2018
Cómo reconocer las falsificaciones de Satanás
Noviembre 2018


Cómo reconocer las falsificaciones de Satanás

El autor vive en Utah, EE. UU.

Cuando nos enfrentamos a falsificaciones espirituales, el Libro de Mormón nos puede ayudar a determinar lo que es verdadero y lo que no lo es.

woman with money

Cuando estaba en el supermercado y estaba poniendo un par de billetes de un dólar en mi billetera, uno de ellos me llamó la atención. Me pareció que el color verde de uno de ellos era más claro que el de los otros, así que lo examiné con más detenimiento y me di cuenta de que la imagen del presidente George Washington no se veía tan nítida. Incluso el papel se sentía diferente. ¡Era un billete falso! El empleado lo intercambió por un billete genuino y entregó el falso al gerente de la tienda.

Desde entonces he pensado mucho en ese billete falso. Me pregunté cuánto tiempo había estado en circulación y a cuántas personas había engañado a lo largo de los años. De hecho, si yo no hubiera prestado atención, quizá hubiera sido engañado también; pero al compararlo con un billete genuino y al concentrarme en las diferencias en vez de las similitudes, me pude dar cuenta de que era falso.

El Libro de Mormón está lleno de ejemplos de falsificadores espirituales que siguieron los métodos de Satanás de mentir y engañar a los demás para su propio beneficio. Al estudiar sus trucos y tácticas, comenzamos a notar sus equivocaciones y errores de la misma manera que el ojo de un experto comienza a notar la diferencia entre billetes genuinos y falsos. Entre más adiestremos los ojos para reconocer las diferencias, más preparados estaremos para desenmascarar a los falsificadores de la actualidad y para resistir sus mentiras.

La recopilación de información de inteligencia en cuanto a las falsificaciones de Satanás

Satanás procura desviarnos por medio de su propio tipo de falsificación espiritual y, si no tenemos cuidado, seremos engañados. El presidente Joseph F. Smith (1838–1918) advirtió: “Satanás es un hábil imitador, y a medida que la verdad genuina del Evangelio se extiende por el mundo cada vez más, él esparce su contrapeso de doctrina falsa. Cuídense de esas falsificaciones que no proporcionan al hombre sino desilusión, desgracia y muerte espiritual”1.

La mejor defensa que tenemos para no ser engañados por las falsificaciones de Satanás es estar lo más familiarizados posible con las verdades del Evangelio. Cuanto más profundamente conozcamos la verdad, más fácil será distinguir las diferencias cuando Satanás nos presente sus falsificaciones. De modo que cuando lo haga, tenemos que prestar atención a las diferencias y no a las similitudes, tal como yo lo hice con mis billetes de un dólar, porque es allí donde las mentiras siempre se revelarán.

El presidente Ezra Taft Benson (1899–1994) enseñó: “El Libro de Mormón pone al descubierto a los enemigos de Cristo… Dios, con Su presciencia infinita, [moldeó el] Libro de Mormón de manera [tal] que nosotros pudiéramos ver el error y supiéramos combatir los falsos conceptos educativos, políticos, religiosos y filosóficos de nuestra época”2.

Hoy en día estamos en guerra contra Satanás. Nosotros, al igual que un ejército, necesitamos saber qué es lo que planea el enemigo. Por ejemplo, el saber cuándo y dónde atacará puede ser información muy valiosa. Es por esa razón que la frase que se utiliza para adquirir ese tipo de información se conoce como “recopilación de información de inteligencia”. El conocer a nuestro enemigo es llegar a ser más inteligente que él. El Libro de Mormón nos puede ayudar a “recopilar información” en cuanto a los métodos de falsificación de Satanás.

Las palabras lisonjeras son falsificaciones

Más de la mitad de los falsificadores del Libro de Mormón hicieron uso de palabras lisonjeras y de una personalidad carismática para lograr sus objetivos. Por ejemplo, Sherem “tenía un conocimiento perfecto de la lengua del pueblo; por tanto, podía emplear mucha lisonja y mucha elocuencia, según el poder del diablo” (Jacob 7:4). Los sacerdotes del rey Noé hablaban “vanas y lisonjeras palabras” (Mosíah 11:7), causando así que el pueblo participara en idolatría y otras iniquidades. Korihor logró resultados similares en su época, “desviando el corazón de muchos” (Alma 30:18). Tanto Amalickíah como Gadiantón hicieron uso de su inclinación por la lisonja para levantar ejércitos de seguidores inicuos (véanse Alma 46:10; Helamán 2:4).

Eso no fue por casualidad. La lisonja es superficial, insincera, vacía y exagerada. Nefi advirtió en cuanto a aquellos que “de esta manera enseñarán falsas, vanas e insensatas doctrinas; y se engreirán en sus corazones, y tratarán afanosamente de ocultar sus designios del Señor, y sus obras se harán en las tinieblas” (2 Nefi 28:9).

La lisonja a menudo se utiliza para engañar y por lo general tiene motivos o intenciones ocultas. La lisonja tiene más que ver con la forma en que algo se dice que con lo que realmente se dice, y apela a la vanidad y al orgullo del hombre natural que se lleva dentro. Sin embargo, los profetas del Señor nos dicen las verdades sencillas pero importantes que necesitamos escuchar.

