Solo para versión digital: Jóvenes adultos
Cinco sugerencias para disfrutar la Navidad cuando estamos lejos de casa
Te proponemos cinco maneras de vencer la melancolía navideña cuando pasas las fiestas solo.
La autora vive en Utah, EE. UU.
Una de las canciones clásicas de Navidad en los Estados Unidos es la interpretación de Elvis Presley de “Blue Christmas” [Navidad triste], ¡pero no la soporto! Aun así, la letra: “Tendré una Navidad triste sin ti; estaré tan triste solo pensando en ti” puede ser algo con lo que los jóvenes adultos se identifiquen mucho. Ya sea por la misión, el trabajo, los estudios o debido a que nosotros o nuestra familia viven en el extranjero, muchos de nosotros pasamos la Navidad lejos de nuestros familiares y amigos.
La Navidad es una fiesta increíble en la que se celebra el nacimiento del Salvador, pero muchas de las tradiciones relacionadas con ella se centran en pasar tiempo con otras personas: nos juntamos para comer, hacemos regalos, cantamos canciones o leemos el relato de la Natividad juntos.
Entonces, ¿cómo puedes hacer que la Navidad sea significativa cuando la vas a celebrar solo? Aquí tienes cinco ideas. Estas actividades las puedes realizar incluso si eres misionero, aunque quizá tengas que ajustarlas o llevarlas a cabo en un día de preparación.
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Mantén tus tradiciones.
El hecho de que no estés con tu familia no significa que no puedas mantener tus tradiciones familiares. Hornea esas famosas y deliciosas galletas de jengibre o prepara esos riquísimos tamales; también puedes crear tus propias tradiciones. Cuando elijas qué tradiciones celebrar, céntrate en las que te recuerden a Cristo: al concentrarte en el Salvador, no solo sentirás el espíritu de la Navidad sino también el Espíritu Santo, cuya influencia puede brindarte paz y consuelo adicionales.
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Céntrate en tus raíces.
La mayoría de mis antepasados provenían de Noruega, y muchos de mis recuerdos de la Navidad se centran en las tradiciones y la comida noruegas. Sin mi familia, solo hay unas cuantas de esas tradiciones que puedo mantener; sin embargo, sí puedo pensar en mis raíces. La época de la Navidad es el momento perfecto para participar en la obra de historia familiar, ya sea encontrar nombres para llevar al templo, investigar cómo tus antepasados pudieron haber pasado las fiestas o incluso escribir en tu diario. Elijas lo que elijas, el hecho de volver a tus raíces te ayudará a sentirte más conectado con tu familia —tanto los que viven como los que han fallecido— y te brindará un mayor propósito.
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Reúnete con otras personas.
Esto quizá requiera cierta valentía, especialmente si eres introvertido, pero no tienes que pasar la Navidad completamente solo; tampoco es necesario salir demasiado de tu elemento: reúnete con otros adultos solteros para cenar, para salir a cantar villancicos o simplemente para pasar el rato. Probablemente haya otras personas como tú que vayan a pasar la Navidad lejos de casa; por ello, busca especialmente a aquellas personas a quienes les vendría bien una invitación amistosa.
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Disfruta del clima o decora el interior de tu vivienda.
Dependiendo de donde vivas, la Navidad se celebra justo en la época más fría o más cálida, ¡así que aprovéchalo! Sal a andar en trineo o a hacer senderismo, a patinar sobre hielo o a montar en bicicleta. O bien, si las actividades al aire libre no son lo tuyo, quédate adentro y decora tu vivienda. Hay muchas decoraciones de Navidad sencillas que puedes elaborar que contribuirán a que el lugar donde vives tenga un ambiente festivo.
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Presta servicio a los demás.
Son pocas las cosas que te harán sentir el espíritu de la Navidad más fácilmente que prestar servicio. La Iglesia ha proporcionado muchos recursos para ayudarte a servir a los demás, ya sea mediante la campaña de #IluminaElMundo o JustServe.org. La hermana Jean B. Bingham, Presidenta General de la Sociedad de Socorro, nos recuerda que “los simples actos de servicio pueden tener efectos profundos en los demás, así como en nosotros mismos. ¿Qué hizo el Salvador? Mediante Sus dones divinos de la Expiación y la Resurrección… ‘[ninguna] otra persona ha ejercido una influencia tan profunda sobre todos los que han vivido y los que aún vivirán sobre la tierra’. Pero Él también sonrió, habló, caminó, escuchó, dedicó tiempo, animó, enseñó, alimentó y perdonó a los demás. Dio servicio a familiares y amigos, vecinos y extraños por igual, e invitó a conocidos y seres queridos a disfrutar de las abundantes bendiciones de Su evangelio”1.
Quizá no estés en casa en Navidad, pero aun así puedes hacer que las fiestas sean algo especial. El presidente Thomas S. Monson (1927–2018) dijo: “Cuando tenemos el espíritu de la Navidad, recordamos a Aquel cuyo nacimiento conmemoramos en esta época del año: ‘… que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor’ (Lucas 2:11)”2.