Tributos en el funeral del élder Robert D. Hales
6 de octubre de 2017, Tabernáculo de Salt Lake
Élder M. Russell Ballard, del Cuórum de los Doce Apóstoles
“Voy a extrañar a mi querido amigo, Robert D. Hales. Juntos hemos servido por más de cuarenta años como Autoridades Generales de la Iglesia en diversas asignaciones y comités. En los últimos años nos hemos sentado juntos en el Cuórum de los Doce. Echaremos de menos su rápido ingenio y los comentarios en ocasiones tan graciosos del élder Hales. Todos nosotros también echaremos mucho de menos su sabio consejo y su amplia visión.
“En agosto de 1991, Bob sufrió su primer ataque al corazón…
“Desde aquel momento, los problemas de salud continuaron. Al sentarnos juntos a lo largo de estos muchos años, he sido testigo del gran valor y la total dedicación de Robert D. Hales. Muchas veces me he acercado para tocar su brazo y tomar su mano, y en pequeña medida he sentido el dolor y las dificultades que estaba pasando…
“Mi querido amigo siempre ha sido un héroe para mí, y sé que ya ha sido aliviado y está en paz con sus amados padres… otros familiares y, sobre todo, de regreso a la presencia de sus Padres Celestiales y a su amado Salvador, el Señor Jesucristo, a quien había entregado todo como uno de Sus apóstoles escogidos”.
Presidente Russell M. Nelson, Presidente del Cuórum de los Doce Apóstoles
“El élder Hales fue un miembro preciado del Cuórum de los Doce Apóstoles durante más de 23 años. Sus contribuciones a toda la Iglesia y a cada miembro del Cuórum son inconmensurables. Él era incansable en su ministerio. En sus 42 años y medio como Autoridad General ha participado en casi cada consejo y comité en las Oficinas Generales de la Iglesia. Su sabiduría, conocimiento e influencia han tenido un profundo efecto en el avance del reino de Dios en todo el mundo…
“Su deseo más profundo era honrar y cuidar a Mary, servir a su preciada familia y a los miembros de la Iglesia, y ser un valiente discípulo del Señor, a quien reverenciaba profundamente.
“La perseverancia de Bob frente a los desafíos de salud es legendaria. Él continuó a pesar de los efectos muy debilitantes de retos implacables a su salud. Nosotros, quienes lo hemos visto, nos hemos preguntado cómo podía hacerlo.
“… Con el valor de un piloto de reactores, la tenacidad de un atleta campeón, la humildad y devoción de un discípulo del Señor, el élder Hales ha completado la misión de su vida de la manera más ejemplar. Ha pasado los exámenes de la mortalidad con los honores más altos”.
Presidente Henry B. Eyring, Primer Consejero de la Primera Presidencia
“He observado al élder Hales, he trabajado con él y he aprendido de él. Hemos compartido experiencias que nos hicieron crecer, nos fortalecieron y algunas que nos pusieron a prueba. En todos los casos he aprendido de él y lo he visto crecer en poder espiritual.
“Desde que lo he conocido, pareció poseer un don espiritual; es el don de ser un amigo perfectamente leal. Tal vez piensen que eso sea algo de mínimo valor, pero el Señor mismo rindió tributo a Sus apóstoles con palabras de amistad…
“… el Señor deja claro qué poder acompañará a ese amigo, que deja el mundo por el servicio del Señor:
“Y quienes os reciban, allí estaré yo también, porque iré delante de vuestra faz. Estaré a vuestra diestra y a vuestra siniestra, y mi Espíritu estará en vuestro corazón, y mis ángeles alrededor de vosotros, para sosteneros” (D. y C. 84:88)…
“Ahora bien, espero que los descendientes del élder Hales, y todos aquellos que lo aman, lean esas palabras del Señor como si describiera a Robert D. Hales, un amigo y discípulo perfectamente leal…
“… fui testigo ocular de cómo pasó las pruebas de su lealtad a lo que Él sabía que Dios quería”.