Después de Su resurrección, el Salvador dirigió Su Iglesia por medio de Sus apóstoles, Pedro incluido.

9 de julio

¿Cómo dirige Su Iglesia Jesucristo?

Hechos 1–5

Deliberar en consejo

Dirigido por un miembro de la presidencia de clase o de cuórum; 10–20 minutos aproximadamente

Al principio de la reunión, repitan juntos el Lema de las Mujeres Jóvenes o el Lema de los cuórums del Sacerdocio Aarónico. Después, dirijan un análisis sobre la obra de salvación y exaltación utilizando una o más de las preguntas que figuran a continuación o sus propias preguntas (véase Manual General, 10.2, 11.2). Planifiquen maneras de actuar de conformidad con lo que hayan analizado.

• Vivir el Evangelio. ¿Qué temas ha abordado el obispado en nuestras reuniones del consejo de barrio para la juventud? ¿Qué podemos hacer como clase o cuórum basándonos en esas conversaciones?

• Cuidar de los necesitados. ¿Cómo podemos tender la mano a las personas de una manera semejante a la de Cristo cuando vemos una necesidad y no sabemos qué decir?

• Invitar a todos a recibir el Evangelio. ¿Qué hemos hallado en el evangelio de Jesucristo que nos brinda gozo? ¿Cómo podemos compartir ese gozo con los demás?

• Unir a las familias por la eternidad. ¿Qué estamos haciendo para encontrar los nombres de nuestros antepasados que necesitan las ordenanzas del templo? ¿Qué podemos hacer para ayudar a los demás a encontrar los nombres de sus antepasados?

Según sea apropiado, hagan lo siguiente al terminar la lección:

• Testificar de los principios que se enseñaron.

• Recordar a los miembros de la clase o del cuórum en cuanto a los planes y las invitaciones que se hicieron durante la reunión.

Enseñar la doctrina

Dirigido por un líder adulto o un joven; 25–35 minutos aproximadamente

Prepárate espiritualmente

Una cosa es saber que la Iglesia es buena, que enseña principios verdaderos o que puede ayudarte a llegar a ser una persona mejor; otra distinta es saber que la Iglesia en la actualidad es, literalmente, la Iglesia de Jesucristo, establecida por Él y dirigida personal y continuamente por Él por medio de un profeta viviente. El libro de Hechos da abundantes evidencias de que el Salvador está íntimamente involucrado en la dirección de Su Iglesia. A medida que estudies los capítulos 1–5, busca esas evidencias y medita en cómo sabes que Él continúa dirigiendo Su Iglesia en la actualidad. ¿Cómo te ha bendecido este conocimiento?

¿Tienen los jóvenes a los que enseñas un testimonio de que la Iglesia a la que pertenecen es dirigida por el Salvador mismo? ¿Cómo los bendeciría ese testimonio? ¿Cómo puedes ayudarlos a obtener o fortalecer este testimonio? Además de estudiar Hechos 1–5, también podrías leer el mensaje del élder Quentin L. Cook titulado “La bendición de la revelación continua a los profetas y de la revelación personal para guiar nuestra vida” (Liahona, mayo de 2020, págs. 96–100).

Aprender juntos

Para comenzar el análisis, podrías escribir en la pizarra: Jesucristo dirigió Su Iglesia por medio de la revelación a Sus apóstoles. Los miembros de la clase o del cuórum podrían compartir algo que hayan encontrado en su estudio de Hechos 1–5 que apoye esa afirmación. (De ser necesario, podrías dirigirlos a Hechos 1:1–8; 2:36–39; 4:1–13, 31–33). ¿Qué evidencia vemos de que Jesucristo dirige Su Iglesia de la misma manera en la actualidad? Actividades como las siguientes pueden ayudar a quienes enseñas a fortalecer su fe en esta importante verdad.

• Podrías preparar varias preguntas como estas: ¿Cómo dirige Jesucristo Su Iglesia? ¿Cómo podemos aumentar nuestra fe en que Jesucristo está dirigiendo Su Iglesia? ¿Por qué confían en los profetas y apóstoles del Señor? Entrega una de las preguntas a cada miembro de la clase o del cuórum e invítalos a meditar en ella y a pensar en pasajes de las Escrituras que podrían ayudarlos a contestarla (si fuera necesario, consulta “Recursos de apoyo” para obtener ideas). Luego dales tiempo para que todos compartan y analicen lo que hayan aprendido.

• A fin de ayudar a la clase o al cuórum a ver cómo el Señor dirige Su Iglesia, podrías invitarlos a repasar la primera sección del mensaje del élder Quentin L. Cook titulado “La bendición de la revelación continua a los profetas y de la revelación personal para guiar nuestra vida”. Tal vez cada miembro de la clase o del cuórum podría compartir algo del mensaje que lo ayude a saber que Jesucristo está dirigiendo Su Iglesia de manera activa y personal. ¿Qué otras perspectivas encontramos en los pasajes de las Escrituras de “Recursos de apoyo”?

• También podría ser útil que los jóvenes aprendan más acerca de cómo el Señor dirige su barrio. Podrías pedirles que compartan ejemplos de cómo el Señor está guiando a los líderes individuales del barrio, incluso a la presidenta de la clase o al presidente del cuórum. Durante la semana anterior a la clase podrías pedir a varios líderes del barrio que compartan, en persona o por vía electrónica, experiencias que demuestren la forma en que el Señor los guía. Los miembros de la clase o del cuórum podrían encontrar ejemplos adicionales en el mensaje del presidente Henry B. Eyring titulado “El Señor dirige Su Iglesia” (Liahona, noviembre de 2017, págs. 81–84). ¿Por qué es importante tener fe en que el Señor inspira a los líderes de nuestro barrio?

• Hay quienes piensan que si somos buenas personas y hacemos cosas buenas, no se necesita una iglesia. Podrías preguntar a los jóvenes cómo responderían a esto. En su mensaje titulado “La necesidad de una Iglesia” (Liahona, noviembre de 2021, págs. 24–26), el presidente Dallin H. Oaks dio varias razones por las que las iglesias, incluida la Iglesia restaurada del Señor, son importantes. Los jóvenes podrían escudriñar este mensaje en grupos de dos, en grupos pequeños o como clase o cuórum, y luego compartir lo que encuentren.

El Señor guía Su Iglesia por medio de la revelación, incluso a las presidencias de clase y de cuórum.

Actuar con fe

Insta a los miembros de la clase o del cuórum a que mediten y anoten lo que harán para actuar de conformidad con las impresiones que hayan recibido el día de hoy. Si lo desean, podrían compartir sus ideas. Invítalos a pensar sobre la forma en que actuar de acuerdo con sus impresiones fortalecerá su relación con el Padre Celestial y con Jesucristo.

Recursos de apoyo

• Efesios 2:19–20; 4:11–15; Doctrina y Convenios 1:38; 21:1–6; Artículos de Fe 1:5–6.

Enseñar a la manera del Salvador

A fin de invitar al Espíritu cuando enseñas, anima a otras personas a compartir su testimonio personal de la verdad de la que estén hablando.