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1 Corintios 15:32–54


1 Corintios 15:32–54

Cuerpos celestiales, terrestres y telestiales

Perfil de una joven a la luz del sol.

¿Por qué vale la pena seguir a Jesucristo aun cuando otras personas parecen encontrar felicidad en el pecado? Pablo explicó una de las razones al enseñarles a los corintios sobre los diferentes grados de gloria en la resurrección. Esta lección puede ayudarte a esforzarte por ser digno de una resurrección celestial por medio de Jesucristo.

Futuras bendiciones en el plan de Dios

  • Si hubieras sabido que tu maestro iba a premiar a todos los que llevaban prendas de cierto color hoy, ¿habría influido eso en la elección de tu ropa?

  • ¿Te molestaría si lo hubieras sabido demasiado tarde? ¿Por qué sí o por qué no?

Debido a que el Padre Celestial nos ama, nos ha dicho lo que sucede después de esta vida y qué decisiones conducirán a la felicidad o al remordimiento. Al estudiar las Escrituras hoy, busca verdades que puedan motivarte a tomar decisiones que te conduzcan a la felicidad eterna.

Escribir en una hoja de papel con un bolígrafo o lápiz. 1. Completa la siguiente actividad de dibujo y responde las preguntas que la acompañan en tu diario de estudio.

Dibuja una ilustración o un diagrama sencillo de lo que ya sabes acerca del plan de salvación de Dios. Incluye dónde estábamos antes del nacimiento, la vida en la tierra y lo que sucede después de la muerte. A medida que dibujes, asegúrate de reflexionar sobre la función de Jesucristo en el plan de nuestro Padre.

  • ¿Cómo puede influir en las decisiones que tomes en la vida terrenal el comprender el plan que nuestro Padre Celestial tiene para nosotros después de la muerte?

  • ¿De qué forma es Jesucristo una parte central del plan?

En 1 Corintios 15:1–29, el apóstol Pablo corrigió la falsa creencia de que “no ha[bría] resurrección de los muertos” (1 Corintios 15:13). Luego, advirtió a los corintios que no fuesen engañados por la actitud de las personas que decían: “… comamos y bebamos, porque mañana moriremos” (1 Corintios 15:32), que expresa la falsa creencia de que no hay vida después de la muerte y, por lo tanto, lo que hagamos en esta vida no importa.

Otra falsa creencia es que, independientemente de nuestras decisiones, Dios concederá las bendiciones de la vida eterna a todos (véanse 2 Nefi 28:8; Alma 1:4).

  • ¿Cómo podrían influir en nuestras decisiones y actitudes las falsas creencias de que no hay vida después de la muerte o de que Dios concederá las bendiciones de la vida eterna a todos? ¿Por qué?

Ícono del Dominio de la doctrina (azul). La imagen es de un libro abierto. 1 Corintios 15:40–42 es un pasaje del Dominio de la doctrina. Si lo deseas, marca los pasajes del Dominio de la doctrina de alguna forma particular para poder encontrarlos con facilidad. Aprenderás más acerca de este pasaje del Dominio de la doctrina en la próxima lección.

Lee 1 Corintios 15:40–42 y busca las enseñanzas de Pablo acerca de la resurrección en el plan del Padre Celestial. Es de utilidad saber que la Traducción de José Smith de 1 Corintios 15:40 también hace referencia a los cuerpos telestiales.

  • ¿Por qué es importante saber la verdad de que en el plan del Padre Celestial hay diferentes grados de gloria para los cuerpos resucitados?

Los grados de gloria

Imagen de los tres grados de gloria. Se representan un sol, una luna y estrellas. Las figuras de palitos que están debajo muestran diversos grados de rayos brillantes.

Escribir en una hoja de papel con un bolígrafo o lápiz. 2. Completa la actividad siguiente en tu diario de estudio.

La revelación por medio de profetas modernos brinda perspectivas adicionales sobre las enseñanzas de Pablo. Estudia Doctrina y Convenios 76:50–52, 62–64, 69–70, 71–76, 81–85; 88:21–24, y lee la siguiente declaración del presidente Thomas S. Monson (1927–2018). Busca respuestas a las tres preguntas que siguen a la declaración.

Retrato oficial del presidente Thomas S. Monson, 2008.

Como resultado de la victoria de Cristo sobre la tumba, todos resucitaremos. Esta es la redención del alma. Pablo escribió: “Y hay cuerpos celestiales, y cuerpos terrestres; mas ciertamente una es la gloria de los celestiales, y otra la de los terrestres” (1 Corintios 15:40).

Lo que procuramos es la gloria celestial. Es en la presencia de Dios donde deseamos morar. Es una familia eterna a la cual deseamos pertenecer. Tales bendiciones se deben obtener mediante toda una vida de esfuerzo, de búsqueda, de arrepentimiento y, finalmente, de éxito.

