“3–9 junio. Juan 13–17: ‘Permaneced en mi amor’” Ven, sígueme — Para la Escuela Dominical Nuevo Testamento 2019 (2019)
“3–9 junio. Juan 13–17”, Ven, sígueme — Para la Escuela Dominical 2019
3–9 junio
Juan 13–17
“Permaneced en mi amor”
Cuando estudie Juan 13–17 con espíritu de oración, medite en la mejor manera de mostrar amor a las personas a las que enseña. El Espíritu Santo le inspirará ideas durante su estudio de las Escrituras, Ven, sígueme — Para uso individual y familiar y esta reseña.
Anote sus impresiones
Invitar a compartir
Escriba los números 13 al 17 en la pizarra, representando los capítulos de Juan que los miembros de la clase leyeron esta semana. Invite a algunos de ellos a que escriban, al lado del número de cada capítulo, la referencia de un versículo que les pareció significativo y que les gustaría analizar como clase.
Enseñar la doctrina
El Salvador es nuestro ejemplo de humilde servicio al prójimo.
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A fin de ayudar a la clase a meditar en la importancia de que Jesús lavase los pies de los discípulos, podría invitar a uno de los miembros de la clase, con suficiente anticipación, a representar el papel de Pedro en este relato y que el resto de la clase lo pueda entrevistar. Aliéntelos a que escudriñen Juan 13:1–17 y piensen en preguntas significativas que pudieran hacerle a Pedro. ¿Qué aprendemos de este relato que podría influir en cómo servimos a los demás?
El amor es la característica que distingue a los discípulos de Jesucristo.
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¿Qué podría alentar a los miembros de la clase a ser más amorosos? Tal vez podría preguntarles cómo saben que una persona a la que acaban de conocer es un seguidor de Cristo. ¿Qué rasgos notan que tiene esa persona? Podría invitarlos a que escudriñen Juan 13:34–35 para aprender cómo se puede reconocer a los verdaderos discípulos del Salvador. ¿Qué podemos hacer para que el amor sea la característica distintiva de nuestro discipulado? ¿Cómo influye esta enseñanza en la manera en que tratamos a los demás, incluso en las redes sociales?
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Como clase, este año han aprendido mucho acerca de la vida del Salvador, incluso muchos ejemplos de cómo Él mostró Su amor por los demás. Una manera de ayudar a los miembros de la clase a meditar en el mandamiento de Juan 13:34 podría ser escribir Como yo os he amado en la pizarra y pedirles que citen ejemplos que recuerden del Nuevo Testamento que ilustren el amor de Jesús. Luego podría escribir Que os améis unos a otros en la pizarra y pedirles que digan maneras en las que podemos seguir Su ejemplo de amor. Cantar o escuchar el himno “Amad a otros” (Himnos, nro. 203) o ver uno de los videos de “Recursos adicionales” podría ser una buena aportación a esta actividad.
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Si no nos sentimos particularmente dispuestos a amar a los demás, ¿qué podemos hacer para procurar el don del amor? ¿Qué aporta el consejo de Moroni 7:48; 8:26 a nuestro entendimiento de este don? ¿Conocemos a alguien que necesita sentir nuestro amor?
El Espíritu Santo nos permite cumplir con nuestro propósito como discípulos de Jesucristo.
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A fin de ayudar a los miembros de la clase a aprender las diferentes funciones del Espíritu Santo, considere dividirlos en grupos y dar uno de los siguientes pasajes a cada uno de ellos: Juan 14:16–27; 15:26 y 16:7–15. Invite a cada grupo a que escriba en la pizarra lo que aprendan sobre el Espíritu Santo en estos pasajes. Los miembros de la clase podrían agregar otras reflexiones que encuentren al explorar las Escrituras de “Recursos adicionales”. ¿Cuándo hemos sentido la influencia del Espíritu Santo? ¿Qué objetos o ayudas visuales podría llevar a la lección para ayudar a los miembros de la clase a entender las funciones del Espíritu Santo?
