De la vida del profeta José Smith
Bueno para trabajar y bueno para jugar
José a menudo jugaba a la pelota y a otros juegos con los jóvenes del pueblo.
Lánzala con fuerza.
En una ocasión, jugaron por largo rato hasta que todos comenzaron a cansarse. Cuando José se dio cuenta, llamó a todos los jóvenes para que se reunieran.
Construyamos una cabaña de troncos; hay una viuda que la necesita.
Estoy muy cansado; no sé cómo José tiene tanta energía.
Él siempre es así: presta servicio siempre que se le presenta la oportunidad.
En otra ocasión, José estaba jugando otra vez a la pelota con algunos hombres y jóvenes del pueblo; cuando terminó el juego, José los reunió a todos.
Hermanos, enganchen las yuntas.
Los hombres hicieron exactamente lo que José les había pedido y se fueron al bosque a juntar madera.
Éste es el carro número treinta y nueve; es el último.
Hoy hicimos un buen trabajo, hermano. ¿Alguien quiere jugar a tirar de un palo?
José era fuerte y bueno en ese juego particular en el que lograba vencer a cada uno de sus oponentes, uno tras otro.
Cuando terminaron el juego, José volvió a llamar a los hombres y a los jóvenes.
Llévense estos carros y corten madera para cualquiera que la necesite.
A los miembros les encantaba hacer lo que el Profeta pedía, incluso si estaban muy cansados después de un largo día de trabajo y juegos.
¡Llévenlos, muchachos! Hagamos lo que pide el Profeta.
Ilustraciones por Sal Velluto y Eugenio Mattozzi.