Cómo hallar gozo en ti mismo(a)
¿Cómo podemos aprender a amarnos a nosotros mismos y todas las particularidades que nos hacen quienes somos?
La autora vive en Idaho, EE. UU.
Como jóvenes adultos, creo que a la mayoría nos cuesta amarnos a nosotros mismos y sentir gozo interior. Todo comienza al pensar negativamente sobre nuestro cuerpo, nuestra personalidad o nuestras habilidades. Una vez que hemos determinado exactamente qué es lo que no nos agrada (lo cual, lamentablemente, es muy fácil), tratamos de cambiar esas cosas. Pero, puede que ese cambio no suceda lo suficientemente rápido o de la manera que esperamos; o comenzamos a compararnos con otras personas en las redes sociales, y entonces volvemos a sentirnos deprimidos. Lamentablemente, muchos de nosotros nos deleitaremos en la autocompasión y en todos los “defectos” que percibimos en nosotros en lugar de tratar de hallar gozo en nuestro interior.
Esa no es una buena manera de vivir. Sin embargo, dado que estamos rodeados de medios de comunicación y de personas que influyen en nuestra idea de qué aspecto “deberíamos” tener, o cómo “deberíamos” actuar o sentirnos, no es de extrañar que nos cueste hallar gozo en nuestra individualidad. A menudo me he preguntado: ¿Cómo podemos aprender a amarnos a nosotros mismos y todas esas particularidades que nos hacen quienes somos cuando la sociedad trata continuamente de presionarnos para que nos ajustemos a un ideal arbitrario?
Bueno, comenzamos por hallar gozo en nosotros, en nuestra individualidad y en nuestras creencias y normas.
Pero la pregunta es: ¿Cómo se hace eso?
Creo que para cada persona es diferente, pero también creo que hay algunas cosas que todos podemos hacer.
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Primero: haz cosas que contribuyan a tu bienestar. Por ejemplo, yo detestaba hacer ejercicio; y cuando digo detestar, estoy hablando en serio. Pero hace poco he comenzado realmente a disfrutar de hacer ejercicio. El ejercicio me permite tener un tiempo para mí (ya sea que haga una caminata o vaya al gimnasio). Me hace sentir bien, no porque esté tratando de perder peso o de tener un aspecto determinado, sino simplemente porque me siento mejor conmigo misma. Tengo más energía y más confianza, y eso produce mucho gozo en mi interior.
No obstante, el ejercicio no es lo único que puedes hacer para mejorar tu bienestar; comer de manera más saludable, meditar, acostarte más temprano e incluso hacer algo tan sencillo como respirar hondo o hacer estiramientos puede ayudarte a sentirte mejor.
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Segundo: descubre quién eres. Esto lleva algún tiempo, pero, cuando te das cuenta de quién eres, ¡eso marca toda la diferencia! Sé que soy hija de Dios. Él, un Ser perfecto, me creó a mí. ¿Cómo lo sé? Oré, leí las Escrituras y me rodeé de personas que creían las mismas cosas que yo. Mientras leía las Escrituras incluso pregunté: “¿Qué piensa Dios de mí?”, y me di cuenta de que, si a Él le importaba Su pueblo en ese entonces, siente lo mismo por nosotros ahora.
El Padre Celestial no cometió errores cuando nos creó. En muchos casos, lo que tú y yo podemos considerar defectos en realidad son oportunidades para volvernos a Cristo y ser perfeccionados en Él. En este momento ¡no soy perfecta!, pero Dios me ve como Su hija y me ama tal como Él me creó. El saber que Aquel que creó los cielos y la Tierra decidió que el mundo también necesitaba alguien como cada uno de nosotros puede ayudar a cualquier persona a sentir gozo en su interior.
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Tercero: céntrate en tus puntos fuertes. Todos tenemos habilidades muy diversas, pero, en ocasiones, es difícil reconocer en qué somos buenos. Piensa en tus pasatiempos; en ellos hallarás talentos y puntos fuertes que tal vez hayas pasado por alto. También puedes pedir a tus seres queridos que te digan cuáles son tus fortalezas. A menudo ellos pueden ver tus talentos de manera mucho más clara que tú. Estudia tu bendición patriarcal para saber algunos dones y habilidades concretos con los que Dios te ha bendecido.
Y si deseas saber más, ¡ora al respecto! El Padre Celestial está dispuesto a ayudarte a reconocer tus dones divinos. También puedes pedirle que te muestre en qué puedes mejorar. El conocer nuestras debilidades, y procurar la fortaleza del Señor, nos ayuda a crecer; así que, no dejes que te desanimen. Dios no solo ha permitido que tengas debilidades, sino que también te ha bendecido con fortalezas. Al aceptarlas con humildad, procurando la guía del Señor, ¡podrás progresar y hallar gozo en la persona que eres!
Dios desea que sintamos gozo en esta vida. Yo creo que, cuando hagamos estas tres cosas, hallaremos más gozo en nosotros mismos. Sé que yo he sentido gozo y sigo sintiéndolo a medida que pongo estas cosas en práctica cada día.