2011
Llamados a ser una influencia
Agosto de 2011


Llamados a ser una influencia

Georgina Tilialo, Nueva Zelanda

Cuando fui llamada a servir como asesora de Damitas en la organización de las Mujeres Jóvenes, dudé que pudiera cumplir con el llamamiento. Creí que no les iba a caer bien a las jóvenes o que no aprenderían nada de mí, especialmente cuando me di cuenta de lo diferentes que son las cosas para ellas de lo que eran para mí cuando yo tenía su edad.

Ese sentimiento cambió pocas semanas después de recibir el llamamiento cuando asistí a una actividad de las Mujeres Jóvenes. En la actividad, una de las madres expresó lo agradecida que estaba por el programa de las Mujeres Jóvenes porque fortalecía a su hija en contra de la tentación. Sus palabras me ayudaron a entender lo importante que es en realidad mi función.

Me di cuenta de que mi llamamiento era más que enseñar lecciones los domingos y ayudar a planear actividades. Era un llamamiento para ayudar a esas mujeres jóvenes a prepararse para el futuro, ir al templo, servir en la Iglesia y ser buenas madres. Yo necesitaba ayudarlas a prepararse para la vida.

Los llamamientos en la Iglesia provienen de nuestro amoroso Padre Celestial. Él conoce nuestras necesidades y las necesidades de aquellos a quienes servimos. El tener ese conocimiento nos puede ayudar a tener fe en Él y confianza en nosotros mismos, aun cuando no comprendamos por qué se nos da una asignación particular o no nos sintamos seguros de nuestra capacidad de cumplir con un llamamiento. Podemos estar agradecidos por las oportunidades que tenemos de servir y de que somos dignos de tener un llamamiento, y aprovechar dicha oportunidad para aprender todo lo posible mientras progresamos en el Evangelio.