Compartir el Evangelio en Estonia y Rusia

Santos estonios de la Rama Tallin, abril de 1990.

En 1989, cuando la Unión Soviética empezó a flexibilizar las restricciones de viaje, los santos finlandeses jugaron un gran papel al compartir el Evangelio en Estonia y Rusia. Valtteri Rötsä, quien había llegado de visita desde Estonia, asistió a la Rama Hyvinkää y se unió a la Iglesia en julio de 1989. Más adelante, ese mismo año, un miembro de la Iglesia llamado Pekka Uusitupa viajó a Estonia por negocios y compartió su testimonio con un grupo que había empezado a reunirse para estudiar el Evangelio en el apartamento de Enn Lembit, el yerno de Rötsä.

Otros santos finlandeses compartieron el Evangelio con los rusos. En Navidad, Raija Kemppainen le dio un Libro de Mormón a una mujer de San Petersburgo que estaba de visita en Helsinki; la mujer se unió a la Iglesia más adelante. Nellie Jäkkö, una campeona de tenis de mesa, compartió su fe con las mujeres rusas de Víborg cuando viajó a la Unión Soviética para competir en partidos. Nellie y su esposo también se hicieron amigos de un médico ruso de Víborg en un viaje en canoa. Su amistad condujo a oportunidades de compartir el Evangelio con él. Aquel médico y otras personas se convirtieron en los primeros miembros de la Iglesia en Víborg.

En noviembre de 1989, cinco matrimonios finlandeses (los Kemppainen, Jäkkö, Laitenen, Kirsi y Lammintau) fueron llamados como misioneros para ayudar a los investigadores y los conversos de Estonia y Rusia. Mediante la amistad y el ejemplo, ellos y otros santos finlandeses ayudaron a poner los cimientos de la Iglesia en sus países vecinos.