Discapacidades
El atender a un ser querido me está sobrepasando. ¿Cómo puedo seguir cumpliendo con mis responsabilidades en la Iglesia?


“El atender a un ser querido me está sobrepasando. ¿Cómo puedo seguir cumpliendo con mis responsabilidades en la Iglesia?” Servicios para personas con discapacidad: Padres y cuidadores, 2020

“El atender a un ser querido me está sobrepasando. ¿Cómo puedo seguir cumpliendo con mis responsabilidades en la Iglesia?” Servicios para personas con discapacidad: Padres y cuidadores

El atender a un ser querido me está sobrepasando. ¿Cómo puedo seguir cumpliendo con mis responsabilidades en la Iglesia?

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Woman praying with children

El esfuerzo que supone prodigar cuidados día tras día puede producir fatiga física y emocional, la cual puede afectar al bienestar de los miembros de la familia. Es importante que usted encuentre la manera de cuidar de usted física, emocional y espiritualmente. Nuestro Salvador nos invita con amor:

“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.

“Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas.

“Porque mi yugo es fácil y ligera mi carga” (Mateo 11:28–30).

Si procura la ayuda del Señor con espíritu de oración, hallará las fuerzas para mantener el equilibrio en medio de las exigencias de la vida. Estos son algunos consejos a tener en cuenta a medida que busca maneras de cuidar de sí mismo:

  • Oración y estudio diario de las Escrituras. “Consulta al Señor en todos tus hechos, y él te dirigirá para bien” (Alma 37:37). Haga del estudio de las Escrituras un objetivo de vida. Utilice el manual Ven, sígueme — Para uso individual y familiar durante su estudio de las Escrituras. Esto le ayudará a usted y a su familia a “aprender la doctrina, fortalecer la fe y fomentar una mayor adoración personal” (Russell M. Nelson, “Observaciones iniciales”, Liahona, noviembre de 2018, pág. 8).

  • Mantenga una perspectiva eterna. Cuando contempla su vida con una perspectiva eterna, puede recibir fortaleza al saber que los desafíos de esta vida son temporales. Tal como dijo el Señor al profeta José Smith en cuanto a sus desafíos, “tu adversidad y tus aflicciones no serán más que por un breve momento” (Doctrina y Convenios 121:7).

  • Viva el Evangelio. Al vivir cada día el Evangelio, el Espíritu Santo podrá fortalecerlo y consolarlo.

  • Pida ayuda. Es importante que comparta la carga que en ocasiones supone cuidar de otra persona. Pedir ayuda puede resultar difícil, pero es necesario para poder cuidar de uno mismo. No tenga miedo de pedir ayuda a sus hermanos o hermanas ministrantes y a sus líderes locales. No se espera que lo haga todo usted solo.

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