi, y tenía previsto pasar el cargo algún día a Wilson.
Sin embargo, cuando Virgilio aceptó el Evangelio restaurado y trabajó para compartirlo en la comunidad, algunos lo acusaron de crear una división entre el pueblo chachi. Los críticos de Virgilio no tardaron en llevarlo ante el consejo comunitario, esperando obligarlo a que abandonara su nueva fe. El consejo estuvo de acuerdo con el punto de vista de ellos. “Seguirás siendo nuestro gobernante si renuncias a la Iglesia de Jesucristo”, le dijeron, y le ordenaron que se retractara de todo lo que había dicho en favor de su fe.
El cargo de gobernante siempre había sido importante para Virgilio, pero estaba en juego su integridad personal. “Hice un compromiso con Dios”, le dijo al consejo, “y cuando un hombre hace un compromiso con Dios no se puede retractar”. Virgilio finalizó con lágrimas, pero el consejo decidió elegir a otro gobernante en su lugar.
Tras perder el cargo tradicional de su familia, los Simarrón continuaron su obra de predicación del Evangelio. Sus esfuerzos no tardaron en dar fruto. El 30 de mayo de 1999, sesenta chachis se bautizaron en el río Canandé. Wilson sirvió más adelante como presidente de rama entre su pueblo. “Mis antepasados siempre han sido gobernantes, jefes militares y guerreros fuertes del linaje de mi padre”, dijo Wilson. “Siento que todas esas raíces ancestrales aún se manifiestan en mí; pero ahora que soy miembro de la Iglesia, toda esa fuerza va destinada a ser un buen soldado de Jesucristo”.