El Padre Celestial los ama
Véase “Nunca caminamos solos”, Liahona, noviembre de 2013, págs. 123–124.
El Padre Celestial los ama, a cada uno de ustedes. Ese amor nunca cambia.
En él no influye su apariencia ni sus posesiones.
No lo cambian sus talentos ni sus habilidades; simplemente está allí.
Está allí para cuando se sientan tristes o felices, desanimados o esperanzados.
El amor de Dios está allí, ya sea que sientan que merezcan amor o no; simplemente siempre está allí.