Seminario
Juan 6:22–58


Juan 6:22–58

“Yo soy el pan de vida”

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Jesus Christ seated at a table. In one hand He is holding a piece of bread. With the other He is gesturing towards Himself. There is a plate of bread on the table in front of Him and a goblet.

El día después de que Jesús alimentó a los cinco mil de manera milagrosa, muchos lo buscaron, “no porque [vieron] los milagros, sino porque [comieron] el pan” y volvieron a tener hambre (Juan 6:26). Y Jesús les enseñó: “Yo soy el pan de vida; el que a mí viene nunca tendrá hambre” (Juan 6:35). Esta lección puede ayudarte a ver formas en las que puedes venir al Salvador para que Él satisfaga tus necesidades espirituales.

“Yo soy el pan de vida”

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Bread

Si es posible, busca un trozo de pan. Cómelo mientras reflexionas sobre las siguientes preguntas.

  • ¿Cuánto pan crees que podrías comer?

  • Independientemente de cuánto pan comas en este momento, ¿qué sucederá luego de un tiempo?

Después de que el Salvador alimentó a más de cinco mil personas con solo cinco panes y dos peces, algunos, en respuesta a este milagro, lo buscaron para que los alimentara nuevamente, en lugar de buscarlo por razones espirituales (véanse Juan 6:5–14 ; Traducción de José Smith de Juan 6:26 [en Juan 6:26 , nota a al pie de página]). Jesús corrigió a aquellos que lo buscaban por más pan en lugar de buscarlo por la vida eterna. Ellos cuestionaron Su identidad y Su capacidad para darles la vida eterna (véase Juan 6:30, 41–42).

Lee Juan 6:32, 35 para ver la manera en que el Salvador corrigió a las personas. Considera marcar los títulos del Salvador “el verdadero pan del cielo” y “el pan de vida” en tu ejemplar de las Escrituras. Podrías agregar estos títulos a la anotación en tu diario llamada “Títulos y funciones de Jesucristo”. (Es posible que hayas comenzado esta anotación durante la lección sobre Juan 1:1–51).

  • ¿Por qué piensas que el Salvador se referiría a Sí mismo como “el verdadero pan del cielo” o “el pan de vida”?

  • ¿Qué aprendes sobre Jesucristo en el versículo 35 ?

Juan 6:35 enseña que si venimos a Jesucristo y creemos en Él, Él puede satisfacer nuestra hambre y sed espirituales.

Responde las siguientes preguntas en tu diario de estudio:

  • ¿Cuáles son algunas de las razones por las que necesitas a Jesucristo a diario? ¿En qué sentido consideras que estás espiritualmente “hambriento” en este momento?

  • ¿Qué estás haciendo en este momento para buscar la ayuda del Salvador a fin de satisfacer esa hambre? ¿Cuáles son las cosas que están yendo bien? ¿Cuáles son las que no?

A medida que continúas tu estudio, busca la influencia del Espíritu Santo a fin de que te ayude a determinar maneras en las que puedes venir al Salvador para que Él satisfaga tu hambre espiritual.Lee Juan 6:47–58 en busca de lo que el Salvador nos invita a hacer y lo que Él promete a cambio. Considera el modo en que esas invitaciones y promesas te ayudan a comprender mejor la manera de recibir el obsequio del Salvador para la satisfacción de tu hambre y sed espirituales. Si lo deseas, también puedes mirar el video “Yo soy el pan de vida”, disponible en LaIglesiadeJesucristo.org, desde el minuto 3:20 hasta el 5:08, mientras sigues el relato en tu ejemplar de las Escrituras. Podrías elaborar una tabla como la siguiente para ayudarte.

Las invitaciones del Salvador

Las promesas del Salvador

  • ¿Qué te enseñan Sus invitaciones y promesas acerca de Él?

Participar de la carne y de la sangre del Salvador

Muchas personas que escucharon el sermón del Salvador tenían preguntas sobre lo que significaba comer la carne del Salvador y beber Su sangre (véase Juan 6:52, 60).

Lee la siguiente declaración del élder D. Todd Christofferson, del Cuórum de los Doce Apóstoles, para comprender mejor lo que significan las palabras del Salvador y cómo podemos aceptar Su invitación.

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Portrait of Elder D. Todd Christofferson. Photographed in March 2020.

