Programa misional para damas
Aun cuando no se evacuaron a los misioneros de los Países Bajos durante la Primera Guerra Mundial, las cuotas del gobierno redujeron sus filas a una sexta parte de lo que eran antes de la guerra. En respuesta a esta nueva situación, muchas hermanas holandesas aceptaron llamamientos de tiempo parcial para conformar un nuevo programa misional para damas. Por las tardes, ellas distribuían folletos, hablaban con sus vecinos y organizaban reuniones públicas en las que los misioneros podían predicar. Con la ayuda de las hermanas, la tasa anual de bautismos por misionero se triplicó durante la guerra.
Cuando comenzó la Segunda Guerra Mundial, los misioneros de tiempo completo fueron evacuados de toda Europa continental. Las condiciones durante la guerra fueron muy difíciles para los miembros holandeses: el ejército alemán ocupó el país, confiscó muchos edificios (entre ellos, el centro de reuniones de la rama Rotterdam), y reclutaron a muchos hombres para trabajar en proyectos relacionados con la guerra. Sin contar con apoyo del exterior, los miembros en los Países Bajos reinstituyeron el programa misional para damas. A pesar de los muchos obstáculos que afrontaron, las hermanas misioneras de tiempo parcial, junto con otros miembros de los Países Bajos, continuaron compartiendo el Evangelio y distribuyendo literatura tan a menudo como les era posible. Durante la Segunda Guerra Mundial, no disminuyeron los bautismos en los Países Bajos, pese a no haber misioneros de tiempo completo sirviendo en el país.