(Thomas S. Monson, “La carrera de la vida”, Liahona, mayo de 2012, pág. 93)

  • ¿Cuál es la función del Salvador en nuestro trayecto hacia la gloria celestial?

  • ¿Qué debemos hacer para recibir la gloria celestial?

  • ¿Por qué vale la pena esforzarse por recibir la gloria celestial en lugar de la gloria terrestre o la telestial?

Medita sobre dónde crees que te encuentras en la senda hacia el Reino Celestial. ¿Te apoyas en el Salvador para que te ayude a vivir de tal manera que puedas recibir esas bendiciones?

¿Podemos realmente alcanzar la gloria celestial?

Algunas personas se desaniman cuando se dan cuenta de lo lejos que están de vivir vidas celestiales en la tierra. Lee lo que enseñó el élder Dieter F Uchtdorf, del Cuórum de los Doce Apóstoles, acerca de nuestro progreso eterno o mira el video “Dios entre nosotros”, desde 5:01 hasta 6:58, disponible en LaIglesiadeJesucristo.org.

15:44
Retrato oficial del élder Dieter F. Uchtdorf, del Cuórum de los Doce Apóstoles, 2006. Fue llamado como Segundo Consejero de la Primera Presidencia el 3 de febrero de 2008. Este retrato llegó a ser el oficial en 2008 y reemplaza el retrato que se tomó en 2004.

Mi corazón rebosa de gratitud por mi Padre Celestial. Me doy cuenta de que Él no ha condenado a Sus hijos a ir tropezando por la vida terrenal sin la esperanza de un futuro brillante y eterno. Él ha proporcionado instrucciones que revelan el camino de vuelta a Él. Y en el centro de todo está Su Hijo Amado, Jesucristo, y Su sacrificio por nosotros […].

Todos somos niños en comparación con los seres de gloria y grandeza que estamos destinados a llegar a ser. Ningún ser mortal pasa de gatear a caminar y a correr sin tropiezos, golpes y magulladuras frecuentes; así es como aprendemos.

(Dieter F. Uchtdorf, “Dios entre nosotros”, Liahona, mayo de 2021, págs.8–9)

  • ¿Qué te ayuda a entender acerca del Padre Celestial la declaración del élder Uchtdorf?

  • ¿Cómo influye eso en tus sentimientos hacia Él y en tu relación con Él?

  • ¿Qué te sientes inspirado a hacer a causa de lo que aprendiste hoy?

Opcional: ¿Quieres aprender más?

¿Qué sucede si nos esforzamos por vivir fielmente en esta vida, pero todavía somos imperfectos al morir?

El profeta José Smith (1805–1844) explicó:

Retrato frontal de medio cuerpo del Profeta José Smith, hijo. La cabeza de José mira hacia un costado, con una vista de tres cuartos; la mano derecha está sobre la cadera y la izquierda sostiene varias hojas de papel. Lleva un traje de color marrón oscuro, camisa blanca y corbata.

Cuando suben una escalera, tienen que empezar desde abajo y ascender peldaño a peldaño hasta que llegan a la cima; y así es con los principios del Evangelio: deben empezar por el primero y seguir adelante hasta aprender todos los principios de la exaltación. Pero no los aprenderán sino hasta mucho después de que hayan pasado por el velo. No todo se va a entender en este mundo; la obra de aprender acerca de nuestra salvación y exaltación será grande aun más allá de la tumba.

(Véase Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith, 2007, págs. 282–283)

¿Qué significa: “Se siembra en corrupción, resucitará en incorrupción” (1 Corintios 15:42)?

Pablo comparó el cuerpo mortal con una semilla imperfecta o corrupta (véase 1 Corintios 15:37–38, 42). Después de morir y ser sepultados (sembrados o plantados), un día nos levantaremos de la tumba como una planta que crece de la tierra. Nuestro cuerpo resucitado ya no será corrupto, sino que será perfeccionado mediante el poder de Dios.

¿Quién recibirá la gloria celestial?

El Reino Celestial es el lugar preparado para aquellos que “recibieron el testimonio de Jesús” y son “hechos perfectos mediante Jesús, el mediador del nuevo convenio, que obró esta perfecta expiación derramando su propia sangre” (Doctrina y Convenios 76:51, 69). Para heredar ese don, debemos recibir las ordenanzas de salvación, guardar los mandamientos y arrepentirnos de nuestros pecados. Para consultar una explicación detallada sobre quiénes heredarán la gloria celestial, véase Doctrina y Convenios 76:50–70; 76:92–96.

(Temas del Evangelio, “Reinos de gloria”, topics.ChurchofJesusChrist.org)