Los sacrificios que hice para unirme a la Iglesia
Renuncié a muchas cosas para unirme a la Iglesia, pero he recibido mucho más a cambio.
El autor vive en Escocia.
Para los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, la palabra sacrificio significa mucho. Cuando pienso en sacrificio, pienso en Jesucristo en el Jardín de Getsemaní o sobre la cruz en el Gólgota. Pero el sacrificio sencillo y diario se ha convertido en un empeño real para la mayoría de los miembros de la Iglesia, incluso para mí, desde que soy miembro.
Nací de buenos padres y me crie en Escocia, pero no fue hasta que tuve dieciocho años que me di cuenta de que había algo mejor. Siempre supe que había un Dios, pero solo recientemente descubrí que Él tiene una conexión personal conmigo.
Cuando me uní a la Iglesia, a mi familia le pareció bien, pero mis amigos expresaron muchas dudas. Ellos habían investigado la Iglesia y creían mucha información falsa sobre ella. Decían que la Iglesia era una secta, me dijeron que estaba llena de mentiras y que estaba loco por unirme a ella. Pero yo sabía, en el corazón, que la Iglesia era verdadera. No creo que nada pueda cambiar eso, y cuando les dije a mis amigos que yo sabía que era verdadera, los comentarios dieron paso a la burla.
Aquella noche oré para recibir ayuda con mis amigos. No quería perderlos, pero tampoco quería seguir siendo el objeto de sus mofas. Después de orar, recuerdo que recibí una clara impresión: “Si son buenos amigos, te apoyarán. No se burlarán de ti”. Seguí esa impresión y, cuando las cosas con mis amigos no cambiaron, los dejé ir. Fue difícil, pero, desde entonces, he encontrado grandes amigos en la Iglesia; amigos que, pase lo que pase, permanecerán junto a mí.
Otra cosa que fui espiritualmente guiado a sacrificar fue mi trabajo. Antes de unirme a la Iglesia, trabajaba en un bar y, aunque las enseñanzas del Evangelio no se oponen a ello, no me sentía bien al respecto. Comencé a buscar un nuevo empleo y lo encontré bastante rápido, en un restaurante que sirve muy poco alcohol y está gestionado por una de las familias más amables que jamás he conocido.
De modo que, después de todo, aunque ser miembro de la Iglesia tal vez requiera sacrificio, ya sea de tiempo, comodidad o cualquier otra cosa, esos sacrificios merecen la pena. Puede que mis sacrificios sean mínimos en comparación con los de otras personas, pero aun así fueron difíciles y me han fortalecido, tal como todos nuestros sacrificios diarios y el tiempo que dediquemos al Señor nos fortalecerán y refinarán a todos.
Sé que esta es la verdadera Iglesia de Jesucristo. Sé que tenemos un profeta sobre la tierra hoy en día, y estoy muy contento por ello. Estoy agradecido por el testimonio que tengo y por la revelación que todos podemos recibir si somos miembros fieles de la Iglesia. Sé que, si nos esforzamos y nos amamos unos a otros como lo hizo Cristo, seremos verdaderamente bendecidos. Amo este Evangelio. Ha cambiado la persona que soy.
Nicky es jefe de cocina en una pequeña isla escocesa cerca de la costa oeste. Le gusta practicar ciclismo de montaña, pasear en kayak y pescar. Es hijo único y tiene una relación estrecha con sus padres, a pesar de ser el único miembro de la Iglesia de su familia. Se bautizó a los dieciocho años y espera servir en una misión en cuanto pueda.