Antiguo Testamento 2022
Ideas a tener presentes: La lectura de poesía en el Antiguo Testamento


“Ideas a tener presentes: La lectura de poesía en el Antiguo Testamento”, Ven, sígueme — Para uso individual y familiar: Antiguo Testamento 2022 (2021)

“Ideas a tener presentes: La lectura de poesía en el Antiguo Testamento”, Ven, sígueme — Para uso individual y familiar: 2022

Imagen
icono de ideas

Ideas a tener presentes

La lectura de poesía en el Antiguo Testamento

En los libros del Antiguo Testamento que anteceden al libro de Job hallamos mayormente relatos, narraciones que describen acontecimientos históricos desde una perspectiva espiritual. Noé construyó el arca, Moisés liberó a Israel, Ana oró para tener un hijo, etcétera. A partir de Job, encontramos un estilo de escritura diferente, pues los escritores del Antiguo Testamento recurren al lenguaje poético para expresar sentimientos profundos o profecías extraordinarias de un modo inolvidable.

Ya hemos visto algunos ejemplos de poesía aquí y allá a lo largo de los libros históricos del Antiguo Testamento. Y desde el libro de Job en adelante, veremos muchos más. Los libros de Job, Salmos y Proverbios están compuestos de poesías casi en su totalidad, así como ocurre con ciertas partes de los escritos de profetas como Isaías, Jeremías y Amós. Ya que leer poesía es diferente de leer narraciones, con frecuencia se requieren métodos distintos a fin de comprenderla. Las siguientes son algunas ideas que podrían hacer que la lectura de la poesía del Antiguo Testamento sea más significativa.

Familiarizarse con la poesía hebrea

En primer lugar, quizá le resulte de ayuda recordar que la poesía hebrea del Antiguo Testamento no se basa en la rima, como algunas otras clases de poesía. Y aunque el ritmo, los juegos de palabras y las aliteraciones son características comunes de la poesía hebrea antigua, por lo general estas se han perdido al traducirse. Sin embargo, una de las características que notará es la repetición de pensamientos o ideas, a la que a veces se denomina “paralelismo”. Este versículo de Isaías contiene un ejemplo sencillo:

  • ¡… vístete de tu poder, oh Sion!

  • ¡Vístete de tus ropas hermosas, oh Jerusalén! (Isaías 52:1).

El Salmo 29 tiene muchos versos paralelos; he aquí un ejemplo:

  • Voz de Jehová con poder;

  • voz de Jehová con majestuosidad (Salmo 29:4).

Y en el siguiente caso, el saber que el segundo verso es paralelo al primero facilita la comprensión misma del pasaje:

  • Yo también os hice estar a diente limpio en todas vuestras ciudades,

  • y hubo falta de pan en todos vuestros pueblos (Amós 4:6).

En esos ejemplos, se repite una misma idea con ligeras diferencias. Dicha técnica recalca la idea que se reitera, al mismo tiempo en que se utilizan las diferencias para describirla mejor o desarrollarla más.

En otros casos, las dos expresiones paralelas usan un lenguaje similar a fin de transmitir ideas contrastantes, como en este ejemplo:

  • La blanda respuesta quita la ira,

  • mas la palabra áspera hace subir el furor (Proverbios 15:1).

Tal paralelismo no ocurrió por accidente; los escritores lo empleaban de modo intencional. Les permitía expresar sentimientos o verdades espirituales de una manera que les parecía tanto elocuente como hermosa. De modo que, cuando note paralelismos en el Antiguo Testamento, pregúntese de qué forma le ayuda a entender el mensaje del escritor. Por ejemplo, ¿que habrá intentado decir Isaías al relacionar “poder” con “ropas hermosas”, y “Sion” con “Jerusalén”? (Isaías 52:1). ¿Qué podemos deducir sobre la frase “blanda respuesta”, si sabemos que “palabra áspera” es lo opuesto? (Proverbios 15:1).

Imagen
Un hombre escribe en un pergamino

Confortará mi alma, por Walter Rane.

Ver la poesía hebrea como un amigo a conocer

Quizá le sea útil comparar la lectura de poesía con el acto de conocer a alguien. Por ejemplo, podría comparar el leer la poesía del Antiguo Testamento con el hecho de conocer a alguien de un país lejano y de una cultura extranjera, que no hablara el mismo idioma que nosotros, y que tuviera más de 2000 años de edad. Es probable que la persona dijera cosas que al principio nosotros no entenderíamos, pero aquello no significa que no tenga nada valioso que decirnos. Con algo de paciencia y compasión, la persona a la que acabamos de conocer, con el tiempo, puede llegar a ser un querido amigo. Solo debemos pasar algo de tiempo juntos, tratando de ver las cosas desde su punto de vista. Es posible que incluso hallemos que, de hecho, en nuestros corazones, nos entendemos muy bien el uno al otro.

Así que, la primera vez que lea un pasaje de Isaías, por ejemplo, piense que está conociendo a alguien. Pregúntese: “¿Cuál es mi impresión general?”. ¿Cómo le hace sentir el pasaje, aun cuando no entienda todas las palabras? Luego vuelva a leerlo; varias veces, si es posible. Algunas personas hallan mayor significado al leer los pasajes en voz alta. Observe cuáles palabras específicas ha escogido Isaías, en especial, las que le ayuden a formarse una imagen mental. ¿Qué le hacen sentir esas imágenes mentales? ¿Qué le sugiere el lenguaje figurado sobre el modo en que Isaías se sentía? Cuanto más estudie las palabras de estos poetas del Antiguo Testamento, tanto más verá que escogieron intencionalmente sus palabras y técnicas para expresar profundos mensajes espirituales.

Los poemas pueden ser un magnífico aliado, pues nos ayudan a comprender lo que sentimos y experimentamos. Los poemas del Antiguo Testamento son especialmente preciados, ya que nos ayudan a entender nuestros sentimientos y experiencias más importantes: aquellos que conciernen a nuestra relación con Dios.

Conforme estudie la poesía del Antiguo Testamento, recuerde que el estudio de las Escrituras es de mayor provecho cuando nos conduce a Jesucristo. Busque símbolos, metáforas y verdades que edifiquen su fe en Él; preste atención a las impresiones del Espíritu Santo mientras estudia.

Libros sapienciales o morales

Una de las categorías de la poesía del Antiguo Testamento es lo que los eruditos llaman “libros sapienciales”. Job, Proverbios y Eclesiastés pertenecen a esa categoría. Aunque los Salmos expresan sentimientos de alabanza, pesar y adoración, la literatura sapiencial se centra en consejos útiles en cualquier tiempo, o bien en cuestiones profundas y filosóficas. Por ejemplo, el libro de Job estudia la justicia de Dios y las razones subyacentes al sufrimiento humano. Proverbios ofrece consejos en cuanto a cómo vivir bien e incluye refranes sabios reunidos y transmitidos desde generaciones anteriores. Y en Eclesiastés se analiza el propósito de la vida misma: cuando todo parece fugaz y al azar, ¿dónde hallamos verdadero sentido? Los libros sapienciales podrían verse como conversaciones reflexivas con inspirados consejeros que quieren compartir algunas observaciones sobre Dios y el mundo que Él ha creado, y quizá también ayudarle a comprender estas cosas algo mejor de lo que las comprendía antes.

Imprimir