Transgénero
¿Qué debo hacer si estoy deprimido, si sufro de ansiedad o si tengo pensamientos suicidas?


“¿Qué debo hacer si estoy deprimido, si sufro de ansiedad o si tengo pensamientos suicidas?” Transgénero: Comprenderse a usted mismo, 2020

“¿Qué debo hacer si estoy deprimido, si sufro de ansiedad o si tengo pensamientos suicidas?” Transgénero: Comprenderse a usted mismo

¿Qué debo hacer si estoy deprimido, si sufro de ansiedad o si tengo pensamientos suicidas?

Líneas telefónicas de ayuda ante crisis

Si cree que podría hacerse daño, busque ayuda de inmediato. Llame a un proveedor de servicios de emergencia o a una línea telefónica de ayuda gratuita ante crisis de su localidad.

Se pueden encontrar algunas líneas telefónicas de ayuda en “¿En crisis? Hable ahora”, (LaIglesiadeJesucristo.org).

Los sentimientos de depresión son reales y pueden ser abrumadores y debilitantes. Si se siente deprimido o piensa en hacerse daño, hable con alguien en quien confíe. Si se encuentra en los Estados Unidos, llame a la National Suicide Prevention Lifeline [Línea nacional de ayuda para la prevención del suicidio]. Consulte los recursos de la Iglesia sobre el suicidio, tales como Pensamientos suicidas, en Ayuda para la vida y Autosuficiencia en ChurchofJesusChrist.org o en la aplicación Biblioteca del Evangelio. La terapia profesional y la atención médica también pueden ser de ayuda.

La depresión y el suicidio

Las investigaciones muestran que si experimenta sentimientos transgénero, puede tener un mayor riesgo de depresión o suicidio. Si está deprimido o está contemplando la idea del suicidio, busque la ayuda de un profesional de la salud mental competente. Doctrina y principios y otros recursos se pueden encontrar en la sección sobre el suicidio de Ayuda para la vida y Autosuficiencia en LaIglesiadeJesucristo.org o en la aplicación Biblioteca del Evangelio.

En la Conferencia General de octubre de 2019, la hermana Reyna I. Aburto compartió su propia experiencia de vida con el dolor asociado con la depresión y el suicidio. Explicó que la “depresión, [la] ansiedad y otras aflicciones mentales y emocionales […] p[ueden] distorsionar la forma en que nos vemos a nosotros mismos, a los demás e incluso a Dios […].

“…Como otras partes del cuerpo, el cerebro está sujeto a enfermedades, traumas y desequilibrios químicos […].

“En algunos casos se puede determinar la causa de la depresión o ansiedad, pero en otros podría ser difícil de discernir […]. [P]odrían necesitarse terapia o medicamentos bajo la dirección de profesionales capacitados.

“Si no se atienden, las afecciones mentales o emocionales pueden causar aislamiento, malentendidos, ruptura de relaciones, daño autoinfligido y hasta el suicidio […].

“Penosamente, muchos que sufren casos graves de depresión se distancian de los demás santos porque sienten que no encajan en un molde imaginario. Podemos ayudarles a saber y sentir que sí tienen un lugar entre nosotros. Es importante darnos cuenta de que la depresión no se deriva de la debilidad y normalmente tampoco del pecado. Más bien, ‘aumenta si se mantiene en secreto y se mitiga con la empatía’ [Jane Clayson Johnson, Silent Souls Weeping, 2018, pág.197]” (“En sol y sombra, Señor, acompáñame”, Liahona, noviembre de 2019, págs. 57, 58).

Confíe en Dios

El presidente Jeffrey R. Holland nos habla con compasión sobre cómo lidiar con la depresión: “Sea cual fuere su lucha, mental, emocional, física o de otro tipo, ¡no nieguen el preciado valor de la vida acabando con ella! Confíen en Dios. Aférrense a Su amor. Sepan que un día el alba brillará intensamente y todas las sombras de la mortalidad huirán” (“Como una vasija quebrada”, Liahona, noviembre de 2013, pág. 42).