“24 abril. ¿Por qué Dios nos da mandamientos? Éxodo 18–20”, Ven, sígueme — Para cuórums del Sacerdocio Aarónico y clases de las Mujeres Jóvenes: Temas doctrinales 2022 (2021)
“24 abril. ¿Por qué Dios nos da mandamientos?” Ven, sígueme — Para cuórums del Sacerdocio Aarónico y clases de las Mujeres Jóvenes: Temas doctrinales 2022
24 abril
¿Por qué Dios nos da mandamientos?
Deliberar en consejo
Dirigido por un miembro de la presidencia de cuórum o de clase; 10–20 minutos
Al principio de la reunión, repitan juntos el Lema de las Mujeres Jóvenes o el Lema de los cuórums del Sacerdocio Aarónico. Después, dirijan un análisis sobre la obra de salvación y exaltación utilizando una o más de las preguntas que figuran a continuación o sus propias preguntas (véase Manual General, 10.2, 11.2, LaIglesiadeJesucristo.org). Planifiquen maneras de actuar de conformidad con lo que hayan analizado.
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Vivir el Evangelio. ¿Qué experiencias recientes nos han acercado más al Padre Celestial y a Jesucristo?
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Cuidar de los necesitados. ¿Se ha mudado alguien a nuestro barrio o se ha unido alguien a la Iglesia recientemente? ¿Cómo podemos ayudarles a sentirse bienvenidos?
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Invitar a todos a recibir el Evangelio. ¿Hay alguna actividad próxima a la que podamos invitar a nuestros amigos?
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Unir a las familias por la eternidad. ¿Qué esfuerzos podemos hacer para registrar nuestra historia personal?
Según sea apropiado, hagan lo siguiente al terminar la lección:
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Testificar de los principios que se enseñaron.
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Recordar a los miembros de la clase o del cuórum en cuanto a los planes y las invitaciones que se hicieron durante la reunión.
Enseñar la doctrina
Dirigido por un líder adulto o un joven; 25–35 minutos
Prepárate espiritualmente
Leer Éxodo 20 podría dar lugar a que pienses sobre la razón por la que tenemos mandamientos. Algunas personas ven los mandamientos como algo restrictivo o como un intento de controlarnos, pero debido a que nosotros sabemos que Dios es un Padre amoroso, podemos confiar en que Sus leyes son para nuestro bien, aun cuando no siempre sepamos las razones por las que se nos han dado. Él nos ha prometido que podemos saber que Sus mandamientos son verdaderos al vivirlos (véase Juan 7:17).
El presidente Russell M. Nelson enseñó: “Debido a que el Padre y el Hijo nos aman con un amor infinito y perfecto, y a causa de que saben que no podemos ver todo lo que Ellos ven, nos han dado leyes que nos guiarán y protegerán. Existe una fuerte conexión entre el amor de Dios y Sus leyes” (“The Love and Laws of God”, devocional de la Universidad Brigham Young, 17 de septiembre de 2019, pág. 2, speeches.byu.edu).
¿Por qué estas agradecido por los mandamientos? ¿Qué te gustaría que los miembros de tu clase o cuórum entendieran sobre el porqué Dios nos ha dado mandamientos? Te puedes preparar para enseñar al repasar Éxodo 20 y el mensaje del presidente Dallin H. Oaks titulado “Amar a los demás y vivir con las diferencias” (Liahona, noviembre de 2014, págs. 25–28).
Aprender juntos
A fin de ayudar a los miembros de la clase o del cuórum a repasar los Diez Mandamientos, podrías pedirles que nombren de memoria todos los que puedan. Si necesitaran ayuda, podrían consultar Éxodo 20:3–17. ¿Por qué Dios nos da mandamientos? Para ayudar a responder esa pregunta, podrían analizar algunos de los Diez Mandamientos en grupos pequeños. ¿En qué forma el vivir esos mandamientos nos ayuda a encontrar la felicidad y a acercarnos más a Dios? Las siguientes ideas pueden ayudar a quienes enseñas a aprender más sobre las razones por las que Dios nos da mandamientos.
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Las Escrituras contienen respuestas a la pregunta “¿Por qué Dios nos da mandamientos?”. Podrías invitar a los integrantes de la clase o del cuórum a buscar respuestas en uno o más de los pasajes de las Escrituras que se encuentran en “Recursos de apoyo”, y luego pedirles que compartan algo que hayan encontrado. También podrían ver los siguientes videos para buscar ideas: “Instrucciones”, “¿Por qué nos da mandamientos Dios?” (Canal Strive to Be en YouTube).
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A fin de ayudar a los miembros de la clase o del cuórum a entender por qué Dios nos da mandamientos, podrías comparar el tener mandamientos de Dios con experiencias con las que ellos se puedan identificar. Por ejemplo, podrías pedirles que se imaginen que van en bicicleta por un camino en la montaña cerca de un precipicio escarpado y que hay una cerca a lo largo del camino. Pídeles que analicen con otra persona preguntas como las siguientes: ¿En qué sentido son los mandamientos de Dios como la cerca? ¿De qué manera el obedecer los mandamientos nos ha bendecido? ¿Qué otras comparaciones nos ayudan a entender por qué Dios nos da mandamientos y por qué debemos obedecerlos? Para ver algunos ejemplos, podrías invitarlos a repasar uno de los mensajes o videos que se encuentran en “Recursos de apoyo”. Pídeles que compartan las comparaciones que encuentren y que analicen lo que aprendieron.
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El análisis podría llevar a que los miembros de la clase o el cuórum hablen de cómo debemos tratar a los que no creen en algunos mandamientos o no los viven. Podrías invitarlos a buscar consejos en el mensaje del presidente Dallin H. Oaks titulado “Amar a los demás y vivir con las diferencias”. Podrías hacer preguntas como estas: ¿De qué manera debemos tratar a los que decidan vivir de un modo diferente al nuestro? ¿Cómo podemos ver lo bueno en los demás cuando toman decisiones diferentes que nosotros?
Actuar con fe
Insta a los miembros de la clase o del cuórum a que mediten y anoten lo que harán para actuar de conformidad con las impresiones que hayan recibido el día de hoy. Si lo desean, podrían compartir sus ideas. Invítalos a pensar sobre la forma en que actuar de acuerdo con sus impresiones fortalecerá su relación con el Padre Celestial y con Jesucristo.
Recursos de apoyo
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Deuteronomio 10:12–13; Alma 36:30; Doctrina y Convenios 1:24–28; 82:8–10; 93:20, 28; 130:18–21 (Por qué Dios nos da mandamientos)
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Jeffrey R. Holland, “Somos los soldados” (Liahona, noviembre de 2011, págs. 44–47; véase también el video “Mantente dentro de los límites”); Richard G. Scott, “La Expiación puede asegurar tu paz y tu felicidad” (Liahona, noviembre de 2006, págs. 40–42; véase también el video “Un anclaje seguro”); Von G. Keetch, “Benditos y felices son aquellos que guardan los mandamientos de Dios” (Liahona, noviembre de 2015, págs. 115–117; véase también el video con el mismo título)