Seminario
1 Corintios 11


1 Corintios 11

Las funciones únicas y divinas del hombre y la mujer

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Un grupo de hombres y mujeres jóvenes que se sostienen de las manos en un círculo y se sonríen para darse ánimo.

Pablo continuó instruyendo y alentando a los santos de Corinto, y enseñó que los hombres y las mujeres deben trabajar juntos y apoyarse unos a otros a medida que siguen al Señor. El objetivo de esta lección es ayudarte a comprender mejor por qué los hombres y las mujeres se necesitan unos a otros para obtener las más altas bendiciones en el plan del Padre Celestial.

Las funciones de las mujeres y los hombres

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Un matrimonio que anda en bicicleta tándem para hacer ejercicio matutino.

Considera las preguntas siguientes mientras observas esta imagen de un equipo de bicicletas tándem.

  • ¿Qué destrezas o habilidades se necesitan para que este equipo tenga éxito?

  • ¿Cómo podrían las diferencias entre los miembros del equipo fortalecer su compañerismo y ayudarlos a volverse más unidos?

A medida que estudies 1 Corintios 11, reflexiona sobre la forma en que los hombres y las mujeres pueden trabajar juntos rectamente como compañeros iguales para cumplir con sus funciones divinamente señaladas y ser merecedores de la vida eterna.

En 1 Corintios 11:1–16, Pablo se refirió a las costumbres sociales de los corintios de esa época que no se alineaban con la visión del Señor sobre las funciones divinas de los hombres y las mujeres. Es importante no confundir estas costumbres con las verdades que Pablo estaba enseñando.

Por medio del apóstol Pablo, en 1 Corintios 11:11–12, el Señor reveló verdades eternas sobre las funciones divinas de los hombres y las mujeres.

Lee 1 Corintios 11:11–12 y busca verdades que te enseñen acerca de Dios, los hombres y las mujeres.

Las mujeres y los hombres en un compañerismo completo con el Señor

En 1 Corintios 11:11 aprendemos lo siguiente: En el plan del Padre Celestial, tanto los hombres como las mujeres son esenciales.

1 Corintios 11:11 es un pasaje del Dominio de la doctrina. Si lo deseas, marca los pasajes del Dominio de la doctrina de alguna forma particular para poder encontrarlos con facilidad. En la siguiente lección, harás un ejercicio en el que pondrás en práctica este pasaje del Dominio de la doctrina.

Lee los siguientes enunciados de la proclamación sobre la familia y de los miembros del Cuórum de los Doce Apóstoles, y busca las formas en que los hombres y las mujeres son esenciales en el plan del Padre Celestial.

En la proclamación sobre la familia, leemos:

La felicidad en la vida familiar tiene mayor probabilidad de lograrse cuando se basa en las enseñanzas del Señor Jesucristo. Los matrimonios y las familias que logran tener éxito se establecen y se mantienen sobre los principios de la fe, de la oración, del arrepentimiento, del perdón, del respeto, del amor, de la compasión, del trabajo y de las actividades recreativas edificantes. Por designio divino, el padre debe presidir la familia con amor y rectitud y es responsable de proveer las cosas necesarias de la vida para su familia y de proporcionarle protección. La madre es principalmente responsable del cuidado de sus hijos. En estas sagradas responsabilidades, el padre y la madre, como compañeros iguales, están obligados a ayudarse el uno al otro.

(“La Familia: Una Proclamación para el Mundo”, LaIglesiadeJesucristo.org)

El presidente M. Russell Ballard, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó lo siguiente:

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Retrato oficial del presidente M. Russell Ballard, del Cuórum de los Doce Apóstoles, 2004.

En el grandioso plan de nuestro Padre Celestial, que incluye el sacerdocio, los hombres tienen la singular responsabilidad de administrarlo; pero ellos no son el sacerdocio. Los hombres y las mujeres desempeñan funciones diferentes pero igualmente valiosas. Así como una mujer no puede concebir un hijo sin el hombre, tampoco el hombre puede ejercer plenamente el poder del sacerdocio para establecer una familia eterna sin la mujer […]. [E]n la perspectiva eterna, el hombre y la mujer comparten el poder procreativo y el poder del sacerdocio.

