1 Corintios 1–4
Jesucristo: Nuestro fundamento seguro
Piensa en el impacto negativo que tienen la contención, el orgullo, las enseñanzas falsas y la inmoralidad en el mundo actual. Los miembros de la Iglesia que vivían en Corinto en la antigüedad luchaban con estos mismos desafíos. Mientras predicaba en Éfeso durante su tercer viaje misional, el apóstol Pablo escribió a los santos de Corinto para fortalecerlos y recordarles que confiaran en Jesucristo. Esta lección puede ayudarte a entender cómo el edificar nuestra vida sobre el fundamento de Jesucristo puede ayudarnos a superar los desafíos del mundo.
Permanecer fieles en circunstancias difíciles
Imagina que un amigo cercano que vive en otra ciudad te envía el siguiente mensaje:
“Es muy difícil estar rodeado de influencias negativas en todas partes. Muchas personas aquí no guardan los mandamientos, y algunas de ellas critican a la Iglesia. Conozco a otras personas que han perdido su testimonio en situaciones similares y no quiero que eso me suceda a mí. ¿Tienes algún consejo?”.
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¿Qué le dirías a tu amigo?
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¿Cuáles son algunas de las influencias negativas y perjudiciales que has notado en el lugar donde vives?
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¿De qué manera estas influencias hacen que a veces sea difícil mantenerte fiel a tu fe?
Mientras estudias esta lección, piensa en qué tan fiel eres cuando te enfrentas a los desafíos del mundo o a las influencias negativas. Busca orientación mediante el Espíritu Santo para saber cómo fortalecer tu fundamento en Jesucristo y busca verdades que puedan ayudarte a superar tus desafíos. En su segundo viaje misional, el apóstol Pablo predicó el Evangelio en Corinto durante casi dos años (véase Hechos 18:1–18) y organizó una rama de la Iglesia allí. (Para localizar la ciudad de Corinto, consulta Mapas bíblicos, nro. 13, “Los viajes misionales del apóstol Pablo”). Corinto era un rico centro comercial y la ciudad capital de la provincia romana Acaya. Muchos ciudadanos de Corinto adoraban ídolos y eran inmorales. Algunos también causaban divisiones y eran contenciosos. En este entorno, mantenerse fieles al evangelio del Salvador se hizo difícil para muchos miembros de la Iglesia. Cuando Pablo les escribió a los santos de Corinto para ayudarlos con sus desafíos, habló del fundamento que había establecido para ellos.
Lee 1 Corintios 2:1–5 y 1 Corintios 3:10–11 en busca de frases que describan este fundamento.
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¿Qué crees que signifique edificar tu fundamento sobre Jesucristo?
En el Libro de Mormón, Helamán también instó a sus hijos a edificar sobre el fundamento de Jesucristo. Lee Helamán 5:12 en busca de las bendiciones que prometió Helamán.
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¿Qué consejos útiles de estos versículos podrías compartir con tu amigo?
Una verdad que podemos aprender de estos pasajes de las Escrituras es que, a medida que edificamos el fundamento de nuestra vida en Jesucristo, podemos superar la influencia de Satanás y los desafíos del mundo.
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¿Qué sabes, sientes o crees en cuanto al Salvador que te ayude a desear tenerlo como fundamento?
En su carta a los corintios, Pablo trató varios problemas y enseñó cómo el Salvador y Su evangelio contenían el poder para ayudar a los corintios a superar sus desafíos (véase 1 Corintios 1:23–24). Las siguientes actividades se centran en dos de esos desafíos. Lee las siguientes opciones y selecciona una que consideres la más significativa para estudiar.
Opción A: La división y la contención
Uno de los desafíos con los que luchaban los santos corintios era la contención. En parte, las divisiones surgieron porque ellos creían que su estatus en la Iglesia estaba determinado por la importancia de la persona que los había bautizado (véase 1 Corintios 1:12).
Junto a tu dibujo de la casa, si lo deseas, enumera cualquier forma en la que enfrentes divisiones o contención en tu barrio, familia o comunidad.
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¿Cuáles son algunas de las consecuencias de la división y la contención?
Lee 1 Corintios 1:10–13 y 1 Corintios 3:3–9 en busca de la forma en que Pablo intentaba ayudar a las personas a edificar sobre el fundamento de Jesucristo.
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¿Qué viste en estos versículos que podría ayudar a las personas a superar las divisiones y la contención?
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¿Por qué crees que edificar tu vida sobre Jesucristo te ayuda a tener unidad y a ser menos contencioso con las personas que te rodean?
Opción B: La sabiduría del mundo
Muchos de los que vivían en Corinto valoraban la sabiduría del mundo. El mensaje de un Mesías crucificado no tenía sentido para muchos judíos y gentiles. En el mundo romano, el castigo de la crucifixión simbolizaba la vergüenza y la derrota. La idea de que alguien sufriera intencionalmente por otros era “locura” para los griegos (1 Corintios 1:23). Para los judíos, un Mesías que había muerto en una cruz era “tropezadero” (1 Corintios 1:23) porque esperaban que el Mesías conquistara a sus enemigos.
Lee 1 Corintios 1:17–25 para saber cómo respondió Pablo ante estas actitudes.
En algún lugar cercano a tu dibujo de la casa, enumera las formas en que la sabiduría del mundo puede afectar o desafiar tu testimonio de Jesucristo y Su evangelio.
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¿Por qué algunas personas podrían no entender ni apreciar a Jesucristo y Su expiación en la actualidad?
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¿Qué cambios pueden ocurrir cuando una persona llega a saber y a sentir que el Salvador tiene un poder real en su vida? (véase 1 Corintios 1:24).
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El edificar tu vida en Jesucristo y Su evangelio, ¿cómo puede ayudarte cuando enfrentas ideas mundanas desafiantes?
Edificar nuestra vida en Jesucristo
Dedica unos minutos a evaluar tu propia vida. ¿De qué maneras has edificado tu fundamento en Jesucristo? ¿En qué cosas te gustaría mejorar? El edificar tu vida aún más en el Salvador Jesucristo y Su evangelio, ¿de qué manera podría ayudarte a enfrentar tus propios desafíos e influencias negativas? Podrías escribir tus pensamientos y metas en el diario de estudio.
Opcional: ¿Quieres aprender más?
¿Por qué debería edificar mi fundamento en Jesucristo?
El élder Chi Hong (Sam) Wong, de los Setenta, declaró:
¡[S]i establecemos nuestro fundamento sobre Jesucristo, no podemos caer! Si perseveramos fielmente hasta el fin, Dios nos ayudará a edificar nuestra vida sobre Su roca, “y las puertas del infierno no prevalecerán en contra de [n]osotros” (Doctrina y Convenios 10:69). Es posible que no podamos cambiar todo lo que va a venir, pero sí podemos elegir cómo prepararnos para lo que vendrá.
(Chi Hong [Sam] Wong, “Ellos no pueden prevalecer y nosotros no podemos caer”, Liahona, mayo de 2021, pág. 98)