Falta de humildad o de mansedumbre. El orgullo hace que la gente esté en contra de Dios y de los demás. La persona orgullosa se cree superior a los que le rodean y hace su propia voluntad en lugar de la de Dios. La vanidad, la envidia, la dureza de corazón y la altanería son también características típicas de la persona orgullosa.