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Mateo 22:34–40


Mateo 22:34–40

Los dos grandes mandamientos

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Jesus is shown with a group of people speaking to a scribe about the two great commandments. Outtakes: include close ups of people in the crowd. (Scene filmed at ext. the temple court of the Women)

Con la intención de probar al Salvador, uno de los fariseos preguntó cuál era el gran mandamiento de la ley. En respuesta, el Salvador enseñó que el primer mandamiento es amar a Dios con todo nuestro corazón, alma y mente, y que el segundo es amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Esta lección puede ayudarte a comprender cómo vivir estos dos grandes mandamientos.

Los dos grandes mandamientos

Imagina que hablas con un amigo acerca de tus creencias religiosas. Mientras conversan sobre la importancia de los mandamientos de Dios, tu amigo te pregunta qué mandamientos específicos enseña la Iglesia.

Tómate un minuto y enumera tantos mandamientos y normas de Dios como puedas.

Después de compartir tu lista de los mandamientos de Dios, tu amigo te pregunta cuáles son los mandamientos más importantes.

Revisa tu lista y piensa en cómo podrías responder a su pregunta.

Mientras Jesús estaba enseñando entre el pueblo, muchos de los fariseos le hacían preguntas y trataban de humillarlo frente a las personas. Lee Mateo 22:36–40 en busca de la pregunta que le hicieron al Salvador y el modo en que Él contestó.

  • ¿Qué pensamientos o sentimientos tienes sobre la forma en que el Salvador contestó?

El Salvador explicó que el primer gran mandamiento es amar a Dios con todo nuestro corazón, alma y mente. El segundo gran mandamiento es amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Estos dos mandamientos provienen de Deuteronomio 6:5 y Levítico 19:18 . La “ley” mencionada en Mateo 22:36 es la ley de Moisés.

  • ¿Qué significa amar a Dios con todo tu corazón, alma y mente? (Si deseas comprender mejor estas palabras, puedes buscar sus definiciones mediante el uso de las ayudas para el estudio, como la Guía para el Estudio de las Escrituras).

  • ¿Cuáles son algunos ejemplos de la vida de Cristo en los que mostró que amaba a Dios de esta manera?

  • ¿Qué crees que signifique amar a tu prójimo como a ti mismo?

  • ¿Cómo puede el obedecer estos dos grandes mandamientos ayudarnos a volvernos como Jesucristo?

Observa que, en Mateo 22:40 , Jesús enseñó que todos los mandamientos de Dios están diseñados para ayudar a las personas a demostrar su amor por Dios y por su prójimo.

  • ¿De qué manera el obedecer los dos grandes mandamientos nos ayuda a obedecer todos los demás mandamientos?

El presidente Russell M. Nelson explicó la forma en que nuestro amor por Dios está conectado con nuestro amor por los demás.

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Official portrait of President Russell M. Nelson taken January 2018

Cuando amamos a Dios con todo el corazón, Él nos vuelve el corazón hacia el bienestar de otras personas en un bello círculo virtuoso.

(Russell M. Nelson, “El segundo gran mandamiento”, Liahona, noviembre de 2019, pág. 97)

  • ¿Por qué podría nuestro amor por Dios volvernos el corazón hacia los demás?

  • ¿A quién conoces que sea un buen ejemplo de guardar los dos grandes mandamientos?

  • ¿Cuáles son las maneras en que demuestran este amor? ¿Cómo puedes seguir su ejemplo de mostrar amor a los demás de maneras sencillas y cotidianas?

En tu diario de estudio, escribe lo que sabes acerca del Padre Celestial y Jesucristo que te motiva a guardar los dos grandes mandamientos. Puede ser útil reflexionar específicamente sobre las experiencias en las que has sentido Su amor por ti.

El amor por Dios debe ser nuestra prioridad

Si bien es importante obedecer los dos grandes mandamientos, el presidente Dallin H. Oaks nos hizo una advertencia:

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Official Portrait of President Dallin H. Oaks taken March 2018.

[N]uestro esmero por guardar el segundo mandamiento no debe hacernos olvidar el primero, el de amar a Dios con todo nuestro corazón, alma y mente. Demostramos ese amor al “guarda[r] [Sus] mandamientos” [ Juan 14:15 ].

(Dallin H. Oaks, “Los dos grandes mandamientos”, Liahona, noviembre de 2019, pág. 74)

  • ¿Por qué el orden de estos mandamientos podría ser importante?

  • ¿Qué problemas podrían surgir si priorizamos amar a nuestro prójimo por sobre amar a Dios?

  • ¿Qué situaciones o circunstancias podrías enfrentar en las que necesites asegurarte de que amar a Dios sea una prioridad?

