Años de anhelo
A partir de mediados de la década de 1940, muchos cristianos nigerianos conocieron la Iglesia leyendo folletos y artículos de revistas, o de boca en boca. Adewole Ogunmokun, por ejemplo, se quedó profundamente impresionado después de leer acerca de los Santos de los Últimos Días en una revista. “Durante varios días tuve sueños”, escribió, “hasta que me convencí de que no estaba solamente soñando, sino que había tenido visiones de una nueva esperanza que llegaba a mi nación y a África en su totalidad”.
Entre 1959 y 1961, los nigerianos interesados en la Iglesia enviaron más de cincuenta cartas a la Oficinas Generales de la Iglesia, suplicando que se enviaran misioneros y que se estableciera la Iglesia en su país. “Solo Dios es testigo de cuánto lo anhelamos”, escribió Honesty Ekong en una carta. LaMar S. Williams, un miembro del Departamento Misional de la Iglesia, mantuvo correspondencia con varios grupos comprometidos con el Evangelio restaurado y envió grandes cantidades de literatura de la Iglesia para que se distribuyera en casi cien congregaciones con miles de conversos que esperaban el bautismo.
Conmovidos por estos informes, los líderes de la Iglesia consideraron establecerse en Nigeria. A pesar de la restricción que había en la Iglesia en ese momento en cuanto a la ordenación al sacerdocio de los hombres de raza negra de ascendencia africana, el presidente David O Mckay enfatizó que los nigerianos “tenían derecho a otras bendiciones de la Iglesia, incluida la vida eterna en el Reino Celestial”, e instó a actuar. Unos representantes de la Iglesia se reunieron con los nigerianos que habían aceptado el Evangelio y solicitaron visados a los funcionarios gubernamentales para los misioneros.
En 1963, la Iglesia anunció planes de establecer una misión en Nigeria, pero la oposición a la Iglesia en la prensa nigeriana pronto detuvo el proceso de los visados. Durante los dos años siguientes, los esfuerzos por obtener los visados no tuvieron éxito. Cuando la violencia política sacudió a Nigeria a finales de la década de 1960, los planes para establecer la misión se interrumpieron y miles de nigerianos que esperaban el bautismo perseveraron solos. Durante esa época de pruebas, muchos perdieron la esperanza de llegar a ser miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, mientras que otros continuaron esperando el día que la Iglesia llegara a su país.
A principios de la década de 1970, llegó finalmente alguna ayuda. Ime Eduok, quien se había bautizado mientras asistía a la universidad en California, regresó a Nigeria y ayudó a organizar un comité coordinador de las congregaciones que habían aceptado las enseñanzas de los Santos de los últimos Días. “Mi consejo fue que debían permanecer firmes y esperar con paciencia”, dijo Eduok. “La Iglesia no nos ha dado autoridad para organizar la Iglesia en Nigeria”, les dijo, “pero nosotros podemos prepararnos”. Eduok, acompañado por partidarios fieles y leales tales como Anthony Obinna y Kalu Oku, ministró a los creyentes, compartió instrucción y capacitó a los futuros líderes.