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Lucas 10:25–37


Lucas 10:25–37

El buen samaritano

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The painting depicts the Good Samaritan administering to the beaten and injured man stripped of his clothing. A camel rests behind to the right. The scene takes place in a rocky desert setting reminiscent of the Holy Land.

Cuando un intérprete de la ley le preguntó a Jesús: “¿… quién es mi prójimo?” (Lucas 10:29), el Salvador le respondió con la parábola del buen samaritano. Esta lección puede ayudarte a seguir el ejemplo de Jesús en cuanto a amar al prójimo.

Ayudar a los necesitados

Piensa en una ocasión en la que alguien te ayudó cuando necesitabas ayuda.

  • ¿Por qué crees que esta persona te ayudó?

  • ¿Cómo te sentiste debido a lo que hizo esta persona?

Reflexiona sobre cuán probable es que ayudes a alguien necesitado y por qué podrías decidir ayudarlo o no. Mientras estudias, busca las verdades que aprendas acerca de Jesucristo que podrían aumentar tu deseo de ayudar a los necesitados.

Una parábola

Un día, mientras Jesucristo estaba enseñando, un intérprete de la ley le preguntó qué debía hacer para recibir la vida eterna. El Salvador enseñó que, para poder heredar la vida eterna, debemos amar a Dios con todo nuestro corazón y amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos (véase Lucas 10:27). Luego, el intérprete de la ley hizo otra pregunta.

Lee Lucas 10:29 y considera la posibilidad de marcar la pregunta que el intérprete de la ley le hizo a Jesús.

  • ¿Cómo responderías la pregunta del intérprete de la ley?

Para responder la pregunta del intérprete, Jesús relató una parábola conocida como la parábola del buen samaritano. Cuando estudies esta parábola, ten en cuenta que los samaritanos y los judíos generalmente se despreciaban y a menudo evitaban interactuar entre sí. Una de las razones por las que los judíos consideraban inaceptables a los samaritanos era debido a que estos eran en parte judíos y en parte gentiles, y mezclaban las creencias religiosas de ambos pueblos.

Comprender cómo el Salvador forma parte de la parábola

Lee la parábola del buen samaritano en Lucas 10:30–35 . También es posible que desees ver el video “La parábola del buen samaritano” (5:11) mientras sigues el pasaje de las Escrituras con la vista en tu ejemplar. Este video está disponible en LaIglesiadeJesucristo.org.

Mientras estudias esta parábola, piensa en la forma en que el samaritano es un símbolo de Jesucristo.

1. Registra las respuestas a la siguiente pregunta en tu diario de estudio:

  • ¿Qué podemos aprender de esta parábola en cuanto a Jesucristo? (Considera la posibilidad de anotar tu respuesta a esta pregunta en tu diario de estudio).

El élder Neil L. Andersen, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó:

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Official portrait of Elder Neil L. Andersen of the Quorum of the Twelve Apostles, 2010, August.

El Salvador es nuestro Buen Samaritano, enviado “a sanar a los quebrantados de corazón” [ Lucas 4:18 ; véase también Isaías 61:1 ]. Él viene a nosotros cuando otras personas pasan de largo. Con compasión, Él unta Su bálsamo sanador en nuestras heridas y las venda. Él nos lleva en brazos. Él nos cuida.

(Neil L. Andersen, “Heridos”, Liahona, noviembre de 2018, pág. 85)

  • ¿Cuáles son algunos ejemplos de las Escrituras en los que el Salvador hace lo que el élder Andersen describió?

  • ¿En qué ocasión ha sido el Salvador como el buen samaritano para ti?

Seguir el ejemplo de Jesucristo

Después de relatar la parábola del buen samaritano, Jesucristo, el Maestro, le preguntó al intérprete de la ley qué había aprendido y lo invitó a actuar. Lee Lucas 10:36–37 para ver cuál fue la invitación del Salvador al intérprete de la ley.

  • ¿Cómo puedes poner en práctica la invitación del Salvador en tu propia vida?

  • ¿Qué te enseña esta invitación sobre los sentimientos del Salvador por todos los hijos del Padre Celestial?

