Preguntas y respuestas
Si te esmeras por asistir tan frecuentemente como te sea posible, el Señor estará complacido con tus esfuerzos. Cuando no puedas asistir al templo, hay muchas cosas que puedes hacer para que forme una parte más integral de tu vida:
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Sé digno de entrar en el templo. El vivir conforme a las normas requeridas para entrar en la casa del Señor significa que siempre estamos listos para entrar en Su presencia.
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Planea recibir tu propia investidura y casarte en el templo. Al fijarte la meta de recibir estas ordenanzas esenciales, te mantendrás centrado en el templo.
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Viste modestamente. Eso te ayudará a prepararte para recibir tu investidura personal.
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Estudia los pasajes de las Escrituras que tienen que ver con el templo (por ejemplo: Éxodo 26–29; Levítico 8; D. y C. 97; 109; 110; 124:25–42; Moisés 2–5). El ejemplar de octubre de 2010 de la revista Liahona fue enteramente sobre el templo.
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Aprende acerca de tus antepasados (visita FamilySearch.org) y asegúrate de que se efectúen las ordenanzas del templo por ellos.
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Pregunta a otras personas lo que el templo significa para ellas y comparte tu testimonio de que el templo es en verdad la casa del Señor.
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Contribuye a que tu casa sea como un templo: “Estableced una casa, sí, una casa de oración, una casa de ayuno, una casa de fe, una casa de instrucción, una casa de gloria, una casa de orden, una casa de Dios” (D. y C. 109:8).
Puedes escoger, con oración, una o dos de estas ideas y llevarlas a la práctica este mes. Sentirás el Espíritu y aprenderás más acerca del templo.
Conserva el Espíritu del templo
Nos toma siete horas llegar hasta el Templo de Fráncfort, Alemania, por lo que mi familia y yo asistimos sólo dos veces al año y permanecemos allí una semana. Sin embargo, si se me presenta alguna oportunidad de ir, la aprovecho, porque sé que será una gran bendición. Para conservar el espíritu del templo, leo las Escrituras todos los días y utilizo mi recomendación para el templo como marcador de libros. Cada vez que la veo me hago preguntas para asegurarme de que soy digna de ir al templo, lo cual me fortalece y me hace sentir el Espíritu. Aun cuando el templo está lejos de casa, puedo esforzarme por vivir como si pudiera entrar en él todos los días.
Lise G., 17 años, Francia
Piensa en la forma en que el templo bendice tu vida
Si tomamos los templos a la ligera, estarán muy lejos de nuestro corazón. Debemos pensar en las bendiciones que el templo nos brinda y asistir cuando nos sea posible; y aunque sólo puedas asistir pocas veces al año, puedes hacer esas visitas más significativas si llevas nombres de tu familia o si ayunas. El Espíritu en la casa del Señor es muy especial, y querrás que tu visita sea provechosa.
Benjamin S., 18 años, Utah, EE. UU.
Permanece pura y digna
El templo me brinda felicidad hoy en día. Cuando voy al templo, aprendo más acerca de nuestro Padre Celestial y de Jesucristo. La obra que hago en el templo fortalece y refina mi espiritualidad, y comprendo mejor nuestro propósito en la vida. El templo me da valor para enfrentar las pruebas y las tentaciones, y me da fortaleza para superar mis debilidades. El templo es el único lugar donde podemos ser sellados como familias eternas, así que me prepararé para entrar en el templo y permanecer pura y digna.
Mickaella B., 16 años, Filipinas
Prepárate
Asistir al templo dos o tres veces al año está bien, siempre y cuando lo hagamos con un corazón sincero y puro. Podemos alentar a nuestros líderes a que organicen viajes al templo, y cuando no podamos asistir, preparémonos para que cuando llegue el momento, podamos ir con gran gozo. Llevamos vidas ocupadas, pero los profetas han prometido que si vamos a la casa del Señor, seremos bendecidos.
Krista L., 16 años, Paraguay
Ten a la vista una lámina de un templo
Haz un cuadro de tu lámina favorita del templo con las palabras: “¡Un día ir podré!”. Colócalo en tu cuarto donde lo puedas ver todos los días. Haz una lista de las cosas que harás y de las que no harás para conservarte digno de entrar en el templo. Pon la lista junto al cuadro.
Christian J., 13 años, Idaho, EE. UU.
Lee en tu diario sobre las visitas anteriores al templo
Escribe en tu diario acerca del tiempo que pasas en el templo y después lee esas páginas cuando estés en casa. Eso te ayudará a recordar los sentimientos que tuviste. Es particularmente importante anotar la revelación personal. Cuando estaba en el templo, procuraba escuchar muy atentamente al Espíritu, porque siempre está dispuesto a ayudarnos a aprender. Cada vez que ponía atención, descubría nuevas verdades acerca de Jesucristo y del Padre Celestial, así como sobre la obra del templo. Cuando me concentro en las cosas espirituales mientras estoy en el templo, lo valoro aún más y el templo adquiere más importancia en mi vida.
Ol’ga Z., 18 años, Belarús
Haz la obra de historia familiar
Pienso que trabajar en la historia familiar es lo que más se asemeja a estar en el templo, sin estar allí. Puedes dar los nombres que encuentres a otros miembros de tu familia o del barrio para que los lleven al templo. Si haces la obra de historia familiar y conservas sagrado tu hogar, vas a estar muy cerca del templo, aunque te halles a kilómetros de distancia.
Katelyn B., 13 años, Utah, EE. UU.