“8 mayo. ¿Cómo sé que Dios me ha perdonado? Éxodo 35–40; Levítico 1; 16; 19”, Ven, sígueme — Para cuórums del Sacerdocio Aarónico y clases de las Mujeres Jóvenes: Temas doctrinales 2022 (2021)
“8 mayo. ¿Cómo sé que Dios me ha perdonado?” Ven, sígueme — Para cuórums del Sacerdocio Aarónico y clases de las Mujeres Jóvenes: Temas doctrinales 2022
8 mayo
¿Cómo sé que Dios me ha perdonado?
Deliberar en consejo
Dirigido por un miembro de la presidencia de cuórum o de clase; 10–20 minutos
Al principio de la reunión, repitan juntos el Lema de las Mujeres Jóvenes o el Lema de los cuórums del Sacerdocio Aarónico. Después, dirijan un análisis sobre la obra de salvación y exaltación utilizando una o más de las preguntas que figuran a continuación o sus propias preguntas (véase Manual General, 10.2, 11.2, LaIglesiadeJesucristo.org). Planifiquen maneras de actuar de conformidad con lo que hayan analizado.
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Vivir el Evangelio. ¿En qué forma el volvernos al Señor nos ayuda a afrontar nuestros desafíos y pruebas?
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Cuidar de los necesitados. ¿A quién conocemos que necesite nuestras oraciones y nuestra amistad?
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Invitar a todos a recibir el Evangelio. ¿Qué planes para compartir el Evangelio se han abordado en las reuniones de consejo de barrio para la juventud? ¿De qué manera puede participar nuestra clase o cuórum?
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Unir a las familias por la eternidad. ¿De qué manera el hacer la obra de historia familiar puede fortalecer nuestra relación con el Padre Celestial y con Jesucristo?
Según sea apropiado, hagan lo siguiente al terminar la lección:
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Testificar de los principios que se enseñaron.
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Recordar a los miembros de la clase o del cuórum en cuanto a los planes y las invitaciones que se hicieron durante la reunión.
Enseñar la doctrina
Dirigido por un líder adulto o un joven; 25–35 minutos
Prepárate espiritualmente
Las personas a veces se preguntan si han hecho “lo suficiente” para recibir el perdón de sus pecados. Aun cuando el arrepentimiento sí requiere esfuerzo, al final no somos perdonados porque hayamos completado una lista de verificación ni porque hayamos realizado ciertas tareas. Somos perdonados a medida que aceptamos la misericordia que Jesucristo ofrece. Es de esta manera que nuestra naturaleza puede cambiar.
En la antigüedad, los rituales y sacrificios de la ley de Moisés dirigían la atención de los israelitas a la expiación del Salvador. Tal como el Señor explicó en Levítico 16:30, “en este día se hará expiación por vosotros para limpiaros; y seréis limpios de todos vuestros pecados delante de Jehová”. Claro está que un ritual en sí no nos da el perdón por el pecado. El perdón proviene de Jesucristo. En nuestra era, las ordenanzas como el bautismo y la Santa Cena dirigen nuestra mente y nuestro corazón al Salvador. Nos ayudan a entender que Él siempre nos perdonará a medida que nos arrepintamos.
¿De qué manera te ha ayudado el Padre Celestial a saber que has sido perdonado? Podrías estudiar Mosíah 4:1–3 y el mensaje del presidente Tad R. Callister titulado “La expiación de Jesucristo” (Liahona, mayo de 2019, págs. 85–87). Ese mensaje puede ayudar a aquellos a quienes enseñas a entender que el Padre Celestial nos perdona cuando nos arrepentimos.
Aprender juntos
Podrías empezar poniendo a la vista imágenes del Salvador en Getsemaní y en la cruz (véase Libro de obras de arte del Evangelio, nros. 56–57). Invita a los jóvenes a escudriñar Levítico 1:1–9; 16:15–16, 30. Pídeles que compartan frases que les recuerden la expiación del Salvador. ¿De qué manera los sacrificios que se describen en esos versículos ayudaron a los israelitas a esperar con anhelo la expiación del Salvador? ¿Qué nos ayuda a recordar la expiación del Salvador? ¿Qué nos ayuda a sentir el amor y el perdón del Salvador? Las actividades que figuran a continuación pueden contribuir a que los jóvenes entiendan mejor que Dios nos perdonará.
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Diversas personas de las Escrituras describieron los sentimientos que tuvieron cuando el Padre Celestial los perdonó. Los miembros de tu clase o cuórum podrían leer algunos ejemplos (véase “Recursos de apoyo”). Invítalos a hacer una lista de frases de esos versículos que describen lo que se siente al ser perdonado. Podrías pedirles que expresen con sus propias palabras qué han sentido cuando han sido perdonados. ¿Qué aprendemos en cuanto a Dios por esos sentimientos? Quizá podrías compartir tus propios sentimientos en cuanto al perdón.
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A veces las personas no están seguras si han sido perdonadas porque no están seguras si realmente se han arrepentido. El mensaje del élder Dale G. Renlund titulado “El arrepentimiento: Una gozosa elección” explica cómo realmente arrepentirse y recibir el perdón de Dios (Liahona, noviembre de 2016, págs. 121–124). Podrías escribir en la pizarra los encabezamientos Verdadero arrepentimiento y Cosas que impiden el arrepentimiento. Pide a aquellos a quienes enseñas que encuentren enseñanzas en el mensaje que correspondan con los encabezamientos. ¿Qué aprendemos acerca del Salvador y Su perdón en los últimos tres párrafos de ese mensaje?
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Algunas personas pueden haberse arrepentido, pero no sienten que han sido perdonadas. La razón de ello puede ser que no han podido perdonarse a sí mismas. Los consejos que se encuentran en el mensaje del presidente Tad R. Callister titulado “La expiación de Jesucristo” podrían ayudarles. Tu clase o cuórum podría leer la sección que comienza con “2. El pecado”. Pídeles que encuentren consejos que podrían compartir con un amigo o familiar que todavía se sienta culpable incluso después de haberse arrepentido. Concede tiempo a los jóvenes para compartir sus sentimientos en cuanto al Salvador, quien hizo posible que nos arrepintamos y seamos perdonados.
Actuar con fe
Insta a los miembros de la clase o del cuórum a que mediten y anoten lo que harán para actuar de conformidad con las impresiones que hayan recibido el día de hoy. Si lo desean, podrían compartir sus ideas. Invítalos a pensar sobre la forma en que actuar de acuerdo con sus impresiones fortalecerá su relación con el Padre Celestial y con Jesucristo.
Recursos de apoyo
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Enós 1:1–8; Mosíah 4:1–3; Alma 24:7–10; 36:17–21 (Lo que las personas sintieron cuando fueron perdonadas)
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Isaías 1:18; Mosíah 26:30; Moroni 6:8; Doctrina y Convenios 58:42–43; 64:10 (El Señor promete perdonarnos)
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Russell M. Nelson, “Podemos actuar mejor y ser mejores”, Liahona, mayo de 2019, págs. 67–69
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Craig A. Cardon, “El Salvador desea perdonar”, Liahona, mayo de 2013, págs. 15–18