Tenemos muchas oportunidades de seguir el consejo del Salvador de “[ir] y ha[cer] […] lo mismo” ( Lucas 10:37) en muchas situaciones diferentes en las que nos encontramos, como en casa, en la escuela, en línea, en nuestro barrio o rama, y entre extraños.

2. Selecciona una de las situaciones mencionadas en el párrafo anterior y registra tus respuestas a las siguientes preguntas en tu diario de estudio:

  • ¿Cuáles son algunas maneras específicas en las que podrías seguir el ejemplo del Salvador de mostrar amor a tu prójimo en esta situación?

  • ¿Qué puede hacer que sea difícil mostrar amor a tu prójimo en esta situación?

  • Si una persona tuviera dificultades para mostrar amor a su prójimo en esta situación, ¿qué podrías enseñarle acerca de Jesucristo que pudiera ayudarla?

  • ¿Qué te has sentido inspirado a hacer como resultado de lo que has estudiado hoy?

Opcional: ¿Quieres aprender más?

¿De qué manera la parábola del buen samaritano es un símbolo del trayecto de nuestra vida?

El élder Gerrit W. Gong, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó:

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Official Portrait of Gerrit W. Gong. Photographed in 2018.

En nuestro polvoriento camino a Jericó, nos atacan, nos lastiman y nos dejan doloridos.

Aunque nos debemos ayudar mutuamente, con demasiada frecuencia cruzamos al otro lado del camino, por alguna razón.

Sin embargo, con compasión, el Buen Samaritano se detiene y cura nuestras heridas con vino y aceite, símbolos de la Santa Cena y de otras ordenanzas; el vino y el aceite nos dirigen a la sanación espiritual en Jesucristo. El Buen Samaritano nos coloca sobre su asno o, en algunas representaciones en vitrales, nos lleva sobre Sus hombros. Nos lleva al mesón, el cual puede representar Su Iglesia. En el mesón, el Buen Samaritano dice: “Cuídamelo, […] yo te lo pagaré cuando vuelva” [ Lucas 10:35 ]. El Buen Samaritano, un símbolo de nuestro Salvador, promete regresar, esta vez con majestuosidad y gloria.

(Gerrit W. Gong, “Lugar en el mesón”, Liahona, mayo de 2021, págs. 24–25)

¿Por qué el Salvador utilizó a un samaritano en lugar de a un judío como el que ayudó al hombre herido?

El presidente M. Russell Ballard, del Cuórum de los Doce Apóstoles, explicó:

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Official portrait of President M. Russell Ballard of the Quorum of the Twelve Apostles, 2004.

… En la época de Cristo había mucha antipatía entre judíos y samaritanos. Bajo circunstancias normales, ambos grupos evitaban asociarse unos con otros. Todavía habría sido una parábola buena e instructiva si el hombre que cayó en manos de ladrones hubiera sido rescatado por un hermano judío.

El uso deliberado que Él hizo de judíos y samaritanos enseña claramente que todos somos prójimo y que debemos amarnos, estimarnos, respetarnos y servirnos el uno al otro a pesar de nuestras más marcadas diferencias, entre ellas las diferencias religiosas, políticas y culturales.

(M. Russell Ballard, “Doctrina de la inclusión”, Liahona, enero de 2002, pág. 40)

¿Qué debo hacer cuando las oportunidades de ayudar a otros se presenten en momentos poco convenientes?

El presidente M. Russell Ballard, Presidente en Funciones del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó:

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Official portrait of President M. Russell Ballard of the Quorum of the Twelve Apostles, 2004.

… Las oportunidades de servir a los demás en forma significativa, como convinimos, rara vez se nos presentan en el momento oportuno. Pero no hay poder espiritual cuando se vive por lo que nos venga bien. El poder proviene del cumplimiento de nuestros convenios.

(M. Russell Ballard,“Como una llama inextinguible”, Liahona, julio de 1999, pág. 102)

El presidente Thomas S. Monson (1927–2018) nos recordó lo siguiente:

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Official portrait of President Thomas S. Monson, 2008.

… Nunca permitan que el problema que se tenga que resolver llegue a ser más importante que la persona a la que se tenga que amar.

(Thomas S. Monson, “Encontrar gozo en el trayecto”, Liahona, noviembre de 2008, pág. 86)

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