Comunicación de Dios con Sus hijos sobre la tierra. La revelación se recibe mediante la Luz de Cristo y el Espíritu Santo, y también por medio de inspiración, visiones, sueños o mediante la visita de ángeles. La revelación brinda la guía que puede conducir a los fieles a la salvación eterna en el reino celestial.
El Señor revela Su obra a Sus profetas y confirma a los creyentes que son verdaderas las revelaciones que estos reciben (Amós 3:7). Por medio de la revelación, el Señor guía individualmente a todo aquel que la busque y que tenga fe, se arrepienta y sea obediente al evangelio de Jesucristo. “El Espíritu Santo es un revelador”, dijo José Smith, “y ningún hombre puede recibir el Espíritu Santo sin recibir revelaciones”.
En la Iglesia del Señor, los integrantes de la Primera Presidencia y del Consejo de los Doce son profetas, videntes y reveladores para la Iglesia y para el mundo. El Presidente de la Iglesia es la única persona, entre todos ellos, autorizada por el Señor para recibir revelaciones para toda la Iglesia (DyC 28:2–7); sin embargo, toda persona puede recibir revelación personal para su propio beneficio.