Salmo 10
David habla de varios hechos de los inicuos — Dios no está en los pensamientos de ellos — Pero Jehová es Rey eternamente y para siempre — Él juzgará al huérfano y al oprimido.
1 ¿Por qué estás lejos, oh Jehová,y te escondes en tiempos de tribulación?
2 Con arrogancia el malo persigue al pobre;sean atrapados en los artificios que han ideado.
3 Porque el malo se jacta del deseo de su alma,y bendice al codicioso y desprecia a Jehová.
4 El malo, por la altivez de su rostro, no busca a Dios;no está Dios en ninguno de sus pensamientos.
5 Sus caminos son torcidos en todo tiempo;tus juicios los tiene muy lejos de su vista;a todos sus adversarios desprecia.
6 Dice en su corazón: No seré sacudido jamás,ni nunca me alcanzará la adversidad.
7 Llena está su boca de maldición, y de engaños y de fraude;debajo de su lengua hay maldad e iniquidad.
8 Se sienta al acecho en las aldeas;en los escondrijos mata al inocente.Sus ojos acechan al desvalido.
9 Acecha en lo oculto, como el león desde su guarida;acecha para atrapar al pobre;atrapa al pobre trayéndolo a su red.
10 Se encoge, se agazapa,y caen en sus fuertes garras muchos desdichados.
11 Dice en su corazón: Dios ha olvidado;ha encubierto su rostro; nunca lo verá.
12 ¡Levántate, oh Jehová;oh Dios, alza tu mano!No te olvides de los pobres.
13 ¿Por qué desprecia el malo a Dios?En su corazón ha dicho: Tú no habrás de pedir cuentas.
14 Tú lo has visto, porque tú miras la maldad y la vejación,para dar la recompensa con tu mano;a ti se acoge el desvalido;tú eres el amparo del huérfano.
15 Quiebra el brazo del inicuo y del malvado;persigue su maldad hasta que no halles ninguna.
16 Jehová es Rey de eternidad en eternidad;las naciones han desaparecido de su tierra.
17 El deseo de los humildes has oído, oh Jehová;tú dispondrás su corazón e inclinarás tu oído,
18 para juzgar al huérfano y al oprimido,a fin de que no vuelva más a sembrar el terror el hombre de la tierra.