Éter 6

Los jareditas viajan hacia la tierra prometida

Imagina lo que debieron haber sentido los jareditas al entrar en sus barcos y cruzar las grandes aguas conforme se dirigían a la tierra prometida. Si bien el viaje fue largo y difícil, los jareditas reconocieron que el Señor los estaba ayudando a lo largo del camino. El Señor también puede ayudarnos durante nuestro trayecto por la vida terrenal y de regreso a la presencia del Padre Celestial. Esta lección puede ayudarte a comparar las Escrituras para aprender verdades que puedan resultarte útiles en el trayecto de tu vida.

Ayudar a cada alumno a contribuir a la experiencia de aprendizaje. Reconozca sinceramente que cada alumno es necesario y que tiene una contribución que hacer. Es posible que algunos alumnos estén más dispuestos a participar que otros. Procure hacer un esfuerzo extra y ser creativo para alentar a cada alumno a contribuir de maneras significativas.

Preparación del alumno: Los alumnos podrían leer Éter 6:1–12 y pensar en aspectos de este relato que se podrían aplicar simbólicamente a su vida. Es posible que la actividad de estudio de estos versículos de Ven, sígueme — Para uso individual y familiar: Libro de Mormón 2024 les sirva de ayuda.

Algunas posibles actividades de aprendizaje

El trayecto de la vida

Lo que se indica a continuación tiene la finalidad de ayudar a los alumnos a prepararse para comparar el estudio de Éter 6 con su vida. Además de invitar a los alumnos a completar la actividad en sus diarios de estudio, valore la posibilidad de completarla en la pizarra.

Nuestra vida terrenal se puede comparar con un trayecto largo en el que el destino deseado es la vida eterna. En tu diario de estudio, escribe “Yo” en un lado de la página y “Vida eterna” en el otro. En el espacio entre estos dos encabezados, escribe algunos de los obstáculos que puedan surgir durante nuestro trayecto que nos dificulten regresar dignamente al Padre Celestial. Luego, reflexiona sobre cómo avanza tu trayecto hacia la vida eterna y cuáles de los obstáculos identificados afrontas actualmente.

Hoy estudiarás el trayecto que los jareditas hicieron hacia la tierra prometida después de que terminaron de construir sus barcos. Mientras estudias, presta atención a las verdades que puedan ayudarte a superar los obstáculos que afrontas en el trayecto de regreso a la presencia de Dios.

Comparar las Escrituras con tu vida

Es posible que los pasos siguientes te ayuden a comparar, o relacionar, lo que leerás en las Escrituras con tus circunstancias personales. En tu diario de estudio, escribe el encabezado “Maneras de comparar las Escrituras con mi vida”. Anota estos pasos debajo del encabezado.

Muestre estos pasos para que los alumnos puedan copiarlos en sus diarios.

1. Busca detalles importantes.

2. Haz comparaciones.

3. Descubre lecciones valiosas.

4. Determina la aplicación personal.

Antes de que los alumnos tengan la oportunidad de practicar el uso de estos pasos por su cuenta, valore la posibilidad de seguir el ejemplo siguiente como clase. Asegúrese de dejar tiempo suficiente para que los alumnos practiquen por su cuenta más adelante en la lección.

Paso 1: Busca detalles importantes

Lee Éter 6:1–3 y busca detalles importantes, los cuales podrían incluir personas, lugares, objetos o acciones que se pongan de relieve.

Pida a los alumnos que compartan detalles importantes que hayan encontrado en estos versículos y que se podrían anotar en la pizarra. Usted podría señalar lo siguiente:

Un detalle importante que es posible que hayas detectado es que el Señor hizo que brillasen las piedras que el hermano de Jared le había llevado previamente (véase Éter 3:1–6) para que los jareditas tuvieran luz en sus barcos.

Paso 2: Haz comparaciones

Piensa en cómo los detalles que encontraste en el paso anterior podrían compararse con algo espiritual o con situaciones de tu vida.

• ¿Qué comparaciones puedes hacer con los detalles que identificaste en el paso anterior?

