2020
¿Tienes preguntas sobre el Evangelio? A continuación figuran cinco maneras de hallar respuestas
Julio de 2020


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¿Tienes preguntas sobre el Evangelio? A continuación figuran cinco maneras de hallar respuestas

Yo también tengo preguntas, y no hay por qué temer.

“¿Alguien tiene alguna pregunta?”.

¿Has escuchado eso al final de una clase y pensado: “Pues sí, tengo millones” o “sí, no entendí nada”, y sin embargo, guardaste silencio?

Yo lo he hecho. En ocasiones, todavía me da temor el hecho de tener preguntas.

Me da temor no saber lo suficiente, lo que otros podrían pensar o toparme con información que pudiera dejarme con aun más preguntas.

Sea lo que sea, no nos debería dar temor ni vergüenza tener preguntas ni tener el deseo de entender más, sobre todo en lo que se refiere al Evangelio. ¡El Padre Celestial desea que busquemos más conocimiento! Incluso el élder Dieter F. Uchtdorf dijo: “El hacer preguntas no es señal de debilidad; es un precursor del crecimiento”1.

Todos tenemos más por aprender y las preguntas abren la puerta al conocimiento y a una mayor fe, ¡siempre y cuando busquemos respuestas de la manera correcta! A continuación figuran cinco maneras de esclarecer tus preguntas:

1. Corrobora tus fuentes de información

Hay gran cantidad de buenas fuentes confiables que te pueden dar una mayor perspectiva, como las Escrituras y los materiales de la Iglesia. Sin embargo, también hay mucha información falsa y fuentes superficiales al acecho en el mundo. Afortunadamente, ¡podemos discernir la verdad del engaño!

Anthony Sweat, quien es profesor adjunto de historia y doctrina de la Iglesia en la Universidad Brigham Young, proporciona cinco preguntas que podemos plantear para determinar si una fuente es confiable:

  1. ¿Se trata de una fuente primaria? (Fue escrita o producida por alguien que participó en el acontecimiento o lo observó).

  2. ¿Es un relato contemporáneo? (Se escribió en el momento o cerca de la fecha del acontecimiento).

  3. ¿Ofrece una perspectiva objetiva? (El autor procura ser lo más justo, equilibrado, ecuánime e imparcial posible).

  4. ¿Qué relación tiene con otras fuentes? (Las fechas, los hechos, las aseveraciones, etcétera, concuerdan con lo que dicen otras fuentes que abordan los mismos acontecimientos).

  5. ¿Se corroboran con evidencias las aseveraciones? (Las declaraciones se basan en evidencias sólidas y en datos que las respaldan)2.

El élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó: “En temas de fe y convicción, resulta útil dirigir sus dudas hacia quienes realmente tienen fe y convicción”3. Las palabras de él y las preguntas anteriores te pueden brindar confianza al buscar información confiable.

2. Confía en las palabras de los profetas

Los profetas y apóstoles expresan doctrina y verdad (¡y por ende respuestas para ti!) por medio de la revelación. He recibido consuelo en innumerables ocasiones al leer o escuchar discursos de la conferencia general en momentos de confusión o de aflicción.

Incluso si no entiendes todo en cuanto a algunos mensajes de los líderes de la Iglesia, recuerda que sus palabras provienen del Padre Celestial, o sea, que proceden de una fuente de amor y verdad. Si recuerdas las palabras del élder Ulisses Soares y confías en ellas: “Tener profetas es una señal del amor de Dios por Sus hijos”4, eso brindará esperanza a tu vida, sea cual sea el conocimiento que busques.

3. Estudia las Escrituras […] realmente estúdialas

¿Cómo estudias las Escrituras? ¡Yo podría mejorar mi estudio de ellas! No obstante, cada vez que verdaderamente reflexiono sobre lo que leo, percibo una diferencia en mi interior. Siento más paz y esperanza. Para abrir la mente a la inspiración que se encuentra en las Escrituras, trata de seguir estas sugerencias:

  • Comienza y termina tu estudio con una oración. Si invitas al Espíritu a que te ayude a entender, podrás reconocer mayor comprensión e inspiración.

