Juan 13
“Que os améis unos a otros”
Después de participar de la cena de la Pascua judía, Jesús lavó los pies de Sus discípulos. Les enseñó acerca de servirse y amarse unos a otros. Esta lección puede alentarte a buscar la felicidad cuando sirves y amas a los demás como lo hizo Jesús.
Tratar de ser como Jesús
Canta o lee la letra de “Yo trato de ser como Cristo” (Canciones para los niños, págs. 40–41). Al hacerlo, piensa en las razones por las que deseas tratar de ser como Jesús.
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¿De qué maneras estás tratando de ser como Jesús?
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¿Qué diferencias has visto en la vida de las personas cuando tratan de ser como Jesús? ¿Y en tu propia vida?
Al participar en esta lección, presta atención a las impresiones del Espíritu Santo que pueden inspirarte a seguir mejor el ejemplo y las enseñanzas del Salvador.
“[E]jemplo os he dado”
Hacia el final de la vida del Salvador, Él reunió a Sus apóstoles para Su última cena de la Pascua judía. A los acontecimientos de esta noche a menudo se los llama la Última Cena.
Lee Juan 13:1–11 para saber lo que hizo Jesús después de que Él y Sus apóstoles hubieron comido la cena de la Pascua judía.
Podría ser útil saber que, durante la época del Nuevo Testamento, las personas solían tener los pies muy sucios debido a que usaban sandalias y caminaban por caminos que, en su mayoría, eran de tierra. Por lo general, los siervos de menor nivel realizaban el lavamiento de los pies de otra persona.
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¿Qué aprendes acerca del carácter de Jesús a partir de Su acto de lavar los pies de los apóstoles?
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¿Cómo te habrías sentido o cómo habrías reaccionado si Jesús te hubiera ofrecido ese tipo de servicio humilde?
Lee Juan 13:12–17 y busca las lecciones que puedes aprender de las palabras del Salvador.
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¿Qué aprendes de las enseñanzas del Salvador en esos versículos?
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¿En qué ocasiones has experimentado felicidad al seguir el ejemplo de servicio de Jesús?
“Que os améis unos a otros”
Después de lavar los pies de Sus apóstoles, el Salvador dedicó tiempo a enseñarles. Lee Juan 13:34–35 para descubrir la importante doctrina que Él enseñó.
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Al leer y pensar en estos versículos, ¿qué pensamientos, sentimientos o preguntas tienes?
Piensa en relatos de las Escrituras en los que el Salvador mostró amor a los demás.
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¿Cómo mostró Jesucristo Su amor de diferentes maneras a diferentes personas?
Dedica un tiempo a pensar y escribir acerca de las ocasiones o las formas en que sientes el amor que Jesús tiene por ti. Intenta estar tranquilo y pedir al Padre Celestial que te ayude a reconocer esas ocasiones.
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¿De qué manera el reconocer y sentir el amor del Salvador por ti influye en tu deseo de mostrar amor a los demás?
1. Completa la siguiente actividad en tu diario de estudio:
Haz un plan sobre cómo podrías seguir el ejemplo del Salvador de amar y servir a los demás, así como de cuándo te gustaría hacerlo. Podría ser de utilidad pensar en las siguientes ideas a medida que haces tu plan.
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Haz algo hoy mismo por un familiar, amigo o alguien de la comunidad.
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Haz algo para mostrar amor y bondad a alguien que es diferente a ti o incluso a alguien con quien te haya costado llevarte bien en el pasado.
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Identifica a alguien hacia quien sientas la impresión de mostrar mayor amor o respeto.
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Considera cómo podrías invitar el amor del Salvador en tus esfuerzos.
Opcional: ¿Quieres aprender más?
Juan 13:26 . ¿Qué es el pan mojado?
El “pan mojado” que se describe en Juan 13:26 era un pequeño trozo de pan que los que comían utilizaban para servirse caldo y carne de un cuenco. Dado que era una expresión de amabilidad y respeto que el anfitrión mojara un trozo de pan y lo diera a su invitado, con este gesto el Salvador ofreció a Judas una muestra de amistad, tal vez una última oportunidad para que renunciara a sus planes de traición.
¿Cómo podemos ayudar a los demás a sentir el amor de Jesucristo mediante el servicio que les prestamos?
El presidente Henry B. Eyring compartió el siguiente relato:
[S]e me asignó visitar la reunión sacramental de una residencia de ancianos, donde se me pidió que repartiera la Santa Cena. En vez de pensar en el proceso o en la precisión de mi manera de repartir la Santa Cena, observé el rostro de cada anciano. Vi que muchos de ellos derramaban lágrimas. Una mujer me tomó de la manga, dirigió su rostro hacia mí y dijo en alto: “Oh, gracias, gracias”.
El Señor había bendecido mi servicio efectuado en Su nombre. Aquel día había orado para que se produjese ese milagro en vez de orar por lo bien que podría hacer mi parte. Oré para que las personas sintieran el amor del Señor a través de mi servicio amoroso. He aprendido que esta es la clave para prestar servicio y bendecir a los demás en Su nombre.
(Henry B. Eyring, “Bendecir en Su nombre”, Liahona, mayo de 2021, pág. 69)