La lisonja es el idioma que habla Satanás. El presidente James E. Faust (1920–2007), Segundo Consejero de la Primera Presidencia, explicó: “… A menudo, [la] voz [de Satanás] parece ser muy razonable y su mensaje fácil de justificar. Se trata de una voz atractiva e intrigante emitida con tonos placenteros. No es brusca ni discordante. Nadie escucharía la voz de Satanás si sonara áspera o maliciosa”3.

whispering

Cuando el mundo nos presenta una idea, filosofía u opinión que parece apelar solamente a nuestra vanidad u orgullo, o que simplemente parece ser demasiado buena para ser cierta, eso inmediatamente debería ser una advertencia para nosotros. Consideren esas ideas como falsas; compárenlas con las verdades que enseñan los profetas del Señor. Busquen las diferencias, no las similitudes, y las ideas falsas serán evidentes.

Nehor: un falsificador popular

Nehor utilizó libremente el método lisonjero de Satanás. Examinémoslo como un caso de estudio de un falsificador espiritual. Nehor, cuya doctrina parecía abrazar la idea de un redentor, fue un predicador popular y carismático entre los nefitas. Nehor atrajo a muchos seguidores al enseñar que “todo el género humano se salvaría en el postrer día” y que “todos los hombres tendrían vida eterna” (Alma 1:4).

¿Podemos ver por qué el mensaje de Nehor sería tan atrayente? Enseñaba sobre un Dios despreocupado y relajado; un Dios quien, debido a que ama a todos, salvará a todos, sin excepción alguna. Así que, sigan adelante y hagan lo que quieran, porque todo está bien. Es una filosofía seductora que abrazaron tanto las personas en la época de Nehor (véase Alma 1:5) como muchas personas en la actualidad. Al parecer, la entrada gratuita al cielo es algo que las personas desean.

Entonces, ¿cuál era el problema con el mensaje de Nehor? Analicemos los puntos principales de su argumento nuevamente:

  • Dios creó a todas las personas— Verdadero.

  • Dios ama a todas las personas— Verdadero.

  • No debemos temer a Dios— Verdadero.

  • Debemos regocijarnos en la idea de la salvación— Verdadero.

Hasta ese punto, hay muchas similitudes entre lo que Nehor enseñó y las verdades del Evangelio. Pero recuerden que, tal como con el dinero falsificado, es necesario que busquemos las diferencias, no las similitudes. Echemos un vistazo entonces al último punto de Nehor:

  • Dios concederá a todos la vida eterna— ¡Falso!

Esa es la diferencia importante que nos indica que Nehor es un falsificador espiritual. La salvación de la muerte física está garantizada para todos, pero la salvación de la muerte espiritual depende de que nos arrepintamos de buena voluntad. Si nos arrepentimos, entonces podemos recibir la vida eterna (véase Jacob 6:11). No es algo gratuito.

Gedeón y Alma reconocieron al falsificador

La maldad de Nehor se puso al descubierto el día en que se encontró con Gedeón, un maestro justo de la Iglesia de Dios. Gedeón hizo frente al rey Noé años antes y, por ende, tenía experiencia con los falsificadores espirituales (véase Mosíah 19:4–8). Nehor “empezó a disputar vigorosamente con él, a fin de descarriar al pueblo de la iglesia; mas [Gedeón] lo resistió, amonestándolo con las palabras de Dios” (Alma 1:7). Gedeón reconoció que Nehor era un falsificador. Una vez desenmascarado, Nehor recurrió a otro de los métodos de Satanás: el asesinato. Pero la muerte de Gedeón no fue en vano; el pueblo llevó a Nehor, el falsificador, ante Alma para ser juzgado.

Alma reconoció que no solo era Nehor culpable de superchería sacerdotal y de asesinato, sino también que, si no se prevenía, la superchería sacerdotal entre el pueblo “resultaría en su entera destrucción” (Alma 1:12). De modo que a Nehor se le condenó a morir, y sufrió “una muerte ignominiosa” (Alma 1:15).

Gedeón y Alma son un ejemplo para nosotros. Cuando tenemos la compañía del Espíritu, veremos y escucharemos “las cosas como realmente son” (Jacob 4:13); reconoceremos los planes y estrategias falsas de Satanás “con un perfecto conocimiento, como la luz del día lo es de la obscuridad de la noche” (Moroni 7:15).

Nuestro enemigo “falso” es inteligente, pero tal como Gedeón y Alma, nosotros podemos ser más inteligentes. De la misma manera que gradualmente comencé a percibir las diferencias entre mis dos billetes de un dólar, gradualmente podemos adiestrar nuestro ojo, así como nuestra mente y nuestro espíritu, para que reconozcan las diferencias entre la verdad y las mentiras. Al hacerlo, reconoceremos a los falsificadores y resistiremos sus mentiras.

Notas

  1. Véase de Joseph F. Smith, Doctrina y Convenios, Manual para el alumno, pág. 22.

  2. Véase Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: Ezra Taft Benson, 2014, págs. 143–144.

  3. James E. Faust, “Las fuerzas que nos salvarán”, Liahona, enero de 2007, pág. 4.