Por ejemplo, podrías haber comparado las piedras resplandecientes con las fuentes de luz espiritual con las que el Padre Celestial nos ha bendecido, tales como las enseñanzas y el ejemplo de Jesucristo, el Espíritu Santo, las Escrituras y los profetas vivientes (véanse Salmo 119:105; Juan 8:12 y 1 Nefi 17:13. Podrías correlacionar esos versículos con Éter 6:3).

Paso 3: Descubre lecciones valiosas

Reflexiona sobre las lecciones o verdades que aprendes al comparar esos versículos con tu vida o con algo espiritual. Además, ten en cuenta lo que aprendes sobre el Padre Celestial y Jesucristo.

• ¿Cuáles lecciones o verdades importantes puedes aprender de estos versículos? ¿Qué descubres que pueda ayudarte en tu vida cotidiana?

Una verdad que podemos aprender es la siguiente: El Padre Celestial y Jesucristo nos brindan guía y luz para ayudarnos durante nuestro trayecto por la vida terrenal.

Si lo desea, invite a los alumnos a compartir algunas de las maneras en las que Dios les ha proporcionado guía y luz espiritual en su vida.

Paso 4: Determina la aplicación personal

Reflexiona sobre cómo puedes poner en práctica en tu vida las lecciones que reconociste en el paso anterior.

• ¿Qué puedes hacer para seguir la luz de Dios en tu vida o recibir más de esa luz?

Es posible que hayas pensado en acciones tales como mejorar tu estudio de las Escrituras, procurar con espíritu de oración la guía del Padre Celestial en tus decisiones diarias o esforzarte más diligentemente por mantener al Espíritu Santo como tu compañero constante.

Practicar la comparación de otros versículos de este relato

Los alumnos podrían completar la siguiente actividad de estudio solos, con un compañero o en grupos pequeños.

Para estudiar el resto del relato del viaje de los jareditas hacia la tierra prometida, lee Éter 6:4–12. Busca más formas en las que el viaje de los jareditas se puede comparar con tu trayecto por la vida. Mientras estudias, practica el uso del proceso de cuatro pasos para comparar las Escrituras.

En particular, presta atención a lo que estos versículos te enseñan acerca del Padre Celestial y de Jesucristo.

Después de que los alumnos hayan tenido suficiente tiempo para estudiar, analicen lo que aprendieron. Si necesitan más ayuda, valore la posibilidad de hacer preguntas como las siguientes:

• ¿Qué les enseñan estos versículos acerca del Padre Celestial y de Jesucristo?

• ¿Cuáles son ejemplos de los “viento[s] furioso[s]” (Éter 6:5) que el Señor nos permite experimentar en nuestra vida? ¿Cómo podemos asegurarnos de que las pruebas o los desafíos nos ayuden a acercarnos más a Dios?

• ¿Cuáles son algunas de las maneras en las que podrían sentirse “sepultados” (Éter 6:6) durante su trayecto por la vida terrenal? ¿Qué leyeron en el versículo 7 que los podría ayudar en esos momentos?

• ¿Por qué creen que los jareditas alabaron al Señor durante su difícil viaje? (véase Éter 6:9). ¿Qué puede ayudarlos a sentir gratitud por Dios, incluso cuando estén afrontando pruebas?

Después del análisis, invite a los alumnos a pensar en cómo lo que estudiaron hoy puede ayudarlos en su vida, incluso con los obstáculos que identificaron anteriormente. Aliéntelos a anotar en sus diarios de estudio cualquier inspiración o reflexión espiritual que deseen recordar.

Testifique de las verdades que se analizaron hoy. Aliente a los alumnos a seguir comparando lo que leen en las Escrituras con su vida.

Comentarios e información de contexto

Éter 6:4. ¿Qué significa que los jareditas se encomendaron a Dios?

