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20 – 26 octubre: “Oh Dios, ¿en dónde estás?”: Doctrina y Convenios 121–123


“20 – 26 octubre: ‘Oh Dios, ¿en dónde estás?’: Doctrina y Convenios 121–123”, Ven, sígueme — Para el hogar y la Iglesia: Doctrina y Convenios 2025, 2025

“Doctrina y Convenios 121–123”, Ven, sígueme — Para el hogar y la Iglesia: 2025

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José Smith en la cárcel de Liberty

Liberty Jail [La cárcel de Liberty], por Welden Andersen

20 – 26 octubre: “Oh Dios, ¿en dónde estás?”

Doctrina y Convenios 121–123

Al subsuelo de la cárcel de Liberty, Misuri, se lo conocía como “el calabozo”. Los muros eran gruesos, el piso de piedra era frío y estaba muy sucio; la comida era escasa y estaba putrefacta; y los dos estrechos tragaluces con rejas de hierro, que estaban casi a la altura del techo, permitían el paso de muy poca luz. Allí es donde José Smith y algunas otras personas pasaron cuatro gélidos meses durante el invierno de 1838 a 1839. Durante ese tiempo, José constantemente recibía noticias sobre el sufrimiento de los santos. La paz y el optimismo de Far West habían perdurado solo unos meses y ahora los santos nuevamente estaban sin hogar, expulsados al yermo en busca, una vez más, de otro lugar para comenzar, y esta vez con su Profeta en la cárcel.

Sin embargo, incluso en esa desdichada cárcel, se “derram[ó] conocimiento desde el cielo” (Doctrina y Convenios 121:33). La pregunta de José: “Oh Dios, ¿en dónde estás?” fue respondida clara y poderosamente: “no temas […], porque Dios estará contigo para siempre jamás” (véanse Doctrina y Convenios 121:1; 122:9).

Véanse Santos, tomo I, págs. 328–404; “Dentro de los muros de la cárcel de Liberty”, en Revelaciones en contexto, págs. 273–281.

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Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia

Doctrina y Convenios 121:1–10, 23–33; 122

Con Dios, la adversidad puede “se[r] para [mi] bien”.

Cuando nosotros sufrimos o cuando las personas que amamos sufren, es normal preguntarse si acaso Dios nos tiene presentes. Al leer Doctrina y Convenios 121:1–6, piensa en ocasiones en que hayas tenido preguntas o sentimientos similares a los de José Smith. ¿Qué hallas en la respuesta del Señor que podría ayudarte cuando tengas esas preguntas o sentimientos? Por ejemplo, en los versículos 7–10 y 26–33, presta atención a las promesas que Él extiende. ¿Qué crees que significa “sobrelleva[rlo] bien”? ¿De qué manera nos ayuda el Salvador a hacerlo?

Conforme leas la sección 122, considera cómo quiere el Señor que veas tus adversidades. Podrías reflexionar sobre las experiencias que has tenido en tus pruebas y en el modo en que estas podrían “se[r] para [tu] bien” (versículo 7).

Véanse también Quentin L. Cook, “La paz personal en tiempos difíciles”, Liahona, noviembre de 2021, págs. 89–92; “¿Dónde hallo el solaz?”, Himnos, nro. 69.

Doctrina y Convenios 121:34–46

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El poder y la influencia verdaderos se basan en “los principios de la rectitud”.

El poder del mundo obligó a los santos a abandonar Misuri y a José Smith a ir a la cárcel. Sin embargo, mientras José se hallaba allí, el Señor le enseñó sobre una clase diferente de poder: Su poder, es decir, “los poderes del cielo”. Leer acerca de dicho poder en Doctrina y Convenios 121:34–46 podría ayudarte a aprender cómo recibirlo y cómo usarlo para bendecir a otras personas. Si lo deseas, escribe lo que aprendas en un cuadro con dos columnas tituladas: “Los poderes del cielo” y “El poder del mundo”. ¿En qué se diferencian esas dos clases de poder? ¿Qué te enseñan sobre el Señor esas descripciones de Su poder?

También podrías reflexionar sobre la palabra influencia, que está en el versículo 41. ¿En qué situaciones podrías tener deseos de ser una influencia para bien? ¿Acaso en alguna relación familiar, en donde estudias, en el trabajo o en alguna asignación de la Iglesia? ¿Qué aprendes en los versículos 41–46 sobre el modo en que Dios influye en Sus hijos? Podrías resumir lo que aprendas al completar un enunciado como este: “A fin de influir en para bien, voy a ”.

Véanse también Jeffrey R. Holland, “No como el mundo la da”, Liahona, mayo de 2021, págs. 35–38; David A. Bednar, “Los poderes del cielo”, Liahona, mayo de 2012, págs. 48–51; “Los poderes del cielo” (video), Biblioteca del Evangelio.

Elige una frase y estúdiala en profundidad. Para aprender más sobre las maravillosas bendiciones que se describen en los versículos 45–46, puedes elegir una frase que te llame la atención y estudiarla en profundidad. Por ejemplo, ¿qué significa la palabra engalanar y de qué modo la virtud puede engalanar tus pensamientos? O quizás puedas buscar alguna ilustración que muestre el rocío e investigar cómo se forma el rocío sobre las plantas. ¿En qué se asemeja eso a la manera en que el Señor enseña Su doctrina? Explica lo que descubras a tu familia o amigos, incluso a tus amigos de la Iglesia.

Doctrina y Convenios 122:8

Jesucristo ha descendido debajo de todas las cosas a fin de poder levantarme.

