Historia de la Iglesia
“Por Él, que fue crucificado”


“Por Él, que fue crucificado”

Cuando Peter Mourik decidió unirse a la Iglesia, su padre le dijo que eligiera entre su nueva fe y su posición en la empresa familiar. Una noche, mientras caminaba bajo una intensa lluvia por el puerto de Rotterdam, sufría por el precio que estaba pagando por cambiar de religión. “No estoy renunciando a todo por unirme a esta Iglesia”, comprendió de repente. “Estoy renunciando a todas las cosas por Él, que fue crucificado”.

Sus habilidades comerciales pronto estuvieron al servicio de sus hermanos, los santos. Por más de dos décadas, Mourik administró los bienes raíces de la Iglesia en Europa, adquiriendo propiedades en muchos países. En la década de 1990, Mourik compró una propiedad cerca de La Haya con la intención de construir allí un centro de reuniones. Sin embargo, cuando presentó los planos de la construcción, el proyecto fue rechazado. Después de algunas conversaciones, descubrió que el rechazo se debía a la oposición personal del alcalde de Zoetermeyer, que quedaba en las cercanías. “No va a haber aquí ninguna capilla mormona”, le dijo este tajantemente durante una reunión.

“Hay trescientas personas ayunando y orando por esta conversación”, respondió Mourik, “y ellos están suplicando al Señor por una capilla”. Él testificó que con o sin el consentimiento del alcalde, el Señor iba a escuchar sus oraciones. Cuando Mourik terminó de hablar, el alcalde presionó un botón de su teléfono. Para asombro de Mourik, él pidió a su recepcionista que le trajera la carpeta del proyecto a su escritorio. “¡Felicitaciones!”, dijo el alcalde, mientras firmaba los papeles. “¡Construyan su iglesia!”.

En los años que siguieron, la construcción evolucionó. El 6 de agosto de 1999, la Primera Presidencia anunció la construcción del Templo de La Haya, Países Bajos, en el mismo terreno por el que los santos habían orado. Conforme avanzaba la construcción del templo, aumentaba el apoyo público hacia el edificio. Aunque las leyes holandesas requieren que los edificios estén abiertos al público, se le otorgó una excepción especial a la Iglesia. Cuando el templo fue dedicado, la ciudad de Zoetermeer reclamó con orgullo el templo como suyo. El Templo de La Haya, Países Bajos fue dedicado el 8 de septiembre de 2002 por el presidente Gordon B. Hinckley.