Hebreos 12
“El Señor al que ama, disciplina”
¿Cuándo fue la última vez que alguien te reprendió o corrigió? ¿Cómo reaccionaste? ¿Has estado alguna vez agradecido por la corrección que recibiste? Pablo escribió a los santos hebreos y les explicó que, a menudo, nuestro Padre Celestial demuestra Su amor al corregirnos. Esta lección puede ayudarte a aprender cómo el someterte con humildad a la corrección del Padre Celestial puede ayudarte a tener paz y a llegar a ser más semejante a Él.
La carrera de la vida
En tu diario de estudio, haz una lista de las maneras en que tu vida terrenal se siente como una carrera de larga distancia. Por ejemplo, podrías responder lo siguiente:
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¿Qué te está haciendo sentir cansado o agotado?
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¿Cuáles son algunos de los aspectos en los que te está yendo bien en la carrera y los aspectos en los que te podría ir mejor?
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¿Cuál es el destino al que te estás dirigiendo? ¿Por qué deseas llegar a ese destino?
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¿Por qué necesitas ayuda para terminar la carrera de la vida?
“Corramos con paciencia”
El apóstol Pablo comparó nuestra vida con una carrera. Lee Hebreos 12:1–2 para saber lo que Pablo enseñó sobre el modo en que podemos correr con éxito la carrera de la vida. Observa que la “nube de testigos” que se menciona en el versículo 1 hace referencia a los ejemplos de fe registrados en Hebreos 11.
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¿Qué te llamó la atención de estos versículos?
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¿De qué manera el seguir el consejo de Pablo nos ayudaría a correr con éxito la carrera de la vida?
En el versículo 2 Pablo señaló que el Salvador soportó el desafío de la crucifixión al enfocarse en “el gozo puesto delante de Él” (Hebreos 12:2). El presidente Russell M. Nelson explicó:
¿Y cuál fue el gozo que se puso delante de Él? Seguramente incluía el gozo de limpiarnos, sanarnos y fortalecernos; el gozo de pagar por los pecados de todo el que se arrepintiera; el gozo de hacer posible que ustedes y yo regresáramos a casa —limpios y dignos— para vivir con nuestros padres celestiales y nuestras familias.
(Russell M. Nelson, “El gozo y la supervivencia espiritual”, Liahona, noviembre de 2016, pág. 83)
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¿Qué te enseña aquello en lo que el Salvador se centró durante Su crucifixión en cuanto a lo que Él siente por ti?
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¿De qué manera el saber esto acerca de Jesucristo puede ayudarte a experimentar gozo incluso en tiempos difíciles?
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¿Cuáles son algunos de los gozos en los que puedes centrarte en los momentos difíciles de tu vida?
Soportar la disciplina del Señor
Piensa en alguna ocasión en la que alguien te corrigió y cómo reaccionaste ante esa corrección.
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¿Cuáles son algunas de las razones por las que las personas te han corregido?
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¿Por qué es difícil, a veces, ser corregido por otras personas?
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¿En qué ocasiones has estado agradecido por algunas de las correcciones que has recibido? ¿Por qué?
Lee Hebreos 12:5–7, 9–11 para saber lo que Pablo enseñó acerca de la disciplina o la corrección.
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¿Qué nos enseñan estos versículos en cuanto a la intención del Padre Celestial al reprendernos?
Repasa Hebreos 12:10–11 otra vez y busca cómo podrías completar la verdad siguiente:
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Si nos sometemos a la corrección del Padre Celestial…
La siguiente es una forma en la que podrías completar esta verdad: Si nos sometemos a la corrección del Padre Celestial, llegaremos a ser más semejantes a Él y tendremos la paz que proviene de la rectitud.
El élder D. Todd Christofferson, del Cuórum de los Doce Apóstoles, presentó las reflexiones siguientes en cuanto a la disciplina que recibimos del Señor:
La disciplina divina tiene por lo menos tres propósitos: (1) persuadirnos al arrepentimiento, (2) purificarnos y santificarnos y (3) a veces reorientar nuestro rumbo en la vida hacia lo que Dios sabe que es un mejor camino […].
