Atracción hacia personas del mismo sexo
¿Cuáles son las mejores maneras de demostrar amor cristiano?


“¿Cuáles son las mejores maneras de demostrar amor cristiano?”, Atracción hacia personas del mismo sexo: La familia y los amigos, 2020

“¿Cuáles son las mejores maneras de demostrar amor cristiano?”, Atracción hacia personas del mismo sexo: La familia y los amigos

¿Cuáles son las mejores maneras de demostrar amor cristiano?

Elevar a los demás

Aunque la atracción hacia personas del mismo sexo no es un pecado, sí puede ser un desafío. Aun cuando una persona no haya elegido tener esos sentimientos, él o ella puede comprometerse a guardar los mandamientos de Dios. El padre o la madre de un hijo o hija que experimenta la atracción hacia personas del mismo sexo o que se identifica como gay o lesbiana debe elegir amar y aceptar a ese hijo o hija. Como comunidad de miembros de la Iglesia, debemos elegir crear una comunidad acogedora.

“Es tan importante que comprendamos, en primer lugar, que cada uno está en un lugar diferente en la vida, y que tengamos conciencia de las personas que nos rodean.

“Conozco a personas que asisten a la Iglesia para ser inspiradas y elevadas, pero salen sintiéndose juzgadas, que no son amadas y que no se las necesita, como si no hubiera lugar para ellas en la Iglesia. Debemos proceder de manera diferente. Debemos tener muy presente cuál es el propósito de ir a la Iglesia el domingo y asegurarnos de que quienes vayan se sientan amados, necesitados, aceptados y elevados. Cada uno tiene problemas que no conocemos y es importante que seamos conscientes de que Dios ama a todas las personas y que debemos verlas como Cristo las ve. No podemos permitir que el juicio dicte cómo interactuamos con las personas. Simplemente no está bien. Siento que el Señor nos coloca donde estamos y nos conecta con las personas por un propósito, no se trata solo de nuestro propio progreso, sino de ayudar a los demás a progresar. Noté que estamos donde estamos para poder amar y elevar a los demás.

“No podemos ser o incluso llamarnos discípulos de Cristo si no ayudamos a los demás en ese camino. El evangelio de Jesucristo no margina a las personas; las personas lo hacen, y tenemos que arreglar eso. Debemos ser sensibles, amarlas y darles la oportunidad de mejorar, tener éxito y dar lo mejor de sí mismas. Ellas tienen talentos, habilidades y personalidad que se necesitan en el reino de Dios. Si vamos a edificar el reino de Dios en la tierra, necesitamos que todos vengan, que vengan y hagan su parte. Tenemos que reconocer eso. Cuando el pie de cualquier persona se posa sobre el umbral de alguna capilla, de inmediato debe sentirse bien recibida, amada, elevada e inspirada, cuando salga de allí, a ir y ser mejor, porque sabe que el Señor la ama y que tiene amigos en su fe” (Carol F. McConkie,“Elevar a los demás”, LaIglesiadeJesucristo.org).

Servir y amar al prójimo

“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante a este: Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22:37–39).

“Este es mi mandamiento: Que os améis los unos a los unos a los otros, como yo os he amado” (Juan 15:12).

Demostramos nuestro amor hacia Dios al guardar Sus mandamientos (véase Juan 14:15) y al amarnos los unos a los otros (véase Juan 13:34). Si tiene un familiar o un amigo que experimente atracción hacia personas del mismo sexo o se identifica como gay, ámelo. El presidente Henry B. Eyring observó:

“Si deseáramos sentirnos cerca de alguien a quien amamos, pero de quien estamos separados, sabríamos hacerlo. Encontraríamos la manera de hablarle, de escucharle y hallaríamos la forma de hacer algo el uno por el otro. Cuanto más a menudo lo hiciéramos, tanto más profundo sería el vínculo del afecto que nos uniría. En cambio, si pasara mucho tiempo sin hablarnos, escucharnos y sin hacer nada el uno por el otro, el vínculo se debilitaría.

“Dios es perfecto y omnipotente, y ustedes y yo somos tan solo mortales. Pero Él es nuestro Padre, nos ama y nos ofrece la misma oportunidad de acercarnos a Él como lo haría un buen amigo. Y tú lo harás de la misma manera: hablando con Él, escuchándole y actuando en consecuencia” (véase “Acerquémonos a Dios”, Liahona, julio de 1991, págs. 71–72).

Usted demuestra su amor a Dios al amar y servir a los demás.

“Y he aquí, os digo estas cosas para que aprendáis sabiduría; para que sepáis que cuando os halláis al servicio de vuestros semejantes, solo estáis al servicio de vuestro Dios” (Mosíah 2:17).

¿Qué significa amarse los unos a los otros? El amor cuida. El amor escucha. El amor incluye. El amor inspira. El amor está en el centro de lo que nos hace humanos, ya que somos hijos de Dios y “Dios es amor” (1 Juan 4:8). En la Última Cena, el Salvador reiteró: “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tenéis amor los unos por los otros” (Juan 13:35).

Respetar las diferencias

Si tiene un familiar o un amigo que experimenta la atracción hacia personas del mismo sexo o se identifica como gay, ámelo. El mandamiento de amarnos los unos a los otros incluye a aquellos que no ven el mundo de la misma manera en que nosotros lo vemos.

Tal como lo explicó el élder Dallin H. Oaks:

“En tantas relaciones y circunstancias de la vida, debemos convivir con diferencias. En los casos de vital importancia, no debemos negar ni abandonar nuestra opinión respecto a esas diferencias, pero como seguidores de Cristo debemos vivir en paz con los demás que no compartan nuestros valores ni acepten las enseñanzas basadas en ellos. El Plan de Salvación del Padre, el que conocemos por medio de la revelación profética, nos coloca en una situación terrenal en la que debemos guardar Sus mandamientos. Eso incluye amar a nuestro prójimo de diversas culturas y creencias, así como Él nos ha amado. Tal como enseñó un profeta del Libro de Mormón, debemos seguir adelante, teniendo ‘amor por Dios y por todos los hombres’ (2 Nefi 31:20)” (“Amar a los demás y vivir con las diferencias”, Liahona, noviembre de 2014, pág. 28).

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