“15 – 21 julio. Hechos 10–15: ‘La palabra del Señor crecía y se multiplicaba’” Ven. Sígueme — Para uso individual y familiar: Nuevo Testamento 2019 (2019)
“15 – 21 julio. Hechos 10-15”, Ven, sígueme — Para uso individual y familiar 2019
15 – 21 julio
Hechos 10–15
“La palabra del Señor crecía y se multiplicaba”
Lea Hechos 10–15 cuidadosamente, y tómese el tiempo para percibir pensamientos y sentimientos por parte del Espíritu. ¿Qué hay en esos capítulos que usted pueda aprender?
Anote sus impresiones
Las enseñanzas de Jesucristo durante Su ministerio terrenal a menudo representaban un desafío a las arraigadas tradiciones y creencias de la gente. Esto no cesó luego de Su ascensión al cielo; después de todo, Él seguía dirigiendo Su Iglesia por medio de revelación. Por ejemplo, durante la vida terrenal de Jesús, Sus discípulos predicaron el Evangelio solo a sus compatriotas judíos; pero poco después de la muerte del Salvador y que Pedro se convirtiera en el Profeta de la Iglesia, Jesucristo le reveló a Pedro que había llegado el tiempo de que se predicara el Evangelio a los que no eran judíos. La idea de compartir el Evangelio con los gentiles no nos sorprende hoy en día, ¿pero qué lección hay en ese relato para nosotros? Quizás una lección sea que los cambios en las normas y las prácticas de la Iglesia, tanto en la antigüedad como en los tiempos modernos, se llevan a cabo mediante la revelación del Señor a Sus líderes escogidos (Amós 3:7; D. y C. 1:38). La revelación continua es una característica esencial de la Iglesia de Jesucristo verdadera y viviente. Al igual que Pedro, debemos estar dispuestos a aceptar la revelación continua y vivir “de toda palabra de Dios” (Lucas 4:4), que comprende “todo lo que [Él] ha revelado, todo lo que actualmente revela”, y “muchos grandes e importantes asuntos pertenecientes al reino de Dios” que Él aún revelará (Artículos de Fe 1:9).
Ideas para el estudio personal de las Escrituras
“Dios no hace acepción de personas”.
Por el espacio de muchas generaciones, los judíos habían creído que ser de “la simiente de Abraham” significaba que una persona era aceptada (escogida) por Dios (véase Lucas 3:8). Se consideraba al resto de las personas como gentiles “inmundos”, a quienes Dios no aceptaba. En Hechos 10, ¿que enseñó el Señor a Pedro acerca de quiénes se agrada Él? (Hechos 10:35). ¿Qué evidencias ve en este capítulo de que Cornelio vivía una vida que era aceptable ante el Señor? ¿Por qué es importante saber que “Dios no hace acepción de personas” (versículo 34), es decir, que todas las personas pueden recibir las bendiciones si viven el Evangelio? (véase 1 Nefi 17:35).
Al igual que los judíos que se consideraban superiores a quienes no eran de la simiente de Abraham, ¿se ha descubierto a sí mismo haciendo suposiciones o comentarios descorteses y desinformados sobre personas que son diferentes a usted? ¿Cómo podría vencer esa costumbre? Podría resultar interesante tratar de hacer un simple ejercicio durante los próximos días: Cada vez que esté interactuando con alguien, trate de pensar “esta persona es un hijo o una hija de Dios”. Al hacerlo, ¿qué cambios notó en su manera de pensar e interactuar con los demás?
Véanse también D. Todd Christofferson, “Permaneced en mi amor”, Liahona, noviembre de 2016, págs. 48–51; 1 Samuel 16:7; “La revelación a Pedro de llevar el Evangelio a los gentiles” (video, LDS.org).
El Padre Celestial me enseña línea por línea por medio de la revelación.