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Considere invitar a algunos miembros de la clase con antelación para que estudien uno de los discursos de conferencia general que se sugieren en “Recursos adicionales” (u otros discursos de conferencia que ellos conozcan) acerca del Espíritu Santo. Permítales que compartan brevemente lo que aprendieron con la clase. ¿Qué aportan estos mensajes a lo que hemos aprendido acerca del Espíritu Santo en Juan 14–16?
Si permanecemos en el Salvador, seremos fructíferos y tendremos gozo.
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¿Qué aprendieron esta semana los miembros de la clase en la parábola del Salvador sobre el vino y las ramas? Considere llevar a la lección una planta pequeña y usarla para ayudarles a visualizar la parábola del Salvador. Después de leer Juan 15:1–12 como clase, podrían analizar el significado de permanecer en Cristo (véase Juan 15:4). Podría invitar a algunos miembros a compartir cómo descubrieron que Juan 15:5 es cierto. (Véase también la cita del élder Jeffrey R. Holland en “Recursos adicionales”.) El video “La voluntad de Dios” (LDS.org) también podría ser útil en el análisis.
Nuestro Padre Celestial y Jesucristo están perfectamente unidos y desean que también nosotros lo estemos.
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Es probable que no pueda enseñar todas las verdades importantes que se hallan en Juan 17 en un único análisis, pero aquí tiene una manera de ayudar a la clase a explorar varias de esas verdades. Anote en la pizarra conceptos de Juan 17 como los siguientes:
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Nuestra relación con Jesucristo
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La relación de Jesucristo con Su Padre
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Nuestra relación con el resto del mundo
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Nuestra relación unos con otros como Sus discípulos
Invite a cada miembro de la clase a que escoja uno de los conceptos y lea Juan 17 buscando aquellos versículos que se relacionen con él. Pida a varios de ellos que compartan lo que aprendan.
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Alentar el aprendizaje en el hogar
A fin de alentar a los miembros de la clase a que lean Mateo 26; Marcos 14; Lucas 22 y Juan 18 durante la semana siguiente, podría decirles que en estos capítulos van a leer acerca de uno de los momentos cruciales del gran Plan de Salvación de Dios.
Recursos adicionales
Videos en LDS.org sobre el amor.
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“Amad a otros”
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“Las familias hacen sacrificios, dan y aman”
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“Preparación de Thomas S. Monson: Aprendió sobre la compasión desde muy joven”
El Espíritu Santo.
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Hechos 2:37–38; Gálatas 5:22–23; 1 Nefi 10:17–19; 2 Nefi 32:3–5; Mosíah 3:19; 3 Nefi 27:20; Moroni 8:26; 10:4–5; Doctrina y Convenios 8:2–3; 42:17
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Robert D. Hales, “El Espíritu Santo”, Liahona, mayo de 2016, págs. 105–107.
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Henry B. Eyring, “El Espíritu Santo como su compañero”, Liahona, noviembre de 2015, págs. 104–107.
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David A. Bednar, “Recibe el Espíritu Santo” Liahona, noviembre de 2010, pág. 94–97.
Permanecer en Cristo.
Tras indicar que la palabra permanecer tiene connotaciones de perseverancia y compromiso, el élder Jeffrey R. Holland enseñó:
“En este contexto [la palabra] significa ‘quedarse, pero quedarse para siempre’. Tal es el llamado del mensaje del Evangelio… Vengan, pero vengan para quedarse; vengan con convicción y perseverancia…
“Jesús dijo: ‘… sin mí nada podéis hacer’ (Juan 15:5). Testifico que esa es la verdad de Dios. Cristo es todo para nosotros y debemos ‘permanecer’ en Él de manera permanente, continua, firme, para siempre. Para que el fruto del Evangelio florezca y bendiga nuestra vida, debemos ceñirnos con firmeza a Él, el Salvador de todos nosotros, así como a Su Iglesia, que lleva Su santo nombre. Él es la vid que es nuestra fuente verdadera de fortaleza y la única fuente de vida eterna. En Él no solo perseveraremos, sino que también prevaleceremos y triunfaremos en esta santa causa que nunca nos fallará” (véase “Permaneced en mí”, Liahona, mayo de 2004, pág. 32).