  • Escribe las impresiones que recibas. Leer esas impresiones más adelante podría ayudarte a hacer conexiones en tu vida y, con el tiempo, a reconocer las respuestas.

  • Toma un momento para estar en calma. Siéntate en silencio y presta atención a los pensamientos y sentimientos recurrentes después de que leas y estudies. Recuerda que el Espíritu habla con una voz suave y apacible.

4. Aprende a recibir revelación

En este momento de mi vida, he necesitado al Padre Celestial más que nunca para que me guíe y me ayude a fortalecer mi fe. Además, ha habido ocasiones en las que me he frustrado cuando he hecho todo para invitar al Espíritu y aún no he recibido ninguna respuesta del cielo. Felizmente, aprendí de la hermana Sheri Dew, quien fuera Segunda Consejera de la Presidencia General de la Sociedad de Socorro, que para abrir las líneas de comunicación con el Padre Celestial, puedes hacerte estas preguntas:

  • ¿Haces tus preguntas con la suposición de que hay respuesta para ellas?

  • ¿Tienes la disposición de confiar en el Señor y darle el beneficio de la duda?

Después pídele al Padre Celestial:

  • Que te enseñe de qué manera te habla Él a ti de forma personal.

  • Cómo se siente Él contigo.

“Luego, observa cómo te instruye Él”, explicó ella, “incluyendo los pasajes de las Escrituras que te acudan a la mente, el hincapié que se hace en los mensajes de la conferencia general que quizá hayas pasado por alto la primera vez que los escuchaste, y así sucesivamente […]. Con el tiempo, Él te lo dirá, y, cuando lo haga, aprenderás más en cuanto a cómo discernir la revelación por medio del Espíritu”5.

Esas dos preguntas vitales han marcado una gran diferencia en mi capacidad para reconocer la revelación y recibirla.

5. Aférrate a lo que ya sepas

A veces las respuestas no llegan de inmediato. Quizá en este momento la respuesta solamente sea confiar en el Padre Celestial y tener paciencia. Recuerda el consejo del élder Uchtdorf: “… duden de sus dudas antes que dudar de su fe”6.

Si sientes desánimo, piensa en las verdades que guardas en el corazón. Cada vez que me asedian las dudas, recuerdo esos momentos en los que supe con certeza que soy una hija amada de Padres Celestiales, que Dios tiene un plan para mí y que Jesucristo es mi Salvador.

Cuando tienes preguntas, podría ser fácil que te enfoques en lo que no entiendes en lugar de lo que comprendes. Sin embargo, si estás dispuesto a ablandar el corazón, de mantener una perspectiva eterna y de alinear con humildad tu voluntad con la del Padre Celestial, Él siempre te conducirá a la verdad y te dará esperanza hasta que recibas más conocimiento. Y un día, recibirás respuestas a todas tus preguntas (véase Doctrina y Convenios 101:32–36).

Notas

  1. Dieter F. Uchtdorf, “El reflejo en el agua” (charla fogonera del Sistema Educativo de la Iglesia para jóvenes adultos, 1 de noviembre de 2009), broadcasts.ChurchofJesusChrist.org.

  2. Véase Anthony Sweat, Seekers Wanted: The Skills You Need for the Faith You Want, 2019, págs. 11–20.

  3. Jeffrey R. Holland, “El mensaje, el significado y la multitud”, Liahona, noviembre de 2019, pág. 6.

  4. Ulisses Soares, “Los profetas hablan por el poder del Santo Espíritu”, Liahona, mayo de 2018, pág. 99.

  5. Sheri L. Dew, Worth the Wrestle, 2017, págs. 8, 9, 41.

  6. Dieter F. Uchtdorf, “Vengan, únanse a nosotros”, Liahona, noviembre de 2013, pág. 23; véase también Jeffrey R. Holland, “Creo”, Liahona, mayo de 2013, págs. 93–95.