Cuando Pedro vio la visión que se describe en Hechos 10, al principio, él se resistía a entenderla y “dudaba dentro de sí, preguntándose qué sería” (versículo 17). No obstante, el Señor le dio un mayor entendimiento cuando Pedro lo buscó. Al leer Hechos 10, 11 y 15, fíjese en cómo se amplió con el tiempo la comprensión de Pedro acerca de su visión. Cuando usted ha tenido preguntas, ¿de qué modo ha buscado y recibido un mayor entendimiento de Dios?
En Hechos 10, 11 y 15 se exponen varias situaciones en las que el Señor guio a Sus siervos por medio de revelación. Al leer esos capítulos, puede resultarle útil el anotar lo que encuentre en cuanto a la revelación. ¿Cómo le habla el Espíritu?
Véanse también “Revelación”, en Temas del Evangelio, topics.lds.org; Ronald A. Rasband, “Deja que el Espíritu te enseñe”, Liahona, mayo de 2017, págs. 93–96; “La conferencia de Jerusalén” (video, LDS.org).
Soy cristiano porque creo en Jesucristo y lo sigo.
¿Qué hay de significativo en que a una persona se la llame cristiana? (véase Hechos 11:26). ¿Qué significa para usted que se le conozca como cristiano y tomar sobre sí el nombre de Cristo? (véase D. y C. 20:77). Considere el significado de los nombres. Por ejemplo, ¿qué significa para usted su apellido? ¿Por qué es importante el nombre de la Iglesia hoy en día? (véase D. y C. 115:4).
Véanse también Mosíah 5:7–15; Alma 46:13–15; 3 Nefi 27:3–8; M. Russell Ballard, “La Importancia de un nombre”, Liahona, noviembre de 2011, págs. 79–82.
Ideas para el estudio familiar de las Escrituras y la Noche de Hogar
Al leer las Escrituras con su familia, el Espíritu le ayudará a saber qué principios debe enfatizar y analizar a fin de cubrir las necesidades de su familia. A continuación, presentamos algunas sugerencias:
¿Alguna vez hemos tenido experiencias espirituales y, posteriormente, hemos dudado respecto a lo que sentimos o aprendimos? ¿Qué consejo podríamos darnos unos a otros que nos pudiera ayudar a vencer nuestras dudas? (véase Ronald A. Rasband, “Para que no te olvides”, Liahona, noviembre de 2016, págs. 113–115).
Cuando pusieron a Pedro en la cárcel, los miembros de la Iglesia se reunieron y oraron por él. ¿Hay alguien por quien su familia se sienta inspirada a orar, tal como un líder de la Iglesia o un ser querido? ¿Qué significa orar “sin cesar”? (Hechos 12:5).
Al leer este capítulo juntos, algunos integrantes de la familia podrían tomar nota de las bendiciones que recibieron los discípulos y la Iglesia, mientras que el resto de los integrantes podrían fijarse en la oposición y las pruebas que experimentaron los discípulos. ¿Por qué Dios permite que le ocurran cosas difíciles a las personas rectas?
Estos versículos describen un desacuerdo que surgió en la Iglesia con respecto a si se debía exigir de los conversos gentiles (que no eran judíos) que se circuncidaran como señal de sus convenios. El desacuerdo se resolvió luego que los Apóstoles se reunieron para considerar el asunto y recibieron una respuesta inspirada. Este puede ser un buen momento para enseñar a su familia de que hoy en día se sigue el mismo modelo. Seleccionen como familia una pregunta acerca del Evangelio para la que deseen hallar una respuesta. Busquen juntos conocimientos en las Escrituras y en las enseñanzas de los apóstoles y profetas modernos. (La Guía para el Estudio de las Escrituras y el Índice de temas del ejemplar de la conferencia general de la revista de la Iglesia podrían resultarles útiles).
Para consultar más ideas para enseñar a los niños, vea la reseña de esta semana de Ven, sígueme—Para la Primaria.