Comer Su carne y beber Su sangre es una manera contundente de expresar cuán completamente debemos traer al Salvador a nuestra vida —a nuestro mismo ser— para que seamos uno […].

… [P]articipamos de Su carne y bebemos Su sangre cuando recibimos de Él el poder y las bendiciones de Su expiación.

La doctrina de Cristo expresa lo que debemos hacer para recibir la gracia expiatoria. Es creer y tener fe en Cristo, arrepentirse y ser bautizado, y recibir el Espíritu Santo, “y entonces viene una remisión de vuestros pecados por fuego y por el Espíritu Santo” [ 2 Nefi 31:17 ] […].

He hablado de recibir la gracia expiatoria del Salvador para quitar nuestros pecados y la mancha de esos pecados en nosotros; pero, en sentido figurado, el comer Su carne y beber Su sangre tiene un significado adicional, y es el interiorizar las cualidades y el carácter de Cristo, despojándonos del hombre natural y haciéndonos santos “por la expiación de Cristo el Señor” [ Mosíah 3:19 ] […].

… Comer la carne y beber la sangre de Cristo significa procurar la santidad.

(D. Todd Christofferson, “El pan vivo que ha descendido del cielo”, Liahona, noviembre de 2017, págs. 36, 37, 38)

  • ¿Cómo explicarías lo que significa comer la carne y beber la sangre del Hijo de Dios?

  • ¿En qué momento han seguido tú u otras personas el consejo del élder Christofferson y han sentido que el Salvador satisfacía el hambre espiritual? ¿Qué hiciste durante esas experiencias que creas que invitó al Salvador a satisfacer esa hambre?

1. Haz lo siguiente en tu diario de estudio:

Imagina que estuviste presente durante el sermón del Salvador en Juan 6:22–58 . Escribe una anotación en tu diario como si hubieras estado allí. Incluye lo siguiente en tu anotación:

  1. Lo que aprendiste sobre el Salvador y lo que aprendiste de Él.

  2. Alguna experiencia que hayas tenido cuando Jesucristo proveyó para tus necesidades espirituales (o alguna experiencia que otras personas hayan tenido).

  3. Acciones que el Espíritu Santo te inspiró a llevar a cabo y por qué.

Opcional: ¿Quieres aprender más?

¿Cuál será el motivo por el cual Jesús centró la atención de las personas en sus necesidades espirituales, en lugar de sus necesidades físicas?

Cuando servía como miembro de los Setenta, el élder Carlos H. Amado enseñó:

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Former official portrait of Elder Carlos H. Amado of the First Quorum of the Seventy, 2008. Retouched version done in March 2009.

Como Iglesia, debemos dar de comer al hambriento, aliviar al enfermo, vestir al desnudo y dar techo al necesitado. Con las ofrendas de ayuno, aliviamos las necesidades básicas y apremiantes de los miembros, y con el plan de bienestar, satisfacemos las necesidades de largo plazo. Cuando hay desastres naturales, a través de los servicios humanitarios, ayudamos a nuestros hermanos que no son de nuestra fe.

Sin descuidar estas necesidades temporales, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, por mandamiento del Señor, mantiene la más sublime y elevada labor de servicio, que es bendecir a todos los hombres, enseñándoles la doctrina de Cristo e invitándolos a realizar las ordenanzas de salvación para que logren “la inmortalidad y la vida eterna” ( Moisés 1:39).

(Véase Carlos H. Amado, “Prestar servicio: una cualidad divina”, Liahona, mayo de 2008, págs. 35–36).

Juan 6:56 . ¿A qué se refirió el Salvador cuando enseñó que permanecería en nosotros?

El élder David A. Bednar, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó:

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Former official portrait of Elder Carlos H. Amado of the First Quorum of the Seventy, 2008. Retouched version done in March 2009.

… Una cosa es saber que Jesucristo vino a la tierra para morir por nosotros, lo cual es básico y fundamental respecto a la doctrina de Cristo; pero también es necesario que reconozcamos que el Señor desea, mediante Su expiación y por medio del poder del Espíritu Santo, vivir en nosotros, no solo para guiarnos, sino también para darnos poder.

(David A. Bednar, “La Expiación y el trayecto de la vida terrenal”, Liahona, abril de 2012, pág. 14).

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