¿Qué crees que significa decir que Jesucristo “ha descendido debajo de todo”? Los siguientes son algunos versículos adicionales que podrían ayudarte a entender esa expresión: Isaías 53:3–4; Hebreos 2:17–18; 1 Nefi 11:16–33; Alma 7:11–13. Basándote en lo que has aprendido, podrías reescribir Doctrina y Convenios 122:8 con tus propias palabras. ¿Cómo puedes mostrar tu agradecimiento a Jesucristo por haber descendido debajo de todo?

¿De qué modo esta reflexión del presidente Dallin H. Oaks ayuda a tu comprensión? “Podríamos decir que habiendo descendido debajo de todo, [Jesucristo] está en una posición perfecta para levantarnos y darnos la fuerza que necesitamos para soportar nuestras aflicciones” (“Fortalecidos por la Expiación de Jesucristo”, Liahona, noviembre de 2015, pág. 64).

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Jesucristo sufre en Getsemaní

Detalle de No se haga mi voluntad, sino la tuya, por Walter Rane

Doctrina y Convenios 123

“Hagamos con buen ánimo cuanta cosa esté a nuestro alcance”.

En Doctrina y Convenios 123:7–8, José Smith se refirió a creencias falsas que llevaron al sufrimiento e incluso a la persecución de los santos. En marzo de 1839, podía parecer que no había mucho que los santos pudieran hacer al respecto; sin embargo, en sus cartas escritas desde la cárcel de Liberty, José les dijo lo que sí podían hacer: “recopilen lo que sepan de todos los hechos” y “permane[zcan] tranquilos, con la más completa seguridad, para ver la salvación de Dios” (Doctrina y Convenios 123:1, 17). Al considerar los problemas del mundo actual, piensa en maneras de abordarlos que “esté[n] a nuestro alcance” (versículos 12, 17) y no pases por alto las “cosas [aparentemente] pequeñas” (versículo 15). ¿Por qué es importante hacer esas cosas “con buen ánimo”? (Versículo 17).

Muchos de los informes que José pidió en esta carta se enviaron al gobierno y se publicaron en una serie de once partes en un periódico de Nauvoo llamado Times and Seasonsjosephsmithpapers.org (véase “A History, of the Persecution, of the Church of Jesus Christ, of Latter Day Saints in Missouri, December 1839–October 1840”).

Para obtener más ideas, consulta los ejemplares de este mes de las revistas Liahona y Para la Fortaleza de la Juventud.

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Ideas para enseñar a los niños

Doctrina y Convenios 121:1–9; 122:7–9

Con Dios, mis pruebas pueden ser para mi bien.

  • Para ayudar a los niños a imaginar cómo se habrán sentido José Smith y sus amigos en la cárcel de Liberty, podrían leer juntos el “Capítulo 46: José Smith en la cárcel de Liberty”, (en Relatos de Doctrina y Convenios, págs. 173–175) o “Voces de la Restauración: La cárcel de Liberty”, o bien ver parte del video “José Smith: El Profeta de la Restauración” (Biblioteca del Evangelio, a partir de 41:30). Mientras leen juntos Doctrina y Convenios 121:1–9, podrías hablar sobre cómo el Salvador ayudó a José a sentir paz. ¿Cómo encontramos paz en el Salvador, incluso durante los momentos difíciles?

  • A fin de ayudar a los niños a ver que nuestras pruebas pueden “se[r] para [nuestro] bien” (Doctrina y Convenios 122:7), podrías hablarles de cómo crecen los músculos cuando cargamos algo pesado. Incluso puedes invitarlos a levantar algún objeto pesado. Luego, puedes hablar sobre cómo el experimentar momentos difíciles puede servirnos para que nuestro espíritu crezca, conforme recurrimos al Señor para pedirle ayuda. Menciona algunos ejemplos de tu vida.

Doctrina y Convenios 121:34–46

La rectitud proporciona “los poderes del cielo”.

  • Quizás alguna analogía podría ayudar a los niños a entender “los poderes del cielo”. Por ejemplo, puedes comparar el poder de Dios con la energía eléctrica. ¿Qué cosas podrían impedir que algún aparato eléctrico reciba energía eléctrica? ¿Qué cosas disminuyen nuestro poder espiritual? ¿Qué cosas lo aumentan? (Busca palabras y frases en Doctrina y Convenios 121:34–46; véase también el Manual General, 3.5, 3.6, Biblioteca del Evangelio).

Doctrina y Convenios 122:7–9

Jesucristo sabe por lo que estoy pasando.

  • Después de leer Doctrina y Convenios 122:7–9 con los niños, podrías hablar sobre alguna ocasión en que hayas sentido que el Salvador estaba contigo, acompañándote durante una prueba difícil. También podrían cantar juntos “Pequeño niño fue Jesús” (Canciones para los niños, pág. 34) y, luego, podrías testificar que Jesucristo puede ayudarnos, porque Él sabe cómo nos sentimos.

Doctrina y Convenios 123:15–17

Incluso las cosas pequeñas pueden marcar una gran diferencia en el servicio a Dios.

  • Para ayudar a los niños a comprender Doctrina y Convenios 123:15–17, podrías mostrarles una ilustración de un barco grande y de su pequeño timón, o también presentarles la explicación del élder David A. Bednar que está en “Los principios de Mi evangelio” (Liahona, mayo de 2021, págs. 125–126). Luego, podrías hablar sobre pequeñas maneras en que podemos servir alegremente a nuestra familia y amigos.

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Ilustración de un barco en el mar

Al igual que el pequeño timón de un gran barco, nuestros pequeños esfuerzos pueden marcar una gran diferencia

Para obtener más ideas, consulta el ejemplar de este mes de la revista El Amigo.

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