Si lo deseas, puedes ver “Torbellinos espirituales” desde el minuto 7:40 hasta el 9:13 para ver un ejemplo de una joven que priorizó su amor por Dios. Este video se puede encontrar en LaIglesiadeJesucristo.org.

Elabora un plan

Reflexiona sobre las oportunidades que has tenido recientemente de obedecer los dos grandes mandamientos. En una escala de uno a cinco, donde uno es “muy bien” y cinco es “nada bien”, ponte una calificación en cuanto a qué tan bien estás obedeciendo cada uno de estos mandamientos.

1. Haz lo siguiente:

Crea un plan en tu diario de estudio para obedecer estos dos grandes mandamientos más plenamente.

  • Enumera las cosas específicas que podrías hacer para vivir mejor estos dos grandes mandamientos. Escucha con atención las impresiones del Espíritu Santo y elige una para llevar a cabo.

  • Escribe cómo llevarás a cabo esa acción. Considera la posibilidad de compartir tu plan con tus padres o con un amigo de confianza e invitarlos a ayudarte. Reconoce que Dios te ayudará conforme hagas todo lo que puedas (véase Doctrina y Convenios 123:17).

Opcional: ¿Quieres aprender más?

¿Cómo puedo aprender a amarme a mí mismo?

En su discurso “¡Este es nuestro momento!”, el élder S. Gifford Nielsen, de los Setenta, habla sobre la importancia de llegar a amarnos a nosotros mismos (Liahona, mayo de 2021, págs. 64–67). Pueden mirar el video, que se encuentra en LaIglesiadeJesucristo.org, desde el minuto 7:36 hasta el 9:32.

¿Cómo funcionan juntos los dos grandes mandamientos? (véase también 1 Juan 4:7–11, 20–21).

El élder Peter M. Johnson, de los Setenta, enseñó:

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Official portrait of Peter M. Johnson. Sustained April 6, 2019 as a General Authority Seventy.

[R]ecuerden que el primero y grande mandamiento es amar a Dios con todo nuestro corazón, alma, mente y fuerza [véase Mateo 22:37–38 ]. Todo lo que hagamos debe estar motivado por el amor que le tenemos a Él y a Su Hijo. A medida que desarrollemos amor por Ellos al guardar Sus mandamientos, nuestra capacidad para amarnos a nosotros mismos y a los demás aumentará. Comenzaremos a prestar servicio a nuestra familia, amigos y vecinos porque los veremos como el Salvador los ve: como hijos e hijas de Dios [véanse Juan 3:16 ; 1 Juan 4:19 ; Mosíah 2:17 ].

(Peter M. Johnson “Poder para vencer al adversario”, Liahona, noviembre de 2019, pág. 111)

¿Cómo puede el obedecer los mandamientos de amar a Dios y a los demás tener un impacto en mi vida?

El presidente M. Russell Ballard, Presidente en Funciones del Cuórum de los Doce Apóstoles, explicó:

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Official portrait of President M. Russell Ballard of the Quorum of the Twelve Apostles, 2004.

La obediencia a esos dos mandamientos es el medio para sentir más paz y gozo. Cuando amemos y sirvamos al Señor, y amemos y sirvamos al prójimo, sentiremos de forma natural mayor felicidad, y esa es la mejor manera de obtenerla.

(M. Russell Ballard, “El evangelio verdadero, puro y sencillo de Jesucristo”, Liahona, mayo de 2019, pág. 29)

¿Por qué se destaca el amor en ambos mandamientos?

Miren el video “El amor y la ley” (3:22). Este video se puede encontrar en LaIglesiadeJesucristo.org.

¿De qué manera el amor de Dios influye en nosotros para que obedezcamos los dos grandes mandamientos?

El élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles, testificó:

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Official Portrait of Elder Jeffrey R. Holland. Photographed January 2018.

[E]l primer gran mandamiento de toda la eternidad es amar a Dios con todo nuestro corazón, alma, mente y fuerza. Ese es el primer gran mandamiento; pero la primera gran verdad de toda la eternidad es que Dios nos ama con todo Su corazón, alma, mente y fuerza; ese amor es la piedra fundamental de la eternidad y debe ser la piedra fundamental de nuestra vida diaria. De hecho, solo si esa seguridad arde en nuestra alma podemos tener la confianza para seguir tratando de mejorar, seguir buscando el perdón de nuestros pecados y seguir extendiendo esa gracia a nuestro prójimo.

(Jeffrey R. Holland, “Jehová hará mañana maravillas entre vosotros”, Liahona, mayo de 2016, págs. 126–127)

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