Si estamos abiertos a ella, la debida corrección vendrá de muchas maneras y de muchas fuentes. Puede venir en el curso de nuestras oraciones cuando Dios hable a nuestra mente y a nuestro corazón mediante el Espíritu Santo [véase Doctrina y Convenios 8:2]. Puede venir en forma de oraciones que se respondan con un no o de forma diferente de la que esperábamos. La amonestación puede llegar a medida que estudiemos las Escrituras y se nos recuerden las deficiencias, la desobediencia o la negligencia en pequeños asuntos.
(D. Todd Christofferson, “Yo reprendo y disciplino a todos los que amo”, Liahona, mayo de 2011, págs. 98, 99)
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De acuerdo con la declaración del élder Christofferson, ¿cuáles son algunas de las formas en las que el Padre Celestial podría disciplinarnos o corregirnos?
Si es posible, mira “La voluntad de Dios” (3:02) para ver la forma en que la disciplina de Dios ayudó al presidente Hugh B. Brown (1883–1975), de la Primera Presidencia. Este video se encuentra en LaIglesiadeJesucristo.org.
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Al mirar este video, ¿qué pensamientos o sentimientos tuviste que podrían ayudarte en tu vida?
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¿De qué manera el someterte a la disciplina del Padre Celestial puede traerte paz y ayudarte a llegar a ser más semejante a Él?
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¿Qué experiencias has tenido en las que la disciplina del Padre Celestial te ha ayudado a hallar paz o a llegar a ser más semejante a Él?
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¿Cómo influyó esa experiencia en tus sentimientos hacia Él?
Opcional: ¿Quieres aprender más?
¿Y si siento que me estoy quedando detrás de los demás en la carrera de la vida?
El élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles, explicó:
No estamos en una carrera el uno contra el otro para ver quién es el más rico o el que tiene más talento o es el más hermoso o incluso el más bendecido. La carrera en la que realmente estamos es la carrera contra el pecado.
(Jeffrey R. Holland, “Los obreros de la viña”, Liahona, mayo de 2012, pág. 31)
¿Cómo demuestra la corrección del Padre Celestial Su amor por nosotros?
El élder Taniela B. Wakolo, de los Setenta, describió ejemplos de su propia vida y de la vida de José Smith que mostraron el amor de Dios al disciplinar.
Mira “Dios ama a Sus hijos” desde el minuto 5:23 hasta el 8:04 para ver esos ejemplos.
Las Escrituras mencionan muchos propósitos para la disciplina del Señor. En Hebreos 12:10, Pablo enseñó que el Señor nos corrige porque “nos es provechoso, para que participemos de su santidad”. Su amonestación “da fruto apacible de rectitud a los que en ella han sido ejercitados” (Hebreos 12:11). La corrección del Señor puede adoptar muchas formas y siempre sirve para enseñar a las personas, así como para proporcionar la amonestación necesaria. La disciplina ayuda a las personas a recordar al Señor, a arrepentirse, a recibir perdón y liberación, a aprender obediencia y a llegar a ser refinados como el oro (véanse Helamán 12:3; Doctrina y Convenios 1:27; 95:1; 105:6; Job 23:10).
El élder D. Todd Christofferson, del Cuórum de los Doce Apóstoles, refiriéndose a la disciplina del Señor, dijo:
La corrección es fundamental si deseamos moldear nuestra vida conforme a “un varón perfecto, [es decir] a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (Efesios 4:13). Pablo dijo de la corrección o la disciplina divinas: “Porque el Señor al que ama, disciplina” (Hebreos 12:6). Aunque suela ser difícil de sobrellevarlo, verdaderamente debemos alegrarnos de que Dios nos considere dignos del tiempo y la molestia para corregirnos.
(D. Todd Christofferson, “Yo reprendo y disciplino a todos los que amo”, Liahona, mayo de 2011, pág. 98)