Hechos 4–5
Obedecer a Dios en vez de al hombre
Pedro y Juan fueron encarcelados por sanar y testificar en el nombre de Jesucristo. Más tarde fueron dejados en libertad y se les ordenó que no hablaran ni enseñaran en Su nombre; sin embargo, Pedro y Juan continuaron testificando de Jesucristo, y nuevamente fueron encarcelados. Un ángel los liberó de la cárcel y les dijo que regresaran y continuaran predicando de Cristo, lo cual hicieron. Los líderes judíos los encarcelaron de nuevo y los golpearon. Los líderes les mandaron que dejaran de predicar de Cristo, pero Pedro y Juan respondieron que debían obedecer a Dios en vez de a las personas. Pedro y Juan se regocijaron debido a que pudieron sufrir persecución por Jesucristo. Al estudiar hoy, piensa en cómo puedes aumentar tu deseo de obedecer a Dios por sobre cualquier otra persona.
Defender lo correcto
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¿Cuáles son algunas situaciones en las que podría resultar difícil para ti u otras personas obedecer a Dios debido a las presiones de los demás?
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¿Qué hace que esas situaciones sean difíciles?
El presidente Thomas S. Monson (1927–2018) dijo:
Al vivir nuestro día a día, es casi inevitable que nuestra fe se ponga en tela de juicio. A veces estaremos rodeados de otras personas y, sin embargo, seremos la minoría o incluso seremos los únicos con un criterio distinto en cuanto a lo que es aceptable y lo que no lo es. ¿Tenemos el valor moral para defender nuestras creencias aunque tengamos que hacerlo solos?
(Thomas S. Monson, “Atrévete a lo correcto aunque solo estés”, Liahona, noviembre de 2011, pág. 60)
Responde las siguientes preguntas en tu diario de estudio:
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¿Cómo calificarías tu disposición a obedecer a Dios en lugar de ceder a las presiones de los demás?
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¿Cuáles son algunas situaciones futuras en las que tal vez tengas que escoger obedecer a Dios en lugar de a los demás?
Al estudiar esta lección, busca verdades y ejemplos que puedan ayudarte a sentir un mayor deseo de obedecer a Dios por encima de cualquier otra persona.
Pedro y Juan son encarcelados por predicar y sanar en el nombre de Jesucristo
Pedro y Juan afrontaron situaciones en las que tuvieron que escoger entre obedecer a Dios o ceder a la presión de los demás. Después de sanar a un hombre cojo en el templo y predicar en el nombre de Jesucristo, Pedro y Juan fueron encarcelados e interrogados por los líderes judíos (véase Hechos 3:1–11; 4:1–7).
Lee Hechos 4:8–21 para saber cómo respondieron Pedro y Juan en esta situación. Si lo deseas, puedes marcar palabras o frases en estos versículos que creas que son importantes o que te inspiren a escoger obedecer a Dios por encima de todo lo demás. Si lo deseas, mira “Pedro y Juan son juzgados” (2:51), disponible en LaIglesiadeJesucristo.org, mientras sigues la lectura en tu ejemplar de las Escrituras.
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¿Qué palabras o frases te llamaron la atención de estos versículos? ¿Por qué?
Lee Hechos 5:12–32 y continúa estudiando este relato. Si lo deseas, puedes marcar la doctrina y los principios o frases que sean importantes para ti. O bien, podrías mirar “Pedro y Juan continúan predicando el Evangelio” hasta el minuto 3:51.
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¿Qué encontraste?
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¿Qué verdades aprendiste de este relato?
Una de las verdades que podemos aprender de este relato es que, si escogemos obedecer a Dios en lugar de temer a los demás, entonces Él estará con nosotros.
Piensa en las situaciones que identificaste al comienzo de la lección en las que podría ser difícil obedecer a Dios debido a la presión de los demás.
Un ejemplo moderno
El élder Thierry K. Mutombo, de los Setenta, narró un ejemplo de una familia que escogió obedecer a Dios en lugar de a las personas. Para escuchar este relato, mira “Seréis libres,” disponible en LaIglesiadeJesucristo.org, desde el minuto 6:43 hasta el 8:51.
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¿Qué fue lo que más te llamó la atención de la forma en que esa familia respondió a sus desafíos?
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¿Por qué crees que la fe de la familia en Jesucristo fue tan importante en esa situación?
Pedro y Juan son puestos en libertad
Los líderes judíos deliberaron sobre qué hacer con Pedro y Juan. Un líder judío muy respetado llamado Gamaliel los alentó a dejar ir a Pedro y a Juan porque reconocía que, si Pedro y Juan en verdad estaban haciendo la obra de Dios, los líderes judíos no podrían detenerla (véase Hechos 5:29–39).
Lee Hechos 5:40–42 y considera marcar palabras o frases que describan cómo se sintieron Pedro y Juan después de lo que experimentaron.
Opcional: ¿Quieres aprender más?
¿Qué sucede si no encajo porque decido obedecer al Padre Celestial?
El élder Richard G. Scott (1928–2015), del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó:
… [A] veces te sentirás solo e insuficientemente apreciado —a mí me ha ocurrido— porque no formas parte del círculo popular. Agradece el que tu vida recta te haya moldeado para no caber en un círculo al cual no perteneces. Este es un período de probación y de progreso personales. A su debido tiempo, lo reemplazará el de los verdaderos amigos y de la felicidad más grande.
(Véase Richard G. Scott, “La fuerza de la rectitud”, Liahona, enero de 1999, pág. 81)
¿Cómo debo defender mis creencias?
El élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles, explicó:
Sean fuertes; vivan el Evangelio fielmente, aunque los que estén a su alrededor no lo vivan en absoluto. Defiendan sus creencias con amabilidad y compasión, pero defiéndanlas.
(Véase Jeffrey R. Holland, “El costo —y las bendiciones— del discipulado”, Liahona, mayo de 2014, pág. 9)
¿Cómo demostró el Salvador que obedecía al Padre Celestial por encima de a las personas?
Los siguientes videos de la Biblia ilustran el deseo del Salvador de servir a Dios en lugar de seguir las ideas de las personas.
Mira “Jesús perdona los pecados y sana a un paralítico” (2:58) para ver cómo el Salvador mostró Su poder y disposición para perdonar el pecado incluso cuando otras personas lo cuestionaban.
Mira “Jesús sana a un hombre paralítico en el día de reposo” (2:20) para ver cómo el Salvador sanó a un hombre incluso cuando los líderes judíos pensaban que esa era una conducta inapropiada en el día de reposo.
Mira “Vete y no peques más” (3:18) para ver cómo el Salvador no condenó incluso cuando otras personas lo presionaban para hacerlo.