13 – 19 noviembre

Santiago

“Sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores”

La epístola de Santiago contiene muchas verdades que pueden bendecir a los niños a quienes enseña. Siga el Espíritu a fin de determinar qué verdades compartirá con ellos. Las ideas de esta reseña le pueden ayudar.

Invitar a compartir

Invite a los niños a compartir un principio del Evangelio que recuerden haber aprendido con su familia en la última semana o en su clase de la Primaria el domingo pasado. Después de que cada niño se haya expresado, invite a otro niño de la clase a resumir lo que se compartió.

Enseñar la doctrina: Niños pequeños

Santiago 1:5–6

Puedo pedirle al Padre Celestial que me ayude a aprender lo que es verdad

Ayude a los niños a quienes enseña a entender que pueden acudir al Padre Celestial en busca de sabiduría. El hacerlo los bendecirá grandemente cuando afronten preguntas difíciles.

Posibles actividades

• Ayude a los niños a repetir la frase “… si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios” (Santiago 1:5). ¿Cómo le hacemos preguntas a Dios? ¿Cómo nos responde?

• Muestre una imagen de la Primera Visión (Libro de obras de arte del Evangelio, nro. 90), o bien, muestre el video “La Primera Visión de José Smith” (ChurchofJesusChrist.org). Explique cómo el haber leído Santiago 1:5 motivó a José Smith a pedirle al Padre Celestial que le ayudara con una pregunta (véase José Smith—Historia 1:1–20). Exprese su testimonio de que Dios contesta las oraciones y testifique que los niños pueden orarle cuando tengan preguntas. Permita que los niños hagan sus propios dibujos de José Smith leyendo Santiago 1:5 y orando al Padre Celestial.

Santiago 3:1–13

Puedo hablar con amabilidad

Tal como Santiago testificó, el aprender a decir solo cosas amables a los demás nos ayudará a llegar a ser como Jesucristo (véase Santiago 3:2).

Posibles actividades

• Muestre imágenes de algo dulce y de algo ácido. Ayude a los niños a entender que el Padre Celestial nos pide que utilicemos la lengua para decir cosas dulces (o amables) y no para decir cosas ácidas (o poco amables) (véase Santiago 3:10). Ayúdelos a pensar en ejemplos de cosas amables que podemos decir a los demás.

• Entregue a cada niño un dibujo sencillo de una persona que está hablando. Invite a los niños a que lo sostengan en alto cuando usted diga algo bueno que podemos hacer con nuestras palabras (tal como decir la verdad, dar cumplidos y ofrecer ayuda a alguien), y a que lo bajen cuando usted diga algo que no debemos hacer con la lengua (tal como decir mentiras, insultar a los demás y rehusar obedecer a los padres).

• Reafirme el mensaje de Santiago 3:1–13 al cantar juntos una canción que hable de ser amable, tal como “La bondad por mí empieza” (Canciones para los niños, pág. 83).

Santiago 5:7–11

Recibir las bendiciones de Dios requiere paciencia

La paciencia no es siempre un atributo natural, especialmente en los niños. Considere cómo puede utilizar el consejo de Santiago para ayudar a los niños a quienes enseña a aprender a tener paciencia.

Posibles actividades

• Ayude a los niños a pensar en ocasiones en las que hayan tenido que esperar algo que realmente deseaban. Cuente una experiencia en la que haya tenido que esperar. Explique que esperar algo que deseamos sin quejarnos se llama ser paciente.

• Resuma Santiago 5:7 con sus propias palabras y muestre una imagen de una semilla o del brote de una semilla. ¿Por qué necesitamos paciencia cuando cultivamos plantas? ¿Qué sucedería si tiráramos del brote de la semilla para hacerlo crecer más rápido? También podría hablar con los niños sobre lo que significa ser paciente con los demás y con nosotros mismos. Testifique que Dios nos puede ayudar a aprender a ser pacientes.

• Relate la historia de Job, a quien se menciona en Santiago 5:11 como ejemplo de paciencia (véase “Job”, en Relatos del Antiguo Testamento, o el video correspondiente en ChurchofJesusChrist.org). ¿Cómo fue bendecido Job por ser paciente?