El élder L. Todd Budge, de los Setenta, enseñó:

Está escrito que, después, los jareditas “entraron en sus […] barcos y se hicieron a la mar, encomendándose al Señor su Dios”. [Éter 6:4; cursiva agregada]. Encomendarse significa confiar o entregarse. Los jareditas no entraron en los barcos porque sabían exactamente cómo les iría en su travesía; lo hicieron porque habían aprendido a confiar en el poder, la bondad y la misericordia del Señor y, por tanto, estuvieron dispuestos a entregarse al Señor, junto con las dudas y temores que hayan tenido (L. Todd Budge, “Confianza constante y resiliente”, Liahona, noviembre de 2019, pág. 48).

Éter 6:5–7. ¿Cómo puedo recibir protección durante las pruebas y los desafíos a los que me enfrento en la vida?

El presidente James E. Faust (1920–2007), de la Primera Presidencia, enseñó:

Todos enfrentamos vientos furiosos de maldad y mareas de sordidez similares a la situación que afrontaron los jareditas cuando se dirigían hacia la tierra prometida. Las olas del mar los echaban de un lado a otro y “muchas veces fueron sepultados en el fondo del mar, a causa de las gigantescas olas que rompían sobre ellos, y también por las grandes y terribles tempestades causadas por la fuerza del viento” (Éter 6:6). Sin embargo, recibieron protección porque, “cuando eran sepultados en el abismo, no había agua que los dañara, pues sus barcos estaban ajustados como un vaso” (Éter 6:7). En nuestra época, hay barcos que protegen contra esas terribles tempestades espirituales: nuestros templos, hogares, cuórums, barrios y estacas (James E. Faust, “We Believe in You!”, New Era, octubre de 2006, págs. 8–9).

¿Por qué puede resultar útil reflexionar sobre cómo estoy transitando mi recorrido por la vida?

Mira el video “La travesía” (3:46). En este video, el élder Dieter F. Uchtdorf, del Cuórum de los Doce Apóstoles, relata experiencias y comparte reflexiones que pueden ayudarnos en nuestro trayecto por la vida terrenal.

Actividades de aprendizaje complementarias

El uso de pasajes correlacionados

Es posible que resulte útil invitar a los alumnos a buscar pasajes de las Escrituras que estén relacionados con las verdades que están estudiando acerca del viaje de los jareditas. Podrían hacer una lista de las referencias que encuentren junto a los versículos correspondientes de Éter 6 en su ejemplar de las Escrituras. Los alumnos podrían buscar sus propios pasajes de las Escrituras o usted podría compartir pasajes relacionados (por ejemplo, los que se encuentran a continuación) e invitar a los alumnos a estudiar y descubrir cómo se relacionan los versículos con Éter 6.

Éter 6:2–3, 10 — Salmo 119:105; Juan 8:12; 1 Nefi 17:13

Éter 6:4 — Proverbios 3:5–6; Mosíah 7:19; Alma 38:5

Éter 6:5–8 — Mateo 7:24–25; Helamán 5:12; 2 Nefi 4:18–20, 35

Éter 6:9 — 1 Tesalonicenses 5:18; 1 Nefi 18:16; Alma 34:38

Éter 6:11 — 2 Nefi 31:20; Mosíah 24:15; Doctrina y Convenios 24:8

Éter 6:12 — Salmo 145:8–9; Lucas 17:11–19; Alma 7:23

Actividad de dibujo

Hay muchos elementos del viaje de los jareditas que se describen en Éter 6:1–12 y que sería interesante visualizar. Para ello, los alumnos podrían crear una imagen que represente un concepto o acontecimiento de uno o más de los versículos que estudien. También podrían escribir en algún lugar de la imagen una frase del pasaje de las Escrituras en el que se estén enfocando. Luego, los alumnos podrían compartir y explicar su dibujo a un compañero o en un grupo pequeño, y algunos alumnos podrían compartir su imagen con toda la clase.

Otras lecciones que aprendemos del viaje de los jareditas

Para ayudar a los alumnos a reconocer las verdades que pueden aprender del viaje de los jareditas, valore la posibilidad de mostrar “Confianza constante y resiliente”, desde 2:58 hasta 9:46. En este discurso, el élder L. Todd Budge, de los Setenta, habla de muchas maneras en las que el viaje de los jareditas hacia la tierra prometida se puede comparar con nuestra vida.