(M. Russell Ballard, “Esta es mi obra y gloria”, Liahona, mayo de 2013, pág. 19)

El élder David A. Bednar, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó lo siguiente:

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Retrato oficial del élder David A. Bednar, del Cuórum de los Doce Apóstoles, 2020.

La combinación única de aptitudes espirituales, físicas, mentales y emocionales del hombre y la mujer era necesaria para llevar a cabo el plan de felicidad. “Pero en el Señor, ni el varón es sin la mujer, ni la mujer sin el varón” (1 Corintios 11:11). El propósito del hombre y la mujer es que aprendan a fortalecerse, bendecirse y completarse mutuamente.

(David A. Bednar, “Creemos en ser castos”, Liahona, mayo de 2013, págs. 41–42)

1. Responde las preguntas siguientes en tu diario de estudio:

  • ¿Por qué crees que, en el plan del Padre Celestial, Sus hijos e hijas logran la vida eterna juntos?

  • ¿Cómo demuestra esto el amor y respeto que tiene Padre Celestial por las mujeres y los hombres?

  • ¿De qué manera la comprensión de estas verdades podría ayudarte cuando te enfrentes a visiones opuestas en cuanto a las funciones y responsabilidades de los hombres y las mujeres?

  • ¿Cómo podrías poner en práctica estas verdades sobre las mujeres y los hombres en tu vida (por ejemplo, en casa, en la Iglesia con otros hombres o mujeres jóvenes, y mientras te preparas para tu futura vida familiar)?

Opcional: ¿Quieres aprender más?

¿Qué sucede si algunas personas que amo no se casan o no tienen hijos?

Algunos pueden preocuparse o preguntarse cómo puede cumplirse, para aquellos que no se casan o no tienen hijos, el plan que tiene el Padre Celestial para las mujeres y los hombres. Con gran compasión, el presidente Boyd K. Packer (1924–2015), del Cuórum de los Doce Apóstoles, dijo estas palabras de consuelo:

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Último retrato oficial del élder Boyd K. Packer, Presidente del Cuórum de los Doce Apóstoles, 2000. Él falleció el 3 de julio de 2015.

A los que no están casados o no pueden tener hijos no se les priva de las bendiciones eternas que anhelan pero que, de momento, permanecen fuera de su alcance […].

Sus anhelos secretos y sus lágrimas de súplica tocarán el corazón tanto del Padre como del Hijo. Ellos les darán una íntima certeza de que su vida será plena y de que no se perderán de ninguna bendición esencial.

Como siervo del Señor, y en el oficio al que he sido ordenado, a quienes se encuentran en esas circunstancias doy la promesa de que no habrá nada esencial para su salvación y exaltación que no les sea dado a su debido tiempo.

(Boyd K. Packer, “El testimonioLiahona, mayo de 2014, pág. 95)

¿Por qué Satanás quiere que estemos divididos como hombres y mujeres?

Jean B. Bingham, quien fue Presidenta General de la Sociedad de Socorro, enseñó:

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Retrato oficial de la hermana Jean B. Bingham, fotografiada en 2017

[E]l adversario ha tenido mucho éxito en su objetivo de dividir a hombres y mujeres con la intención de conquistar nuestras almas. Lucifer sabe que si puede dañar la unidad que sienten los hombres y las mujeres, que si puede confundirnos en cuanto a nuestro valor divino y nuestras responsabilidades por convenio, logrará destruir familias, que son la unidad esencial de la eternidad.

Satanás incita la comparación como una herramienta para crear sentimientos de superioridad o inferioridad, ocultando la verdad eterna de que las diferencias innatas de los hombres y las mujeres son divinas y de igual valor. Ha intentado degradar el aporte de las mujeres tanto a la familia como a la sociedad civil, disminuyendo así su influencia edificante para hacer el bien. Su objetivo ha sido fomentar una lucha por el poder en vez de celebrar los singulares aportes de los hombres y las mujeres que se complementan entre sí y que contribuyen a la unidad.

(Jean B. Bingham, “Unidos para llevar a cabo la obra de Dios”, Liahona, mayo de 2020, pág. 60)

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