Muerte física
La separación del cuerpo y el espíritu. Antes de la caída de Adán, ningún ser viviente sobre la tierra podía morir (2 Ne. 2:22; Moisés 6:48). La Caída trajo el estado mortal y la muerte a la tierra. La expiación de Jesucristo venció la muerte, para que todos pudieran resucitar (1 Cor. 15:21–23). La resurrección es un don gratuito que se da a todo ser humano, sin importar si ha hecho bien o mal en esta vida (Alma 11:42–44). Toda persona padece una sola muerte física, ya que una vez que nuestro cuerpo resucite, no puede volver a morir (Alma 11:45).