La verdad te hará libre

Juan 8:32

Tu Padre Celestial es un Dios que personifica la verdad. Él es omnisciente. Toda verdad proviene de Él y conduce a Él. Tú demuestras que valoras la verdad a medida que buscas aprender, vives con integridad y defiendes con valor lo que sabes que es correcto, incluso si tienes que hacerlo solo(a).

Verdades eternas

El Padre Celestial desea que Sus hijas e hijos siempre estén aprendiendo. Tienes motivos tanto temporales como espirituales para buscar el aprendizaje y amarlo. La formación académica no se trata solo de ganar dinero, es parte de tu meta eterna para llegar a ser más semejante al Padre Celestial.

Vivir con integridad significa que amas la verdad con todo tu corazón, más de lo que amas tu comodidad, popularidad o conveniencia personal; significa hacer lo correcto simplemente porque es correcto.

Tienes algo valioso que compartir. El evangelio de Jesucristo cuenta con las respuestas a las preguntas de la vida; es el camino hacia la paz y la felicidad. Quizás no sepas todas las cosas, pero sabes lo suficiente para ayudar a otras personas a comprender y a valorar los principios eternos de verdad.

Invitaciones

Mantente aprendiendo siempre. Busca oportunidades para ensanchar tu mente y tus habilidades. Esas oportunidades incluyen la educación formal en una escuela o la capacitación vocacional, así como el aprendizaje informal de fuentes en las que confíes. Haz que el Señor sea parte de tus esfuerzos y Él te dirigirá. Conforme aprendas en cuanto al mundo que te rodea, aprende también acerca del Salvador, quien creó el mundo. Estudia Su vida y enseñanzas. Haz de Seminario, de Instituto y del estudio personal del Evangelio parte de tu aprendizaje para toda la vida.

Ama la verdad, de tal manera, que nunca tengas deseos de robar, mentir, hacer trampa o engañar de ninguna forma: ni en la escuela, el trabajo, en línea, ni en ninguna parte. Sé el mismo seguidor fiel de Jesucristo en público y en privado.

Sé una luz para los demás. Permite que tus palabras y tus acciones reflejen tu fe en Jesucristo. Prepárate ahora para las oportunidades que vendrán de compartir Su glorioso evangelio, como misionero y durante toda tu vida. Además, mantente preparado para hablar con cualquier persona que te pregunte en cuanto a la esperanza y la felicidad que sientes.

Bendiciones prometidas

La educación incrementa tu capacidad de servir al Señor; te faculta para bendecir a los demás, en especial a tu familia. Mientras más aprendas, más puedes ayudar a edificar el reino de Dios y ser una influencia para bien en el mundo.

La honestidad te brinda paz y respeto por ti mismo. Cuando tus palabras y tus acciones están de acuerdo con la verdad, muestras a otras personas y al Señor que pueden confiar en ti.

Cuando defiendes las enseñanzas de Jesucristo, Él se mantiene a tu lado. Es posible que otras personas no estén de acuerdo contigo, pero notarán tu valor y sinceridad. Tu testimonio, tu confianza y fe en Cristo crecerán sin importar si los demás siguen o no tu ejemplo.

Preguntas y respuestas

¿Está mal tener preguntas sobre la Iglesia? ¿Cómo puedo hallar respuestas? Tener preguntas no es un signo de debilidad o falta de fe, de hecho, hacer preguntas te puede ayudar a desarrollar la fe. La restauración del Evangelio comenzó cuando José Smith, de catorce años, hizo preguntas con fe. Busca respuestas en las Escrituras, en las palabras de los profetas de Dios, de tus líderes y fieles padres, y de Dios mismo. Si las respuestas no llegan inmediatamente, confía en que aprenderás línea por línea. Sigue guiando tu vida con lo que ya conoces, y continúa en búsqueda de la verdad.

¿Cómo puedo defender lo que es correcto sin ofender a quienes tienen creencias distintas? Comienza asegurándote de que tus palabras y acciones estén inspiradas por el amor a Dios y a Sus hijos. Compartir el Evangelio no se debe hacer con espíritu de contención, sino con claridad, mansedumbre y bondad. Puedes demostrar amor hacia los demás, aunque no estés de acuerdo con sus puntos de vista.

Véanse Mateo 5:14–16 (permite que tu luz brille); Juan 14:6 (Jesús es la verdad); 1 Pedro 3:15 (mantente siempre preparado para compartir tu esperanza en Cristo); Doctrina y Convenios 88:77–80 (cosas que el Señor desea que aprendamos); 93:36 (la gloria de Dios es la inteligencia); 124:15 (la integridad significa amar lo que es justo); 130:18 (nuestra inteligencia se levantará con nosotros cuando resucitemos).

Preguntas para la recomendación del templo

¿Te esfuerzas por ser honrado en todo lo que haces?