Enseñar la doctrina: Niños mayores

Santiago 1:5–6

El Padre Celestial me ayudará a aprender la verdad si busco Su ayuda

Los niños a quienes enseña son solo unos años menores que José Smith cuando leyó Santiago 1:5 y se sintió inspirado a acudir al Padre Celestial en oración. Considere cómo puede ayudar a los niños a quienes enseña a fortalecer su fe en que Dios les ayudará cuando les falte sabiduría.

Posibles actividades

• Pida a los niños que le relaten la historia de la Primera Visión de José Smith con sus propias palabras (véase José Smith—Historia 1:5–20; véase también el video “La Primera Visión de José Smith” en ChurchofJesusChrist.org). ¿En qué forma el haber leído Santiago 1:5 ayudó a José? Ayude a los niños a pensar en otros ejemplos de personas de las Escrituras que recibieron respuesta a sus oraciones, tales como Nefi (véase 1 Nefi 11:1–6) y el hermano de Jared (véase Éter 2:18–3:9). ¿Cuáles son algunas cosas que le podemos pedir al Padre Celestial en oración?

• Lea con los niños José Smith—Historia 1:10–14 e invítelos a encontrar lo que José Smith hizo para recibir respuestas a sus preguntas. ¿Cómo podemos seguir el ejemplo de José cuando tengamos preguntas?

Santiago 1:22–27; 2:14–26

“La fe sin obras es muerta”

¿Cómo ayudará a los niños a ver la relación que existe entre lo que creen y lo que hacen?

Posibles actividades

• Muestre a los niños una linterna sin baterías, un lápiz sin punta (o que no tenga grafito) u otra cosa que no sea útil o que esté “muerta”. Pídales que lean Santiago 2:14–17. ¿En qué sentido ilustran esos objetos la verdad contenida en esos versículos?

• Invite a algunos niños a leer en silencio Santiago 1:22–27 y a otros a leer 2:14–18, y luego pídales que hablen sobre lo que podrían hacer para demostrar que son hacedores de la palabra. Por ejemplo, ¿de qué manera están guardando su convenio bautismal? ¿Conocen a alguien que esté enfermo o que se sienta solo a quien pudieran visitar? ¿Cómo podrían servir más a su familia? También podría recordarles palabras que probablemente escucharon en la reunión sacramental el día de hoy. ¿Cómo podemos ser hacedores de esas palabras?

“Abraham creyó a Dios” (Santiago 2:23). Abraham en el valle de Mamre, por Grant Romney Clawson.

Santiago 3:1–13

Puedo escoger hablar con amabilidad

Podría parecer que lo que nos decimos el uno al otro no tiene importancia, pero, tal como testificó Santiago, puede tener una influencia poderosa, para bien o para mal.

Posibles actividades

• ¿Hay alguien en el barrio, quizá uno de los niños a quienes enseña, que haya trabajado con caballos o que sepa algo sobre barcos? Podría invitarlo a brindar perspectivas sobre las enseñanzas de Santiago en Santiago 3:3–4 acerca de utilizar palabras amables. O bien, ofrezca algunas de sus propias perspectivas. ¿Qué aprendemos sobre controlar la lengua en esos ejemplos?

• Invite a los niños a leer Santiago 3:1–13 y a hacer un dibujo de algo que encuentren que enseñe sobre controlar la lengua. Concédales tiempo para compartir su dibujo y lo que aprendieron. Entonen juntos una canción que hable de utilizar palabras amables, tal como “Oh, hablemos con tiernos acentos” (Himnos, nro. 151).

• Después de repasar juntos Santiago 3:1–13, revisen las normas en cuanto al lenguaje que se hallan en Para la Fortaleza de la Juventud (librito, 2022, pág. 12). Ayude a los niños a fijarse la meta de mejorar la forma en que hablan a los demás e ínstelos a pedirle al Padre Celestial que les ayude con esa meta.

Alentar el aprendizaje en el hogar

Invite a los niños a hacer algo esta semana a fin de poner en práctica lo que aprendieron en la clase, como orar al Padre Celestial y hacerle una pregunta o tratar de ser más pacientes. Pídales que hablen sobre su experiencia en la siguiente clase.

Cómo mejorar nuestra enseñanza

Ayude a los niños a ser activos. “Al enseñar a los niños, permítales que elaboren, dibujen, coloreen, escriban y creen. Estas cosas son más que actividades divertidas; son herramientas esenciales para el aprendizaje” (véase Enseñar a la manera del Salvador, pág. 25).